Tras una interesante jornada inaugural en el Primavera Sound, la jornada del viernes prometía gracias a las actuaciones de artistas como Patti Smith, Damien Rice, Sleater-Kinney o Ride, entre muchos otros. Una vez más, nos dividimos para ver el máximo de conciertos posibles. Os lo contamos…
Rocío Márquez
Quizá el concierto con mayor riqueza, calado y sensibilidad de todo el festival. Palabras mayores: tuvimos la ocasión de disfrutar de la guitarra flamenca de Pepe Habichuela, que acompañó a una Rocío Márquez durante el primer tramo, de palos que, aun sin abandonar la ortodoxia flamenca, sonaban frescas gracias la templanza y maestría de la voz de la onubense, rica en texturas y dotada de un registro nada desdeñable. Una vez el ubicuo Raül Fernàndez, aka Refree, tomó la batuta del concierto, manteniéndose siempre en segundo plano en el escenario, el repertorio se adentró en terrenos más experimentales. La colisión entre la tradición y la psicodelia creó un territorio abrasivo en el que ponía en relieve las raíces telúricas del flamenco (la tierra, la pasión, la rabia, la voluptuosidad) con imágenes lorquianas y una escenografía que remitía a los aguafuertes de Francisco de Goya, ayudada por la voz rotunda del Niño de Elche. Una de esas actuaciones imposibles de olvidar.
Jose González
El éxito de convocatoria de Jose González resultó patente con las colas que se formaron poco después de las 3 de la tarde para adquirir tickets para su show, dos horas y media después. Había expectación y es que la ocasión bien lo merecía. Porque una propuesta como la suya en el formato del imprescindible Auditori Rockdelux no podía decepcionar a nadie. Y compensó todo nuestro esfuerzo ofreciéndonos un inolvidable show lleno de ritmo y buen hacer musical, acompañado por una banda de teclado, bajo y doble percusión que le dio un toque mágico y exótico a sus canciones. Un show en el que no faltaron canciones de su último trabajo como This is how we walk to the moon ni sus míticas como Leave off / The Cave o la final Heartbeats, sin dejar pasar laocasión de deleitarnos con su preciosa versión de Teardrop. Todo ello interpretado de manera brillante, haciéndonos partícipes a todos del festival de emoción y ritmo que nos proporcionó. Una auténtica delicia en un marco inigualable.
Disappears
Escenario Ray-Ban a las cinco de la tarde es sinónimo de pasarlas canutas. Tocando frente al sol, con un calor de justicia, con poco público, amodorrado y con la resaca del día anterior a cuestas, a los que la propuesta de Disappears dejó desconcertados. Y no es que la banda tuviese la culpa: se mostraron sobrios, desarrollando paisajes hipnóticos y metálicos con larguísimas codas eléctricas, cuyo hipnotismo se asentaba en bases rítmica que sonaban a kraut orgánico. Nos hubiesen puesto la piel de gallina si esa piel no hubiese estado tumbada y tostándose al sol.
Fumaça Preta
Delirantes, en lo bueno y en lo mejor. Una exuberante amalgama de sonidos y de influencias que hunde sus raíces en los ritmos tropicales pero que importa, incorpora y trasciende cualquier etiqueta: tan bien podría ser power pop como kraut como un concierto alocado de fiesta mayor. La suya fue una actuación sobrada de energía, desinhibida y muy, muy divertida.
Sr.Chinarro
Mientras tanto [para enlazar con otros conciertos], en el RayBan Sr. Chinarro seencargaba de ir dando la bienvenida a los que poco a poco iban aterrizando en el Forum a lo largo de la tarde. Y lo hizo ofreciendo un auténtico regalo a sus seguidores con un setlist plagado de sus canciones más aclamadas, que parecía casi escogido por los mismos. Además, inspirado, emocionándonos con canciones como Esplendor en la hierba, Babieca, Del montón o Los ángeles. Toda una demostración de su grandeza dentro del panorama indie español.
