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Nuestra oscura noche con The Soft Moon

Es el jueves 10 de marzo y estoy segura que mi oído derecho ha perdido la capacidad de percibir ciertas frecuencias. Tengo un pitido ahogado que insiste en recordarme la experiencia vivida la noche anterior, porque lo que ofrece Luis Vásquez, el hombre-orquesta detrás de The Soft Moon, es intensidad pura, de esa que te puede dejar sordo (o casi, como a mí).

El miércoles 09 de marzo, en una noche bastante fría y húmeda, me dirigí a la [2] del Apolo. Siempre he tenido predilección por este tipo de lugares,oscuros y algo pequeños, para ver directos de post punk. Porque son justo estos sitios los que tienen el espíritu y la capacidad de contener tal potencia y pasión… y hay proyectos, como The Soft Moon, que saben hacerse con esos espacios y extender sus dimensiones en todo los sentidos.

Acompañado por batería y bajo, The Soft Moon, hizo gala de un derroche de energía y actitud que llenó la sala de un calor inesperado, sin dejar ninguno de sus álbumes fuera del repertorio y equilibrar a la perfección el nivel de éxtasis que esperaba del público.

En un rollo muy Blueman Project, pero versión post punk, Luis dio muestras de una sincronización absoluta con sus compañeros en tarima mientras descargaba sobre unas pequeñas congas o tocaba un imponente cubo de metal, para impregnar cada canción con una dosis extra de dark wave.

The Soft Moon ha estado girando por meses para promocionar su último álbum Deeper (Captured Tracks, 2015), pero esto no le resta ni un ápice de energía a su presentación: que vive como si fuese su primera vez o si setratara del último concierto de su vida (todo depende de si eres de los que ve el vaso medio lleno o medio vacío). El tema Black, incluido en su más reciente disco, fue el escogido para abrir el concierto y darnos la bienvenida a una sesión de casi una hora y media con lo mejor del repertorio de la banda, desde su aparición en los escenarios en el año 2010.

Las versiones en directo de canciones como Far, Circles, Tiny Spiders y el gran cierre con Being, luego de un corto descanso, sumaron a la audiencia en una fase black morning y de absoluta desconexión con el entorno, para alcanzar una total devoción a la suavidad punzante de The Soft Moon.

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