Foto: David Villafranca.
4 de diciembre de 2013.
Teatro del Arte (Madrid).
Los madrileños tienen un secreto en el Teatro del Arte. Un lugar casi oculto en Lavapiés, pequeño, acogedor, de cortinas negras, suelo de parqué y largas filas de bancos acolchados. Los focos directos iluminan el escenario; el resto de la sala, casi a oscuras. Público y artista a la misma altura. Una sala que invita sólo a escuchar, ideal entonces para el ciclo SON Estrella Galicia y el concierto de The New Medicants y Big City. Tan respetuoso era el ambiente en el TDA esta noche, tan atento a los detalles, proclive a los susurros, al ten cuidado con los ruidos, al ojo no estornudes, donde una cerveza que caía era un disparo al aire, que Javier de Big City tuvo que intervenir: agradeció la educación de los asistentes, pero aclaró que no hacía falta que esperaran en la puerta a que terminara una canción para poder ocupar sus asientos.
Resulta habitual preguntarse qué demonios le faltó a Big City para triunfar a gran escala. Cuando apareció su segundo disco, el deslumbrante Call an ambulance, parecían unos Wilco a la zaragozana, justo cuando los de Chicago gobernaban sobre el bien y el mal. Big City siguen facturando discos fantásticos, como el último The way in the trees are, pero algunos querríamos que tuvieran mucho más reconocimiento. Esta noche venía Javier Vicente, en solitario, lo que para él significa guitarra, armónica, pedales y unas pequeñas campanas. Pop imaginativo, sorprendente, más allá de los tres acordes básicos. Javier, tímido en palabras, pero muy solvente a la guitarra y con estupenda voz, terminó con dos gemas como Ex snowman y The Smiths media hora que se pasó volando.
Cuando Norman Blake encontró a Joe Pernice. Esa es la idea de The New Mendicants, la aventura conjunta de los músicos de Teenage Fanclub y The Pernice Brothers respectivamente. Podemos imaginar el proceso: Blake llega a Toronto (por amor, claro), Pernice le invita a unas cervezas, saca la guitarra, por qué no hacemos un concierto, etc. Y así se llega a grabar un EP, a organizar una gira y a planear un disco.
Joe Pernice arrancó la noche con la calma de Follow you down y Butcher’s tale de The Zombies. Blake se limitaba a los coros y cuando dio el paso al frente con Dark & lonely night de Teenage Fanclub ya se vio por los aplausos que había mucho seguidor de los escoceses. Sin alardes ni excesos: dos guitarras bastan. La comparación es demasiado obvia, pero cuesta ver a un dúo masculino y no pensar en Simon & Garfunkel (versión contemporánea: Kings of Convenience). Ayuda también que Blake tenga una voz más aguda para darle la réplica a Pernice. En esas coordenadas se situó Amazing glow, quizá la mejor canción de su EP Australia. Para cuando sonó Baby Lee, que recordó la magia incomparable para las melodías de Teenage Fanclub, el Teatro del Arte ya parecía el salón de una casa: complicidad, chistes, gente sentada por el suelo y Joe Pernice descalzo y sin problemas.
Lo cierto es que Blake y Pernice, Pernice y Blake, sonaban de lujo, un par de amigos perfectamente conjuntados. Tocaron la animada You was me de Jonny, otro de los proyectos de Blake, antes de que Pernice se atreviera con una demoledora The lovely kind. No todos los días se escuchan versos como Hate me if you must, but trust me when I say this love will never live. Muy expresivo en todo momento, Pernice tuvo tiempo para There goes the sun antes de que su amigo escocés tomara las riendas del asunto. Emocionante Did I say y encantadora I”, el tramo final quedó reservado para Everything flows con la que los fans de Teenage Fanclub respiraron tranquilos. Una conmovedora versión de Finding you, con recuerdo para Grant McLennan de The Go-Betweens, cerró una muy grata noche de calidez y complicidad entre amigos.