Ex Hex
De los primeros conciertos del viernes y no hay nada mejor que el trío femenino de Washington para empezar a animar el ambiente. Ex Hex, liderada por Mary Timony, apareció por primera vez el año pasado y aprovecharon su estancia en el Primavera Sound para presentar las canciones de su genial primer disco, Rips.
Una mezcla de punk rock y garage bajo el filtro del pop llenó de ritmos animados y melódicos el escenario Pitchfork a lo largo de una hora. Ellas cantaron bien, tocaron aún mejor y su buen rollo se contagió al público, quien no paró de bailar y saltar.
Patti Smith
Han pasado cuatro décadas desde que la artista neoyorquina publicase su inolvidable Horses, y hay que ver lo bien que envejece este disco. Como un buen vino, ha ido ganando en cuerpo con los años, y demostrando que su mensaje sigue estando vigente hoy, cuatro décadas después.
Fuimos afortunados por poder presenciar esta actuación con una Patti llena de fuerza, con el magnetismo propio de quien ya es una leyenda, de quien a base de talento ha logrado que personas de generaciones muy distintas coreasen con fuerza las frases de canciones como Gloria, Break It Up, Elegy o Free Money. Uno de los momentos inolvidables del festival.
Damien Rice
Escenario Primavera. Enorme. Alto, majestuoso y acompañado de dos pantallas. En el centro, un chico flaco, pelirrojo vestido normal, con sus pantalones, camiseta lisa…
Damien Rice parecía frágil cuando salió al escenario; hasta que cantó. Escogió canciones de su fantástico último disco, My Favourite Faded Fantasy, como del celebrado O, que lo llevo al éxito. El simple espectáculo se volvió mayúsculo gracias a su facilidad para llenar el monstruoso escenario, con su implacable voz y sus redondos temas, que quizás suenan aún más cercanos sin las orquestaciones de sus grabaciones de estudio, y su pedalera con la que llenó de loops sus temas para acabar con un Damien multiplicado por diez, mientras cerraba su actuación realizando percusiones.
Pocas veces algo con una producción tan minimalista había llegado tan lejos.
Perfume Genius
El sol ya se ha puesto y Mike Hadreas, la cara bajo el proyecto Perfume Genius, es el encargado de amenizar estas primeras horas nocturnas con sus baladas de una gran sensibilidad y sus composiciones electrónicas. Grandes expectativas, pues su último disco, Too Bright, había sido de lo mejor del año pasado.
Dos bloques dividían su concierto: las baladas de piano introspectivas y las composiciones más electrónicas (y potentes) que han caracterizado su último disco. Una actuación que estuvo a la altura, en la que el artista no paró de bailar y emocionar al público. Quizás, hubiera sido más interesante ir mezclando canciones de un bloque y de otro y no conglomerar todo el grupo de baladas más tranquilas en el medio. Aún así, notable alto para el artista de Seattle.
Sleater-Kinney
Volver tras 7 años de inactividad como banda siempre es una decisión arriesgada. Puede que parte de la química o de la fuerza se haya perdido por el camino. Puede que saques un nuevo disco que destroce el legado y el buen recuerdo que habías dejado. Pero ese no es el caso del trío formado por Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss, quienes ya se mostraron en buena forma con su nuevo disco, No Cities To Love, y lo confirmaron en el Primavera Sound ofreciendo un sólido directo, quizá menos fiero que en su anterior etapa pero aún lleno de fuerza y energía punk.
Sobre todo, destacaría el buen estado de la voz de Tucker, aún capaz de transmitir toda su potencia incluso en las notas más altas y complicadas, así como la buena sintonía que se podía percibir entre las tres miembros dela banda. Ojalá todas las bandas que vuelven lo hiciesen así.
The Church
Elegantes, sobrios pero, por otra parte, distantes sin ninguna necesidad. Su soberbio catálogo, del que desglosaron sus grandes y nostálgicos éxitos, ya habla maravillas de ellos; y tampoco es que la pulcritud sea necesariamente enemiga de la emoción, pero daba la impresión de que los de Sídney estaban encerrados en el estudio en vez de tocar para un público expectante, con lo que la tan manida expresión «magia del directo» quedó diluida a homeopatía. Da mucho rabia que su principal virtud sea, paradójicamente, el mayor escollo para entrar en su música, porque su talento es innegable. Así pues, tuvimos que hacer un esfuerzo para que las letras evocadoras hiciesen su labor de transportarnos a otros universos de ensueño. Bien, solo bien.
