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Sueño de una noche de verano en Sons al Botanic con La Habitación Roja

Cuando hace mucho tiempo que no ves a tu grupo favorito así solos en concierto y lejos del trajín festivalero; cuando ese grupo va a dar un recital  acústico y único, en un entorno también único, en un espacio protegido como es el Jardín Botánico de la Universidad de Valencia. Cuando además lo hacen en su casa, rodeados de familiares y amigos; cuando te pilla a tan sólo 130 kilómetros de distancia de donde estás pasando tus vacaciones; cuando ése es el grupo que lleva acompañándote 20 años de tu vida y sus canciones han formado parte de la banda sonora de tu vida. Cuando sabes que ese día va a ser tan especial como ellos, como sus letras.

Porque ellos son especiales, porque ellos son La Habitación Roja, y porque nunca decepcionan, por ello no podíamos faltar a esta cita.

La magia ocurrió el pasado sábado 25 de agosto pasadas las 21:45 horas de la noche, rodeados de enormes árboles, en el jardín botánico de la Universidad de Valencia, gracias al ciclo Sons al Botanic.

Dicen que las plantas se ponen más bonitas si se riegan al anochecer, y más aun si se les habla o se les pone música. Pues estamos seguros que toda la flora del jardín botánico resplandeció como nunca la mañana siguiente al recital, porque ni siquiera una fina lluvia que roció las hojas de los enormes árboles y refrescó un poco la calurosa noche de verano, faltó a la cita.

El recital no fue un concierto como tal, sino más bien una reunión de amigos de esas donde se cuentan anécdotas, donde te ríes con las historias del pasado, y donde además Jorge (voz y guitarra), Pau (guitarra y coros) y Jordi (teclados y coros) amenizaron la velada con sus guitarras y su teclado, y con Jose (batería) en esta ocasión convertido en un espectador más.

Querían que interactuásemos con ellos, y así nos pedían que les sugiriéramos temas, los que quisiéramos, porque no había ningún setlist. Y si pudimos escuchar los mejores temas de la banda, algunos de ellos no habíamos tenido ocasión de escucharlos antes en directo, como 23 o Universal, así que fue un auténtico regalo.

A petición de una chica del público, comenzaron con De Cine de su álbum Sagrado Corazón, seguido de Largometraje. Pero ellos también tenían su selección de canciones favoritas y no faltaron L’Albufera, para emoción de todos los allí presentes -creo que éramos los únicos o de los pocos no valencianos de todo el público- o una «de sus favoritas», que también lo es para mí y no es otra que la maravillosa canción de amor La Segunda Oportunidad, con un divertidísimo prólogo donde Jorge recordaba momentos de su juventud en la que era deportista, o aquellos sábados en que no había partido al día siguiente e iba de fiesta, y por lo visto le sentaban mal las bravas -como decía a su madre allí presente-, o cuando iban a ver los maratones de terror de un cine que era mítico en la ciudad. Nos cuenta todas las anécdotas en las que se inspiró para la canción y estamos todos como charlando con un viejo amigo.

Siguen las canciones como Taxi a Venus o Nuestro Momento, que suenan increíblemente bien y siguen las anécdotas. Hasta Jordi se arranca a contar alguna gracia en valenciano. Bromean con él, sobre su juventud y sobre si conoce alguna de las canciones que van a tocar dado que se incorporó al grupo más tarde, y lo hacen también con Jose, al que según cuentan no le gusta hablar entre canciones y en los conciertos en seguida empieza a marcar el tempo con la batería, y aquí con tanta charla seguro estaría sufriendo, hasta bromean con algún fotógrafo dada la cercanía con la que les está enfocando. Lo dicho, esto es más que un concierto, es una reunión de amigos de la que el grupo nos ha hecho sentir totalmente integrados y cómplices.

Al pedirnos de nuevo sugerencias, un espontáneo grita 23. Jorge, que está feliz, porque se le ve en la cara y sobre todo en el brillo de sus ojos, nos recuerda que esa canción perteneciente también al álbum Largometraje, la produjeron él y Pau, y madre mía se nos pone la piel de gallina al escuchar esta maravilla. Estamos pasando una velada alucinante y esto sólo puede mejorar, ya que a continuación y tras Younger, tienen seleccionadas dos de mis canciones fetiche de la historia del grupo como son Posidonia y Días de Vino y Rosas.

Indestructibles nos pone a todos a cantar a pleno pulmón, y parece como si Jorge echara de menos su guitarra eléctrica, porque está feliz, y cada vez se viene más arriba, y más cuando el público pide Ayer, que afortunadamente no dejan para el final. Hoy el concierto no es como los demás, hoy es especial.

Y más especial lo es cuando les pedimos y nos regalan temas que pocas veces aparecen en sus set list como Universal, donde Jorge duda si llegará al tono original o si bajar un tono, o Aquellos Maravillosos Años, que hace tanto que no la tocan que tienen que recordarla con ayuda primero de la guitarra, y después del púbico.

Estamos llegando al final dado que a las 00:00 horas cierran el jardín botánico, por ello, nos piden alguna canción que pensemos mejor representa a La Habitación Roja, y la respuesta es unánime, pues no podía ser otra que Mi Habitación.

Este ha sido sin duda el colofón a sus conciertos en Valencia, y tras una larguísima ovación nos dan las gracias por haberles hecho sentir especiales. Yo desde aquí también les doy las gracias porque son ellos los que nos hicieron sentir especiales ese día a nosotros.

Espero seguir disfrutando de vosotros por lo menos otros 20 años más,  porque yo también todo lo haría otra vez para volveros a conocer.

Fotos: Richard Curiel.

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