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Primavera Sound (Viernes): The National despegan con una actuación apabullante

Foto: Primavera Sound / Eric Pamies

Empezaba muy mal el segundo día del festival. Una lluvia torrencial afectaba al recinto las primeras horas después de la apertura de puertas. Chubasqueros promocionales y otros inventos que el público hacía para evitar quedar mojado para toda la jornada.

Por suerte, las lluvias de primavera van y vienen, y después de la tormenta salió el sol, aunque lamentablemente el aguacero impidió ver la actuación de John Grant. Una de esas pérdidas que duelen mucho.

Lo que sí pudimos disfrutar es del final de la actuación de Joanna Serrat, con un directo perfecto, gracias a su voz y a una solvente banda. Ganas de verla de nuevo en otra ocasión y disfrutarla de principio a fin.

Una vez finalizó nos fuimos al escenario colindante a ver a Refree, personalísimo como siempre. Es un artista con el que no hay medias tintas, o te gusta y entras en su universo particular o no. En un open air tampoco sería su espacio idóneo.

Así que volvemos de nuevo al Pitchfork, donde Speedy Ortiz, formación americana más bien desconocida hacía una muestra de rock alternativo clásico. Descarga energética positiva y buena ejecución, pero muy lineales en su propuesta.

En el Heineken estaba a punto de empezar la actuación de Haim, y en el Ray-Ban, Dr. John and the Nite Trippers. Temíamos un directo como el que aconteció ayer con Warpaint y con el hecho de que Haim son debutantes y no les sigue una buena fama en sus directos, ya habrá más oportunidades de verlas; queremos asegurarnos el tiro y ver a algo más raro de disfrutar: Dr John posiblemente rozó la perfección sonora, y posiblemente fue uno de los conciertos con mejor sonido del día a cielo abierto. Blues, funk, puro fantasma de Louisiana con una big band reducida pero perfecta. Un regalo para los oídos.

Y se acercaba el gran reclamo de ayer. Slowdive, por primera vez en nuestro país. Mucha expectación y ganas de ver a Halstead con esta formación. Desgraciadamente, los primeros temas se vieron algo empañados por un sonido desigual, sobre todo en las voces apenas audibles, pero que se solucionó con el cuarto tema, Alison, y partir de aquí ya fue un concierto de ensueño. De una sobriedad escénica absoluta pero una instrumentación impecable pudimos apreciar diferencias cada uno de las notas de Neil. Una absoluta gozada. Sonó When The sun Hits y todos volamos un poco.

Como contraste a la sonrisa que nos dejó Slowdive, Pixies empezaron su grandes éxitos particular justo en el escenario de enfrente, el Heineken. Pusieron el piloto automático, con alguna concesión a Indie Cindy, su último disco, con Magdelana. Pixies es un gran nombre para un festival, pero siguen haciendo lo mismo que desde que se volvieron a reunir en el 2004: llegar, tocar y marchar, y en esta ocasión con algunos momentos muy flojos como Velouria que sonó lenta y nada adrenalítica. Aburrieron, y la verdad, si no cambian la actitud es como verlos sentados en el sofá de casa. Claro ejemplo de banda que se ha reunido para engrosar sus cuentas, porque no transmiten que lo hagan para su disfrute.

Por suerte, The National pagaron la deuda que tenían con el público barcelonés desde el Primavera Sound en el que tocaron hace 3 años. En esa ocasión, el sonido no ayudó, tampoco el excesivo viento que azotaba ese escenario, y quizás no tenían su mejor día.

Todo queda relegado en el pasado. Lo que ofrecieron ayer por la noche fue una exhibición de músculo, de banda totalmente adaptada al gran formato y que saben sacarle provecho a la potencia sonora y a los bonitos visuales que llevan. Suenan más contundentes gracias también a los músicos de soporte con teclados y vientos que hicieron que Trouble Will Find me sonara enorme, como así también todas las canciones, un setlist muy buen escogido que pasa por todos y cada uno de sus discos.

Como sorpresa, compartieron dos temas con Justin Vernon, otro con Hamilton Leithauser y dedicaron un tema a Sharon Van Etten, a la que no pudimos ver porque se solapaba con ellos. Un bonito guiño de una banda que busca crear sensación de comunidad en un entorno de un festival, lo que les engrandece. Aunque tuvieran un cierto desliz hablando de Pixies y diciendo claramente lo que piensan de ellos, que es justamente lo que nosotros pensábamos después de verlos en el Heineken.

Imagen para el recuerdo y broche final del concierto más apabullante de este viernes: Baño de masas de Matt Berninger, hasta el punto de que el cable del micro no le da para más y pierde la conexión, con la banda cubriendo la falta la voz y con el júbilo del público al máximo. Berninger sigue siendo ese crooner educado que va llegando al paroxismo con una actitud totalmente desatada. Ayer se ganaron muchos fans.

Y sin movernos del mismo espacio, dejamos el escenario Sony para ir de nuevo al Heineken, a bailar con unos chk chk chk locos como siempre pero con el punto a favor de que cambiaron algo su sonido e incluso algunos temas. Son sabios, nos visitan a menudo y no quisieron repetirse. Por suerte tampoco se repetirán los berridos de Nic Offer, pero como siempre, le perdonamos todo al frontman más cariñoso que existe.

Una vez finalizada la actuación, en la otra punta del Fórum empezaban otras y con la presencia de Laurent Garnier interesante para algunos, pero también desmotivante para otros por su electrónica más dura.

Otro gran día que finaliza, encabezado por una actuación para el recuerdo de The National, comparable con la que hizo Nick Cave en la pasada edición. Momentos únicos.

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