Ride
Sensaciones encontradas con el esperado regreso de Ride. A pesar de que el grupo supo interpretar de forma técnicamente impecable su inconfundible sonido shoegaze, el directo fue por momentos algo falto de fuerza. Tampoco ayudaron algunos pequeños problemas de sonido que ocurrieron en varias ocasiones en el escenario Primavera, donde por momentos se producían bajones inexplicables de sonido. O quizá fuese que la voz de Mark Gardener sonase excesivamente plana, demasiado monótona, perdiendo la ocasión de conectar con el público a un nuevo nivel. No podemos decir que fuese un mal concierto, ni mucho menos, pero bien es cierto que esperábamos más.
Ariel Pink
Uno de los conciertos más esperados a la vez que más temidos. Es verdad que Ariel Pink tiene un talento musical innato (lo ha demostrado con su último disco, Pom Pom, y con la mayoría que hizo con su grupo Haunted Graffiti), pero las excentricidades que tanto lo caracterizan también provoca algunas veces que sus directos no sean muy buenos.
El concierto no empezó muy bien. Errores técnicos, Ariel Pink cabreado y no cantando muy bien… Pero fue mejorando poco a poco. Acabando con alguna buena interpretación (la potencia de Enough Violence fue uno de los mejores momentos del festival). Pero también hubo momentos que fueron muy flojos. Eso sí, seguiremos disfrutando de su Pom Pom espectacular, la mezcla perfecta de pop, psicodelia, soul, folk y electrónica filtrado por un cassette de los años 80.
Death from Above 1979
Uno de los conciertos más ruidosos y brutos del festival. Sudor, furia, política, todo lo que echamos de menos en apuestas más al gusto de estos tiempos asépticos se concentró en un setlist breve por necesidad pero intenso como tres horas de Swans, cambiando la angustia vital por la rabia salvaje y el pogo brutal. El espejo donde The White Stripes y The Black Keys se miran para, en muchos casos, devolver un pálido reflejo de lo que fue este concierto.
alt-J
La propuesta musicalmente deliciosa de los alt-J sentó perfectamente al comienzo de la madrugada del viernes en el Primavera Sound. Himnos delicados como Matilda, coreados por todos como Breezeblocks o absolutamente redondos como Fitzpleasure fueron solamente algunos de los momentos destacados de un recital absolutamente cuidado hasta el más mínimo detalle, acompañado además por unas proyecciones de fondo que se ajustaban de forma natural y casi hipnótica a la música de los ingleses.
El concierto de alt-J fue un momento de calma y delicadeza musical que sirvió de maravilloso oasis dentro de la programación de la jornada. Muy recomendable.
Ratatat
Hace casi una década que el dúo americano publicó su último disco. Era muy esperado el concierto de Ratatat, lo demostró la gran cantidad de gente que llenó el escenario Ray Ban para ver su directo. No faltaron sus éxitos de toda la vida, como Loud Pipes o Wild Cat, a lo largo de los 60 minutos que duró el recital.
Ratatat demostró que siguen estando en forma con la guitarras y la electrónica, haciendo disfrutar sin parar a todos los asistentes. Un concierto que, posiblemente, los fans del dúo recordarán durante mucho tiempo.
Movement
Uno de los grupos internacionales más amateurs de esta edición del Primavera Sound pero, también, de los que han conseguido más fama en tan poco tiempo. Sin aún haber publicado su primer disco, Movement venía con un repertorio corto (el concierto duró unos 30 minutos) pero valió mucho la pena.
La electrónica fluía a la perfección con la voz (más bien vozarrón) soul del cantante que no desafinó en ningún momento. El público no paró de bailar ni un momento en todo el concierto y se emocionaba cada vez que el líder de Movement se recreaba luciendo su voz al más puro estilo de una diva del soul. Concierto corto pero de lo más recomendable.