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The Pains of Being Pure at Heart: Directo fresco con sabor a verano

La pasada semana vivimos el clásico concierto del cual uno sale feliz. La música, por supuesto, genera sensaciones positivas, pero en este caso los neoyorquinos The Pains of Being Pure at Heart nos amenizaron la velada envolviéndonos de pop melódico y juvenil, dejando pasos a los medios tiempos en su justa medida.

El marco del concierto no era el idóneo, pero el número de salas en Madrid es limitado en cantidad y realmente el directo sonó bien, que a fin de cuentas es lo que importa, aunque tuvieron un par de deslices técnicos que afearon el recital. Le daremos el ok a la sala en este aspecto.

The Pains of Being Pure at Heart venían a presentar su tercer trabajo de estudio Days of Abandon que ha sido lanzado hace realmente poco tiempo y que aunque hay algún cambio en su sonido, mantienen la frescura intacta: Kip Berman y los suyos parecen recién salidos de su época adolescente, la típica banda que comienza ensayando en el garaje de su casa y así nos hicieron sentir.

Kip decidió abrir el concierto él sólo con Art Smock, que también coincide con ser la primera canción del último trabajo. Lo que no se esperaba nadie es que el drama sonoro comenzara tan rápido ya que tras caer su guitarra se partió una cuerda, pero ante todo, dio una clase de saber estar y tocó tranquilamente Heart In Your Heartbreak con el resto de la banda con una sonrisa de oreja a oreja. Posteriormente hubo un par de acoples de sonido un poco chirriantes, pero el resto del concierto se dio sin más sobresaltos.

The Body hizo que el público se comenzase a mover a un público, pendiente del desarrollo del concierto hasta el punto que Kip comentó emocionado al ver la reacción positiva a pesar del complicado comienzo que había echado de menos España. Pronto llegó Simple and Sure, que es quizás el tema más bailable del nuevo álbum, donde predomina la calma. Volviendo a discos anteriores recuperaron Come Saturday y Young Adult Friction, aunque quizás el momento más memorable de la noche fue cuando interpretaron This Love is Fucking Right!, con la que se vio brillar a cada uno de ellos, con actitud divertida.

Volvieron al nuevo álbum de la mano de Eurydice, y tras tocar la canción que les da nombre, The Pains of Being Pure at Heart hicieron dos bises a falta de uno, donde no faltó Everything With You. 

Todo lo bueno tiene un fin, pero me quedo con un detalle que ocurrió junto después del directo: Kip salió corriendo hacia la salida, pero no huía. Al salir de la sala, estaba felizmente vendiendo el merchandising de la banda, firmando autógrafos, conversando mientras que el resto deambulaban por la sala saludando a todo el mundo y haciéndose fotos de forma natural. Uno no está acostumbrado a ver estos gestos tan normales en bandas que tienen cierto renombre.

En conclusión, The Pains of Being Pure at Heart estuvieron acertados en repertorio y actitud y supieron defender muy bien su nuevo álbum y hacernos pasarlo bien con sus canciones más antiguas. Salvo algunos detalles en sonido, aprobaron con muy buena nota.

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