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Thirty Seconds to Mars enloquecen Madrid

Ya os lo fuimos avisando en noticias anteriores: Thirty Seconds To Mars daría mucho de lo que hablar, y lo han hecho.

Tras tres años sin pisar Madrid oficialmente en concierto el jueves volvieron a hacerlo y pusieron patas arriba el Wizink Center. Fuimos la primera parada de su tour europeo tras el lanzamiento mundial de su último disco America, del que ya os hablábamos previamente. Más de 6 mil personas nos reunimos el pasado jueves allí para ver lo que la banda de Los Ángeles nos tenía preparado.

A algo más de las nueve y media de la noche la gente tenía los nervios a flor de piel. Un escenario diferente al que solemos ver en otros conciertos tapado por pantallas led que se iluminarían y moverían durante todo el concierto siendo un papel fundamental en esa noche y daría un juego muy importante a la actuación de Jared Leto.

Todo el mundo inmerso en el directo por instagram que estaban dando estos previamente a salir al escenario nos avisaban de que íbamos a disfrutarlo como nunca, lo cual nos quedó claro desde los primeros beats de Monolith.

COMIENZA EL ESPECTÁCULO

Jared hacía su entrada estelar con un vestuario de lo más extravagante, pero eso ya lo sabíamos todos. Up In The Air comenzaba con las pantallas led levantándose poco a poco viendo a un Leto de lo más western e indígena con un poncho largo, gafas oscuras y un toque especial con esos guantes amarillos con brillantes que nos recordaban un poco a Michael Jackson.

Kings and Queens y Search and Destroy nos dejaban con la locura tanto de Leto como del público en estado máximo y los saltos por doquier que estarían presentes durante prácticamente toda la noche. “I´m no Jesus, but niether are you my friend” Bueno, eso tendríamos que verlo.

Con el puño en alto, Leto animaba a todo el mundo a volverse loco gritando frente a uno de los temas más sonado de la banda: This Is War. El grito cada vez más rápido y enérgico estallaba en los primeros ritmos a manos de Shannon a la batería y conseguía volver loco a todo el mundo en ese antiguo Palacio de los Deportes.

Junto a un sonado “Jump, jump” Leto iniciaba el primer tema como tal de su nuevo disco que ya habíamos oído anteriormente. Su segundo single Dangerous Night, tema que el público recitaba como uno de sus temas más antiguos. Y como en todo concierto, aparte del desmadre y la locura, no podría falta alguna parte algo más lenta. Do or Die comenzaba en un formato acústico al que el público se unía inminentemente con ese “And the story goes on…” con la que bailaba pegado a la bandera de España.

Con introducción pregrabada de Pyres of Varanasi, The Kill (Bury Me) se alzaba entre los asistentes. Un batalla de gallos era lo que se venía con la competición entre el lado derecho e izquierdo del recinto por ver quién cantaba más fuerte y mejor, en el que finalmente nos quedamos con la duda de cual fue mejor. Suponemos que el derecho, porque allí estábamos nosotros.

Para entonces Leto ya se había quitado el poncho y las gafas “para vernos mejor” y quedaba un Jared de lo más quinqui, pero típico de él, ya lo sabemos.

“¿Quién se siente sexy esta noche? Vamos con algo un poco más sexy” anunciaba el frontman para dar paso a la versión que presentaba en la BBC Radio 1 hace un par de años del tema de Rihanna, Stay, que daba paso a un huracán literalmente, Hurricane.

Con el triad simulado en las manos de los 6000 asistentes al show, Jared daba comienzo a su City of Angels, en la que convertía a Madrid en esa ciudad de ángeles durante una hora y media.

Con globos gigantes todavía en el aire y el público jugueteando con ellos pero con la atención puesta en el equipo Leto, daban paso a una canción muy poco esperada durante la noche, que a muchos los pillaba por sorpresa y a otros fieles desde el principio se les despertaba la emoción del momento en el que Jared pronunciaba los primeros versos de Night Of The Hunter con la que todo el mundo había aprendido a contar hasta cuatro en francés y nos transportaba a un mundo futurista similar a un Blade Runner del que las pantallas jugaban un papel indispensable.

Rider, tema de America también, ponía punto y aparte a la noche y nos anunciaba que no quedaba mucho de esta, con el que terminaban con las pantallas ocultándolos de todos los asistentes.

Todo en silencio junto a murmullos que intentaban adivinar lo que venía, y en el momento menos esperado, los coros comenzaban a pronunciar el primer single de este nuevo trabajo. “Do you believe, walk on water?” Walk On Water nos dejaba atónitos con el directo en el que Jared Leto no dejaba de interactuar con sus fans hasta el momento en el que invitaba a un artista de aquí, al igual que hizo en diferentes ciudades con otros artistas. En este caso, la aparición de Pablo López dejó de piedra a más de uno pues no era el artista más esperado por la diferencia de estilo musical entre uno y otro, pero todo el mundo lo aplaudió y siguió con la fiesta, fiesta que estaba por culminar.

Faltaba lo mejor, porque como se dice, siempre se deja para el final. Closer To The Edge se ha convertido en uno de los grandes himnos de la banda, y aunque no es una de las canciones más sonadas cuando empiezas a escucharlos, es un tema lleno de energía al que te enganchas desde el minuto uno de escucharlo. Como en todos sus conciertos como ya es tradición Leto eligió a suficientes fans para subir al escenario a animar a todos durante la canción mientras desde abajo lo dábamos todo y una fuente de confetti ponía punto y final a la noche.

Una noche cargada de energía que se respiraba incluso ya desde la cola, un Jared Leto en continuo movimiento que ansiaba la interacción continua con el público que debemos decir que consiguió desde que salió al escenario. Debemos decir que nos faltó Tomo Miličević pero al cual se sustituyó sin ningún problema. Una nueva etapa algo más techno la que estamos viendo de Thirty Seconds To Mars pero sin duda con la misma esencia con la que comenzaron y de la que nunca se van a separar.

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