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Sr. Chinarro y The Secret Society – Madrid

SR. CHINARRO

Fecha: 22 de marzo de 2012.

Lugar: Sala Joy Eslava (Madrid)

Foto: María Clara Montoya.

Jueves, 20:30 de la tarde, Joy Eslava vacía de puertas hacia afuera.The Secret Society dispuestos a dar un espectáculo de buen gusto y de prácticas nuevas. De hecho, era a la primera vez que TSS tocaban Peores Cosas Pasan en el Mar casi en su totalidad frente al público de la capital. Un trabajo completo que tanto público como crítica han recibido con los brazos abiertos. Quizá por la honestidad con la que Pepo Márquez, líder del proyecto, rescata situaciones cotidianas de la manera más honesta y personal y las redescubre para convertirlas en canción.

El recital empezaba En la Sala del Guernica, esa obra que puede uno casi sentir si considera acercarse al Museo Reina Sofía. Actividad recomendable. Incluso para entender la historia que relataban paso a paso en este mencionado primer corte de la noche. Después del comienzo rotundo, con una de las mejores canciones del disco, y más directas, cabe destacar Parte de Guerra, una vuelta reflexiva sobre lo cotidiano. Si pudiste con tanto dolor podrás con esto, Cuídate, Cowboy! Con la presencia de Alondra Bentley cantando por primera vez en castellano y Las pistas falsas conducen al desamor, la canción que ha conseguido que muchos de nosotros recordemos que para volver a creer primero hay que descreer.

La casa junto al mar, otro lugar memorable, dejaba claro por qué The Secret Society llenan Joy Eslava desde las ocho de la tarde. Inequívoco. Un directo con fuerza, puro. De los que brillan por ausencia. Más que un producto un acabado bruto del que estar orgulloso.

Lo siguiente fue Sr. Chinarro. Un tipo sempiterno, malencarado, con carácter y apariencia seria. Rodeado de melodías suaves y vestido de barba para la ocasión, como sucede siempre en su caso. El público recibía las canciones con respeto. Quizá por los años que acompañan un trabajo como el suyo.

Una llamada a la acción era lo que necesitaban los espectadores para acrecentar esa sensación de disfrute que se leía en sus caras. Letras sinceras, canciones de viaje para una noche estática imaginando por qué todo es mejor cuando tiene que ver con lo que nos gusta.

Los Ángeles, quizá una de las canciones más bonitas de todo su repertorio, nos dejaba con ganas de sonreír y seguir adelante. Así el Sr. De la noche se aproximaba al fin. Sin titubear, aún cuando le toca cubrir huecos e imprevistos y tocar en solitario. Igual que un rostro melancólico, el Señor Chinarro cubre las expectativas de un público ávido de sinceridad y cariño.

Bajo la seriedad aparente de la tristeza siempre hay algo más. Eso es lo que aprendimos el jueves por la noche.

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