Demasiado bueno nos había hecho para ser el norte, las cosas como son. La cosa ya pintaba negra por la mañana, cuando las nubes encapotaban el cielo de Santander y nos hacían presagiar que el día iba a estar pasado por agua. Aguantó la tormenta justo hasta las 9, cuando Anni B Sweet encaraba la última jornada del festival en el escenario principal. El llamado “Calabobo” por los cántabros (ese tipo de lluvia que no llega a ser lluvia, pero que moja un poquito y te deja con esa cara de bobo) no quitó las ganas a los asistentes de escuchar la dulce voz de Ana López, que salía con vestido largo pero con una cazadora rockera, agradeciendo a los asistentes que estábamos allí por la lluvia y por no tener un verano tan caluroso como en el sur. La hora que tuvo la malagueña le dio para repasar algunos clásicos de años atrás, pero sobre todo para presentar gran parte de las canciones del que fuera su último disco, incluso a tocar dos de las que se quedaron fuera de él en el descarte.
Llegaba hoy más temprano la hora de los cabezas de cartel del sábado (tal vez por eso el primer concierto de ayer estuvo más lleno de lo que venía estando días atrás). Lori Meyers salían dispuesto a poner patas abajo La Campa y a presentar su reciente nuevo disco, todo ello con un espectáculo visual de luces y pantallas que conseguían dar un efecto único al concierto. Con las pantallas bajadas sobre el escenario y tapando al grupo, comenzó a sonar Vértigo I, la canción que inicia su nuevo disco, En La Espiral, para que tras ella se lenvantara, Noni se enfundara su guitarra y tocaran Planilandia. Probablemente fue el día de mayor asistencia en el recinto, y eso también engrandeció los coros del público en canciones como Luces De Neón o Todo Lo Que Dicen De Ti. Tuvieron que parar un minuto para secar cables, pedales y micros porque la primera media hora la lluvia seguía haciendo presencia, de manera más marcada que en Anni B Sweet. Tras ello, Noni dedicó al público Siempre Brilla El Sol; y brillar no brilló, pero al menos la lluvia cesó. A partir de aquí, los “antiguos Lori” volvieron, con temas como El Tiempo Pasará, ¿Aha, han vuelto?, Emborracharme o Mi Realidad, intercaladas con alguna del nuevo repertorio como Océanos o Eternidad. Toda una demostración de que los Lori siguen mereciendo todo lo bueno que les pase. Para finalizar, Pierdo El Control y Alta Fidelidad para arrancar la ovación generalizada de un público que se quedó con ganas de más.
Era el día de los grupos nacionales y de tocar los diferentes palos que tenemos. El Santander Music no iba a permitir que nos fuéramos a dormir tras los cabezas de cartel, y qué mejor que Belako para no parar de moverse. Los vascos salieron con un montón de pantallas a modo de decoración y con ganas de poner patas arriba a toda la península de La Magdalena, y no se quedaron cortos. La horda de fans (había una buena cuantía de vascos copando las primeras filas ayer) que sigue a la joven formación se hace notar en todos los puntos de España, y no es para menos: sus directos son electrizantes y bien compensados, y la gente se lo pasa bomba saltando, formando pogos, y coreando sus mejores temas. Stumble y Stop Contradictions dieron el pistoletazo de salida, y justo en el momento en el que sonó Sea Of Confusion se desató la tormenta sobre Santander; pero literal. La lluvia arreció con mucha más fuerza que antes, y aunque alguna y algún gallina buscó refugio en las zonas de restauración o subieron a la zona VIP, la gran mayoría disfrutamos como enanos hasta el final. No faltaron trallazos como False Step, Track Sei, Over The Edge o Eat Me!. Bajo la lluvia, como una hermandad, Belako agradeció al público que aguantara todo el chaparrón y no se fuera, y el público agradeció a Belako el bolazo que se habían marcado. Todos contentos.
Pero aquí no iba a quedar la cosa. Las piernas ya dolían y a pesar de los chubasqueros estábamos calados, pero cuando La Casa Azul llega con canciones y espectáculo nuevos, no te puedes mover del sitio. Salieron con cascos de aro blancos sobre la cabeza, una especie de gafas de realidad virtual puestas y mucho espectáculo visual que descargar sobre el escenario principal. Como si de los Daft Punk españoles se tratara. Comenzaron el concierto con Podría Ser Peor, el primer single anunciado de su próximo disco, y desde ese momento hasta La Revolución Sexual, que cerró, nadie paró de saltar y bailar. El discopop de los catalanes gusta y así se lo hicieron ver las 15-20 primeras filas. Chicle Cosmos, Sucumbir, Superguay…tuvieron a La Campa botando durante la madrugada. Sólo bajaron las pulsaciones cuando Guille se sentó al piano para interpretar en acústico Como Un Fan. Tas ello, los miembros de la banda se despojaron de las gafas (no así de los cascos, que utilizaron como monitores algo menos manejables) para volver a tope con No Más Myolastan. A partir de aquí, volvieron a subir las revoluciones para acabar en el éxtasis de La Revolución Sexual como ya dijimos, y con las ganas de catar ya la que será la décima edición del Santander Music, en 2018.