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Rodeo de intenciones: Siesta! + Umberto‏

Inicio:

Una gran fila dobla la calle. Una fila que se inicia en El perro (de la parte de atrás del coche). Hoy habrá mucha gente. Y tú no.

Inicio 2:

Golpea las baquetas. Marca el bajo. Guárdalo en la pedalera. Haz el riff. Guárdalo en la pedalera. Golpea las baquetas. El 85% de los bateristas y los organistas padecen lesiones. 10 de cada 10 dentistas recomienda el uso de de la psicodelia-kraut para elevar el alma y en estados carenciales de salud. Golpea más fuerte.

«Tocarlos implica movimientos simultáneos de pies y brazos, una gran  exigencia postural, inestabilidad esquelética: padecen de la espalda, las articulaciones, los tendones», Jaume Rosset, especialista en Medicina del ArteGolpea más fuerte. Ensúcialo un poco con el sintetizador. El ruido de fondo. Samplers. Caja de ritmos. El ruido que nos protege. Siesta! está de gira. Comienzo de gira en Madrid. Abriendo la noche. Véase una imagen de la negritud de la noche y la brillantez de las estrellas y dos personas acercándose. Al llegar al fondo de la imagen abren dos pequeñas puertas. Siesta! tienen ganas de hacer ruido. La gente va entrando escalonada al lugar establecido. Todos se sitúan delante del escenario y contemplan el ritual. Terroruterino calienta al público. Empieza la película. Las metáforas cinematográficas están muy manidas. Pero yo veo las luces de la carretera.

Nudo:

Cambio de copa. Y de bártulos. Se llevan las mesas y aparecen las máquinas. Gente hablando. Risas. Cambio de copa

Desenlace:

Bandas sonoras escritas en la cabeza de Matt Hill, alías de Umberto. Las películas de terror las ha dejado en la balda de arriba a la izquierda y acumulan polvo. Para hoy ha elegido una serie de celuloides que se basan en road movies antiguas, pero que a medida que el metraje avanza y la trama toma sentido el coche se queda aparcado en un desierto de arena, se sube el volumen de la música y los hombres y mujeres danzan semi-vestidos delante de los faros. Reflejos, delirios, arenas y posidonia. Umberto se sitúa en el italo-disco y hace bailar a toda la gente que hacía una gran fila que doblaba la calle. El terror es bailable. El misterio se pierde. Sólo se mantienen los principios. Se acerca a la pista. Un acercamiento en rodeo, propio de su Kansas natal. Nos perdemos en el trance vital de la noche,  en el rodeo de intenciones de la vida moderna post-concierto.

 

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