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Nocturnos: Aullidos en la Costello

Hay momentos en los que los Nocturnos sentimos la llamada. En la noche se escucha un murmullo que se convierte en deliciosa distorsión. Algo así como el quejido de un lobo hambriento de experiencias salvajes. Justo en ese momento en el que la noche se hace más cerrada aparecen tipos como David Montijano y los suyos. Ningún lugar mejor para acoger a estos lobos nocturnos que la Costello y hasta allí nos dirigimos a contemplar la noche más oscura al ritmo de Hemos visto lobos, el último trabajo de este grupo de Alcalá de Henares, que tan buen sabor de boca nos deja a los sonámbulos.

La Costello era un hervidero de gente instantes antes del debut en directo de ese LP, con mucha carga ochentera que en CrazyMinds habíamos escuchado previamente con devoción. Para los asistentes era una completa sorpresa su contenido, ya que el material recién editado se incluía en el precio de la entrada para disfrutar de una segunda escucha, la primera al contrario de lo que suele suceder se produciría en las tablas de la vieja Costello.

En directo su halo de suciedad distorsionada se hace más latente. Reflejos del ayer centellean en una caverna hasta la bandera que suena a clásica e innovadora al mismo tiempo en manos de esta banda. Nocturnos decidió respetar el tracklist del disco para goce de los asistentes. Su nuevo sonido es elegante, simple pero complejo en el fondo y tiene un punto de pop garajero muy clásico. La voz de David nos sumerge en las profundidades de los 80 con una actitud desafiante. A su alrededor se sitúa una banda bien engrasada a través de temas tan sugerentes como el que da nombre al disco Hemos visto lobos o Fantasía liberal. Dos piezas de coleccionista que sonarán y mucho en este Madrid ansioso de nuevas emociones nocturnas.

Su apuesta por conservar su estilo melódico y añadirle un punto electrónico se transforma en directo vibrando con cada nota de temazos como Inevitable, El polo positivo o Rey absolutista. Sus letras dicen las cosas claras, aúllan en mitad de la noche verdades y secretos personales que tienen un alcance universal, como les sucede a los buenos poetas urbanos. Lo cual se traduce en una conexión casi mística con un público que se entrega desde la platea. El directo no da tregua y a pesar de las conversaciones a elevados decibelios de parte del público, el resto de la Costello se entrega a Bonnie & Clyde, Navaja y filo o Exclusiva universal.

La explosividad de la banda y su intensidad se esfumaron después HLV, el último tema de su nuevo disco. Con apenas una hora de concierto abandonan el escenario para regresar entre vítores y súplicas a repasar su anterior trabajo, donde se esconden himnos como Astronauta cantando a una solo voz por toda la sala. Después de una breve visita a esos temas tan nocturnos de la banda que ya forman parte del selecto setlist de los asistentes, se marcharon de nuevo.

La algarabía les hizo regresar para aullar por última vez ante los nocturnos de Madrid ansiosos de ver a un referente de una escena que busca reinventarse a través del estiloso pop de estos chicos de Alcalá. Tras una última canción, nos fuimos de la Costello en busca de más emociones nocturnas. Los gurús de la nocturnidad recorrieron Madrid en un preludio de muchas noches más amenizando nuestros anhelos de un pop sofisticado pero rudo y cuyo ruido nos despierte de la monotonía de estas noches primaverales. 

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