La celebración del primer año de vida de Music Hunters no pudo cerrarse con mejor sabor de boca. La noche del sábado ofrecía las circunstancias ideales para la HUNTERSPARTY 2018. Con el tiempo dando una breve tregua entre las persistentes borrascas que barren Madrid estas semanas y cinco grupos que representan a la perfección el talante innovador y diverso de la joven agencia. Así, la afluencia de público a la Sala Siroco dejó claro que la capital tiene ganas de indie novedoso y emergente. Tanto es así que antes de que terminara la primera actuación de la noche, ya podía decirse que el subsuelo de la Siroco estaba bien poblado.
Las celebraciones comenzaron poco antes de las nueve de la noche con el rock clásico y desenfadado de Tangerine Flavour. Arrastrados por su carismático frontman abordaron algo más de media hora de guitarreo e, incluso, algún que otro solo de teclado. Su sonido, directo y sin complicaciones, funciona como la seda. Y eso, a pesar de los calores y problemillas con el sonido que parece ser que experimentaron durante su set.
Les siguió Éclaire con su pop de cantautora, limpio y honesto. Sus delicadas canciones quedaron precipitadas por las aparentes prisas con las que se iban sucediendo, pero su voz y su banda sonaron solventes y sólidas durante algo más de media hora. Así se fueron sucediendo actuaciones de entre 30 y 40 minutos, con un ritmo algo frenético a la hora de ir realizando los cambios de equipo entre grupo y grupo. Del blues atercipelado pasamos al rock de bar y emociones cortantes de Gotelé y de ahí al contundente, divertido y muy exitoso synth pop de denea.
Todo para dar cuenta de la colorida paleta de sonidos con la que Music Hunters se ha ido haciendo a lo largo del año. Una suerte de menú de degustación con Cumpleaños Feliz incluido que sirvió para tomar el pulso a cinco bandas de las que probablemente oigamos hablar en los próximos meses.
