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Tercera jornada del FIB 2017: una de las mejores noches que se recuerdan en Benicássim

Tras anunciar el Sold Out para la jornada de sábado, nos presentamos en el recinto sabiendo que 60.000 personas estarían dándolo todo y la seguridad sería máxima. Podríamos resumir el día como una locura, especialmente por el concierto de los Red Hot Chili Peppers, pero cada artista de los que vimos se merecen unas palabras como mínimo, así que vamos a ello.

Un grupo al que os obligo a ver en todos los festivales, toquen a la hora que toquen, son The Strypes. Las razones, si habéis tenido la suerte de presenciar un concierto suyo alguna vez, son obvias. Buena música que no deja a nadie indiferente y con una forma de moverse por el escenario muy particular, cabiendo destacar la actitud de su bajista, Jack Hayden.

Si algo está claro en la música española, es que la escena underground está pegando fuerte, y puede que a ello haya contribuido una artista que no es una novata precisamente en esto. Estoy hablando de La Mala Rodríguez, que aterrizó en Benicássim con toda la fuerza y el desparpajo que la caracteriza, la jerezana supo hacerse un hueco y dejar huella en la tercera jornada con temas como Tengo un trato, Déjame entrar o Nanai. Un diez en todos los sentidos y ni un solo reproche.

Era obvio que uno de los shows más esperados de la noche era el de Liam Gallagher, cosa que quedó patente en cuanto el de Manchester se subió al escenario, ya que el recinto casi se viene abajo. Allí estaba el mítico cantante de Oasis, con su particular chubasquero, las manos detrás de la espalda y esa voz tan característica. Sonaron himnos como Morning Glory o Slide Away, pero también canciones propias como Wall of Glass o Chinatown. Aunque el recinto se convirtió en el lugar más increíble del mundo cuando decidió cantar Wonderwall, momento en el que se vieron lágrimas, pelos de punta y suspiros que se podrían traducir como “¡Ojalá vuelva Oasis!”. Y sí, ojalá.

Red Hot Chili Peppers tenían la responsabilidad de ser el cabeza de cartel. Pero se vio de una forma clara y rotunda que eso a los californianos no les asustaba en absoluto. Aunque el sonido tuvo algún que otro problema durante todo el concierto, nada podía arruinar la noche a las 53.000 personas que se congregaban en el recinto en esos instantes. Dani California, Californication o By The Way fueron algunos de los temas elegidos para el show, pero echamos de menos muchos otros, como por ejemplo Can’t Stop. La verdad es que nunca he entendido los setlist de las bandas de este calibre. ¿Por qué elegir determinadas canciones cuando puedes ir hit tras hit y marcarte el concierto de tu vida? Seré un ignorante, pero en serio, la cabeza no me da para comprenderlo.

Parece ser que Biffy Clyro se encuentran como en casa en España, y es que el año pasado ya actuaron en el FIB, y en esta edición han repetido. La realidad es que llegaban con una presión enorme; con el show del año pasado se merendaron a Muse con un concierto que parecía inmejorable, hasta el sábado. Era la cuarta vez que veía al trío escocés en menos de un año y me volvieron a dejar boquiabierto. Simon y los suyos aparecieron en escena para dar el pistoletazo de salida con Wolves of Winter, dándonos pistas de lo que iba a venir a continuación. Biblical, Bubbles, Medicine y, por supuesto, Many of Horror fueron algunos de los temas que corearon miles de voces al unísono. Los escoceses salieron tan contentos que bautizaron este concierto como el mejor que habían dado en nuestro país, y tal era la emoción que, según me cuentan fuentes cercanas, al día siguiente llamaron a sus familias para contarles que había sido uno de los mejores conciertos de su carrera.

Si tuviera que elegir un claro vencedor para la tercera jornada del FIB 2017 no podría, y creo que no tengo por qué hacerlo. La noche fue perfecta, pese a los fallos técnicos. Noches como esta demuestran por qué Benicássim siempre tendrá un hueco en nuestros corazones. Hablando con gente que lleva toda la vida asistiendo nos decían que era una de las mejores noches que recordaban del festival y que no lo veían así de lleno desde 2011, confirmando que el FIB ha terminado de resucitar. Estábamos agotados, pero aún quedaba el cierre al día siguiente, y algo me dice que no iba a ser un mero trámite.

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