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Public Service Broadcasting en Barcelona: Ambigüedad política

Public Service Broadcasting estuvo en Barcelona, el pasado miércoles 28 de Noviembre, para reencontrarse con un público que no se cansa de sus canciones; que baila y corea cada tema como si fuera la primera vez; y que disfrutan de una propuesta que, en su mayoría, resulta un poco predecible y edulcorada. Hay una fórmula con la que el proyecto del sur de Londres ha decidido desarrollar su carrera musical. No hay secretos, ni enfoques novedosos. Es un sonido monótono y lleno de lugares comunes.

Los de PSB decidieron empezar estrenando dos temas de su próximo EP. El disco que lleva como título White Star Liner será lanzado el próximo 07 de Diciembre. La grandiolocuencia de Unsinkable Ship, una oda al Titanic, estuvo acompañada de White Star Liner, tema homónimo del EP. Las visuales retro sirvieron de marco para dar inicio a los acordes de Theme From PSB, de su álbum debut, con aquel famoso sampleo que repite sin cesar: “Public Service Broadcasting”. Aquel disco de hace casi una década sigue siendo el mejor reflejo de ese espíritu tan ingenuo con el que PSB asume la música.

El encuentro con Every Valley (2017), vendría con The Now Generation, y posteriormente sonaría Sputnik, incluido en The Race for SpaceEste orden resulta irónico porque uno de los motivos detrás del último álbum del proyecto -según el propio J. Willgoose– era “alejarse de grandes sujetos épicos y hacer algo en un nivel más humano«. Every Valley nació en 2015 y se decantó gracias al renovado interés del músico por la política. Además, intenta ser una crítica a una sociedad que está sofocando las oportunidades y el potencial de la gente común.

Every Valley: Música para la clase trabajadora

En teoría, el concepto detrás de lo último de Public Service Broadcasting, encaja como anillo al dedo. Especialmente, en el tumultuoso escenario de la política internacional. Sin embargo, la música no transmite ese deseo de reivindicación. El álbum comienza en la «edad de oro» de la industria minera en Gales, y documenta el progreso, el declive y la huelga de los mineros a nivel nacional. ¿Dónde está todo eso? ¿En qué lugar han olvidado el espíritu contestatario?

Una vez más, hay un halo de infantilismo, que convierte ese supuesto interés político en un cliché. Después de sonar Korolev, sonarían People Will Always Need Coal y Progress. Para introducir el tema They Gave Me a Lamp, -en honor a las mujeres que participaron en la huelga de mineros-, se hicieron del clásico lugar común apelando al apoyo femenino de la audiencia. Decenas de smartphones iluminaban la sala. Nadie podía perderse el postureo político de la noche.

El cierre, antes del encore, fue con Go! Uno de los momentos más intensos de la noche. El público encontró este tema como el desenlace perfecto entre el viaje al espacio y ese paseo por la historia política de Gales, pero en versión dosificada y ligera. Hasta un astronauta salió al escenario a bailar. Lo único que faltó fue el minero. ¿Eso hubiese resultado políticamente incorrecto? Quizás.

Un encore dedicado Cataluña

El riesgo de romantizar el pasado pesa mucho en Every Valley, aunque ciertos temas intenten mantener los acordes sobre la tierra, o debajo de ella. Eso sí, el propio Willgoose ha dejado claro que la idea de este disco no era imponer un mensaje político fuerte. Según el músico «es mucho más poderoso si dejas la ambigüedad, si eres demasiado serio, no importa lo correcto que sea tu mensaje.”

En contraste, el líder del trío usó la situación política de Cataluña y su supuesta similitud con lo ocurrido en Gales en 1984, para dar inicio a All OutLa conexión pseudo política/emocional da para todo. Para cerrar el directo, PSB interpretó Gagarin y la responsabilidad de despedir el concierto recayó en la cima y el sonido de EverestAunque se trató de un directo enérgico y con una gran respuesta del público, fue más de lo mismo. La música de Public Service Broadcasting sigue sonando igual desde hace una década, y la fórmula ya no emociona sino que aburre.

Cabe preguntarse si la audiencia en Barcelona prefiere quedarse en la zona de confort. Si los grandes festivales y tener a Pitchfork como publicación de referencia, nos han convertido en un público que más que exigir propuestas de envergadura o con gran posibilidad, preferimos el sonido fácil y poco retador. En el fondo se parece mucho al «despertar» político de PSB: Ser ambigüo resulta más poderoso o, al menos, mucho más cómodo.

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