InicioConciertos - ArchivoRetribution Gospel Choir: Y la noche se hizo mayor en La Sol.

Retribution Gospel Choir: Y la noche se hizo mayor en La Sol.

La vida se compone de fases y estados. Las fases son ciclos que todos completamos esperanzados en haber crecido, ser mejores personas y contar con más probabilidades de culminación que antes de comenzar ese periodo. Los estados responden a algo más profundo y concreto. Responden a aptitudes e ideologías adquiridas que dibujan el ser humano que pretendes, sin querer o no, ser. En la Sol vimos una noche que comenzó joven y terminó veterana en un salvaje ciclo vital difícil de olvidar.

Monte Fuji son unos chicos de Castellón con el gran mérito de apaciguar al público con los retrasos de horarios y la ansiedad de ver a una banda como los Retribution Gospel Choir. Suenan bien, con poca pretensión de hacer ruido. Como si no quisieran levantar la voz. Les falta locura escénica. Con el tiempo comprenderán que un concierto es un show al que han que insuflar desenfreno. Monte Fuji se encuentra en esa bonita fase en la que descubres lo que serás en un futuro. Tu talento y tus defectos se presentan ante ti con el cometido de que los pulas al máximo. El Pop joven de Monte Fuji suena tan fresco que muchos de los presentes que no prestaban mucha atención al telonero comenzaron a meter el oído entre sus sugerentes susurros y sus letras sencillas. Sintomático de esa fase es lo sucedido en la parte final de la actuación. Fase y estado se conjugan en ese momento para decantarse por la experimentación. Un arco de violín baila con la guitarra para crear un estado hipnótico. Lástima que no él no sea Jimmy Page y lo que suene no sea Dazed and confused.

En el momento en el que entregan el testigo a RGC la noche se hace adulta en la Sol. El gran Alan Sparhawk comanda una banda bien trillada y con muchos kilómetros a su espalda. Están en esa fase de la madurez donde se es demasiado mayor para cambiar nuestra sustancia pero que aún se es joven para crecer y experimentar. Sus uniformes con la bandera etíope en los galones coronados por los ancestrales leones de Heile Selassie dejan a las claras que las buenas intenciones de Monte Fuji eran otra vida pasada. Su distorsión nos deja helados. Actitud Punk, sonido Indie, pretensión Rock. La ecuación les lleva al éxtasis acompañados de un público que poco a poco se deja arrastrar a su estado perturbado por el Rock y la experiencia. Buen sonido los que desprenden los tres instrumentos. La susurrante voz de Sparhawk se transforma en cadencia y después en rayo. Las canciones de 3, su último LP de dos canciones eternas, son idóneas para el directo. Se disfrazan fácilmente de improvisación y nos recuerda a todos que los singles de 3 minutos son envoltorios comerciales. El ritmo salvaje de Rock sucio con espíritu indie que promulga RGC llena de sudor los instrumentos de la banda mientras termina súbitamente la extensa y sublime Can’t walk out. Los efectos del Vj nos transportan a otras décadas con música más auténtica y cercana a la calle.

La locura se instaura en mi mente con la pretensión de provocar algún caos. La reputación de nuestro medio me impide buscar las fronteras de la transgresión. Observo a mi alrededor y veo como el público se encuentra extasiado aunque paralizado, lo cual me hace dudar sobre mi estado mental ante la propuesta de la banda. Las reacciones no cesan y Electric Guitar perturba mi raciocinio. Tanta descarga de adrenalina no puede ser sano. Con Hide it away descubro que la liberación a través de la música es posible. La comunión de la gran parte del púbico, que debería haber sido más numeroso, se manifiesta a través de las diabluras de Workin Hard o las ganas de explotar de What she turned into.

La noche toca a su fin y las prisas provocan que la perfección se haga real. Nuestros ministros de las guerras del Pop abandonan el escenario para no volver. Al fin desaparecen de un directo esos odiosos bises que estropean un espectáculo redondo que tiene un comienzo, un desenlace y un final. Los epílogos prefabricados destruyen la naturalidad. Y de naturalidad combinada con talento tienen mucho estos tipos de Minnesota. Un directo en el que las fases de la vida dejan a las claras la importancia de la madurez y lo esencial de ser o sentirse joven como punto de partida de algo nuevo y diferente.

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