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The National, final mágico para una noche inolvidable

Realmente, ha resultado difícil escribir esta crónica. Lo que se vivió este miércoles en el Palacio de Vistalegre de Madrid es complicado de explicar a quien no lo presenciase en directo. Principalmente, lo que ocurrió en la recta final del concierto. Ya llegaremos…

The National se presentaban en Madrid bajo esa típica expectación que se produce cuando sientes que algo grande está a punto de ocurrir. Nada podía fallar. Bueno, si exceptuamos el mal sonido que siempre acompaña al recinto de Vistalegre, un handicap que puede llegar a ser devastador para bandas con menos tablas que los de Ohio.

Pero nada, ni siquiera la gélida temperatura que había en el interior iba a amedrentar a Matt Berninger y compañía. Una banda que ha mantenido la paciencia y el buen hacer durante años hasta llegar a la posición de éxito que merecidamente ocupan hoy en día no se va a dejar impresionar por estos detalles.

Enfundado en un impecable traje negro y con su look de profesor de filosofía, Berninger comenzó a hipnotizarnos con su característica voz. Evidentemente, el protagonismo inicial recayó en canciones de su último trabajo, Trouble Will Find Me, pero ninguno de los asistentes podrá negarme que los momentos más épicos se vivieron con su antedecesor, ese álbum perfecto que definitivamente les catapultó a lo más alto, High Violet. Eso sí, hubo excepciones, ya que canciones como I Should Live In Salt, Sea of Love, I Need My Girl o, sobre todo, la magnífica Graceless son igualmente incontestables.

Sin embargo, la emoción contenida se desató durante las interpretaciones de temas como Bloodbuzz Ohio, Conversation 16, Afraid of Everyone o la preciosa England, ante la que creo que es casi imposible no emocionarse.

También hubo espacio para éxitos anteriores de la banda, aquellos que comenzaron a cimentar su ascenso, como fuye el caso de Abel y All The Wine (Alligator) o la grandiosa Fake Empire (Boxer) con la que cerraron su actuación momentáneamente. Y es que lo mejor estaba por llegar.

Cuando ya pensábamos que presenciaríamos el típico bis antes de finalizar un concierto que, hasta entonces, había sido bueno pero no memorable, Matt Berninger decidió poner Vistalegre patas arriba. ¿Cómo? Lanzándose entre el público a interpretar junto a los asistentes el tema Mr. November. Pero no lo típico que hacen muchos de acercarse a las primeras filas, no, el señor cantante se recorrió la pista de Vistalegre prácticamente entera mientras el público, sorprendido y encantado, se arremolinaba para tocar al líder de esta noche mágica.

Tras unos momentos en los que parecía que iba a ser secuestrado por sus fans y retenido de por vida en Madrid, Berninger consiguió volver al escenario, pero no por mucho tiempo. Tocaba la canción con mayúsculas. Terrible Love. Si alguna vez has escuchado esta canción, sabes a qué me refiero. Bueno, pues ahora imagínate que, por segunda canción consecutiva, el cantante finaliza la canción mezclándose de nuevo entre el público. Épico. Indescriptible con palabras, de verdad.

Con la boca abierta, y recuperando el aliento después de lo vivido, ya pensando que no puede haber nada que supere estos últimos momentos, The National deciden que aún no se han acabado las sorpresas. Así que la banda al completo se colocó en la parte delantera del escenario, todos juntos, para hacer una versión vocal acompañada tan solo de guitarra acústica, trombón y ligera percusión de la preciosa Vanderlyle Crybaby Geeks. Para entonces, la voz de Matt estaba rasgada y agotada del concierto, pero no hizo que el resultado fuera menos espectacular. Imposible no acabar con los pelos de punta tras este increíble final.

De este modo, The National confirmaron los presagios y consiguieron que la noche dejase una marca imborrable en todos los presentes. Será difícil olvidar el paso de la banda de Ohio por Madrid. Esperemos no tener que esperar otros ocho años…

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