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Nocturnos: Lobos sueltos por Callao

La banda madrileña sigue aullando cada vez con más fuerza. Sus rugidos pop se refugiaron del intenso calor de este verano homicida en la FNAC de Callao en pleno corazón de Madrid. Allí, nos fuimos a escuchar la voz de David Montijano y aprovechar el aire acondicionado del lugar. La voz desgarradora de la banda no ocultó el sonido sucio pero elegante de un falso acústico que sonó rematadamente bien en el interior de la FNAC.

Ante un público de todas las edades, desde futuros fans a seguidores consolidados, su pop sesentero nos volvió a hechizar, como cada vez que trasnochamos para encontrarnos con su último disco. Ese LP ha sido trabajado con mimo. Sus arreglos ocultan cosas que al fin hemos visto en este interesante acústico. Desnudos ante un público entusiasta, Nocturnos no echó en falta los artificios de los sintetizadores. Es como si temas como Fantasía liberal, Rey absolutista o Bonnie&Clyde se hayan escondido durante estos meses canciones dentro de ellas con su mismo sonido y estructura pero claramente diferentes que conforman un directo muy atractivo. Entre canción y canción, David siempre deja alguna perla que debería ser editada en su próximo álbum como contenido alternativo. La gente iba entrando en el directo a pesar de las sillas y el formalismo que desprende siempre la sala de la FNAC en Callao. Una a una se iban desgranando los temas de Hemos visto lobos, ese disco que ha llevado a otra dimensión musical a esta banda modesta pero con muchas ganas de aullar.

Y efectivamente hemos visto lobos sueltos por Callao. Una manada de buenos músicos que se entregan a temazos como Inevitable, El polo positivo o Navaja y filo. Sus letras ácidas, que no se callan nada, que se entregan a lo que pensamos pero que no sabemos expresar es otro de los puntos fuertes de este falso acústico. Insistimos en el concepto porque realmente resultó impactante el sonido de esta banda a pesar de la limitación aparente de dejarse los sintetizadores en casa. Conviene repetirlo para que los aullidos de Nocturnos no te distraigan de ese concepto. Finalmente ese directo íntimo se terminó con un bis repetido y al fin los lobos se pudieron ir a hibernar hasta su próximo concierto con todo el ruido que les suele acompañar y del que cada día somos más adictos. Si ves lobos sueltos por la Gran Vía no te inquietes, sigue sus huellas hasta el primer garito donde les dejen tocar. Recuperarás la fe en el pop perdido de los 60 que tanto brilla en tu imaginario.

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