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The Noises salen a convencer con Pacífico

8 de mayo, 2014
Sala El Sol
Madrid

«La energía ni se crea ni se destruye, sólo se transforma», y este es exactamente el paso que ha dado The Noises con su nuevo trabajo. De Rapto, el anterior EP, al más reciente trabajo, Pacífico, ha habido todo un cambio, y si esto ocurría en el estudio, el directo no podía quedarse fuera de esa transformación.

La banda presentó el pasado jueves los temas nuevos con un sonido más luminoso y menos guitarrero que en la anterior etapa. Los Ruidos con menos ruido era algo que había que asimilar, y por supuesto, que tenía que convencer. Porque en esa invitación de The Noises al directo, además de hacer bailar a los presentes, también había que hacerse calar. El público se fue colocando en sus posiciones, dispuestos y expectantes. “Será mejor de lo que imaginabas, mucho mejor de lo que imaginabas”, dice el primer estribillo que tocaron los madrileños. El mensaje estaba claro.

Y no sólo los temas de este nuevo álbum pasarían por el escenario, sino también habría tiempo para volver a otros de los más sonados de Bellavista, como Rara Avis, La ciudad es tuya o Equilibrios, y de Rapto, con la homónima y Colmillos. Trajeron un repertorio con el instrumental totalmente renovado, que da más pie a un predominio de teclados y batería entre el que las guitarras, que antes destacaban más, parecen ahora quedarse más disfrazadas.

Pero el verdadero centro de atención se lo llevaron las novedades. Las canciones de Pacífico realmente están construidas y pensadas para el momento del directo, no sólo para el eterno asentir con la cabeza o el sutil contoneo sobre ambos pies, sino para aquello que llena de verdad a todo el que cruza la frontera entre el resto de la ciudad y un concierto: cantar. Así, los numerosos coros en los cortes recientes hacen que el vocalista deje de ser el único vocalista, acompañado por el resto de miembros del grupo y de un público que complementaba bien los temas: como un anzuelo que las cinco voces cantantes (a excepción del batería Álex Moreno) de esta versión de The Noises lanzan a los presentes y que te atrae a picar. También hay que reconocerle a Fran Gómez el mérito de frontman frenético que sabe animar al público y hacerles interactuar.

De esa idea de implicar al público nació la ocurrencia de lanzar botellas de plástico rellenas con un puñado de arroz a modo de “maraca” (shaker cilíndrico para los más profesionales) casera. Cómo no, además de cumplir su función, los granos de arroz terminaron saliendo disparados de las botellas, como una gran celebración del compromiso entre el grupo y su nuevo sonido. Bajarse de las tablas, cantar junto a los presentes y hacerles levantar los brazos, todo contribuía a la fiesta y a un ambiente muy familiar.

Finalizaron el concierto con el tema que da nombre al nuevo trabajo, y vuelve así el mensaje sobre qué es lo que permanece, por el momento, en el presente de los madrileños, y qué es lo que se ha quedado atrás. “Me sobran fuerzas para andar, hoy podemos llegar”, canta la sala repleta. En respuesta a este verso, en efecto, vimos a unos The Noises mucho más fundidos entre sí sobre el escenario, y es que para ser convincente ante aquellos que aplauden, primero tienes que estar convencido tú mismo, y si algo quedó claro en la Sala El Sol es que la banda madrileña está satisfecha con su nuevo trabajo y seguros de que saben defender su Pacífico.

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