English Tapas, lo más reciente del dúo británico Sleaford Mods, ha servido de excusa perfecta. ¿Para qué? Para un concierto enérgico, violentamente divertido y a sala llena. Los de Nottingham regresaron a Barcelona para presentar los temas de este álbum. La sala 2 del Razzmatazz dio cabida a las decenas de fanáticos que, embelesados, bailaban al ritmo de la verborrea salvaje de Jason Williamson. Mientras tanto, Andrew Fearn, pinchaba el play de su portátil y bailaba. ¿Se puede ser aún más punk con una botella de agua en la mano? Seguro que sí, Jason lo ha demostrado.
A las 20:45 Dead Normal, el proyecto de Mario G.Ferrer, Oriol Rosell y Zoë V., apareció en escena. Los barceloneses fueron los encargados de encender los fogones del Razzmatazz. El trío ha sido firmado por el sello de Sleaford Mods, Harbinger Sounds, y se encuentran preparando lo que será su primer álbum. Una propuesta de industrial y post-punk potente y sorprendente. Zoë, luciendo gafas oscuras, se adueñó del escenario, vociferando desde su pequeña humanidad. La base musical está exquisitamente conseguida. Por momentos, me hizo pensar en Suicide y The Soft Moon, pero mucho más oscuros. Hay una densidad vocal, lírica y sonora que los separa de proyectos similares, pero que los amalgama como parte del género.
La última producción discográfica del Sleaford Mods muestra un sonido y letras mejor producidas. Pero son los temas que los dieron a conocer los que encienden a la audiencia. Jason dio inicio con I Feel So Wrong, donde hace gala de una melódica manera de contar historias. La tos hizo estragos en varias ocasiones. Y es que el ritmo al que son sometidos los artistas durante las giras, hacen repensar el concepto detrás de la industria musical. Sin embargo, the show must go on…Y así ocurrió. El público pudo degustar un banquete de English Tapas durante casi hora y media.
Una ración de English Tapas
La noche continuaría porque «Blah, Punk not’s dead» con Just Like We Do, Army Nights, Moptop y Dull. En esta última es cuando Jason, además de su potente discurso, hace ese movimiento tan característico con sus pies. Su baile de puntillas y sus letras, están moldeando tu conciencia y no te enteras. Seguirían más English Tapas, el chef Andrew no paraba y el showman Jason buscaba desesperadamente el ventilador. Justo detrás de mi había un chico que gritaba: «C’mon Jason, C’mon, mate«, segundos antes de lanzarse a un pogo. Los Sleaford Mods siguen haciendo música para la gente. Son profetas. Su conexión es tan honesta y transparente, que hay que vivirlo para contarlo.
La noche encendida y el público aún más. Continúa el buffet de temazos con You’re Brave, Time Sands, T.C.R., Routine Dean, Jolly Fucker, Drayton Manored. Andrew sigue frente al portátil con esa cadencia monótona y pausada con la que baila al ritmo de cada tema, pero una emoción exultante en su rostro. Se nota que se lo pasa bien. Su trabajo está detrás de bastidores, mientras que Jason es el encargado de servir las tapas en el escenario. Baila, sonríe, se cabrea, vuelve a sonreír. La gente enloquece.
Finalmente, alcanzamos las 22:15 y el dúo se retira del escenario. Aún hay más porque, no se nota, pero Andrew siempre lleva su mochila al escenario. Así que si la mochila está ahí, todavía queda Sleaford para rato. Es hora del encore, que se extenderá hasta casi las 22:45. Sonaron Fizzy, Jobseeker, Tied Up in Nottz y el característico piano de Tweet Tweet Tweet, mientras Jason grita “Cheer up you fuckin’ bastard!”… No podemos estar más emocionados, Jason. No hay más energía, más pogos, ni más aplausos para definir lo que hemos vivido esta noche en el Razz. Nos vamos con el estómago y los oídos llenos, y los corazones más que contentos. Ahora all you zombies, tweet, tweet, tweet.