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Miss Caffeina en Madrid: crecimiento orgánico positivo

Cuando una banda pega ese salto cualitativo de tocar en una sala mítica como es La Riviera, parece que a uno le toman un poco más en serio. Aunque para los chicos de Miss Caffeina esto no es un hecho ajeno, el poder volver a este templo les concede una autoría, un halo de credibilidad, esa consagración que casi parece agua bautismal y que parece que sólo unos pocos se merecen.

Nadie se lo ha puesto fácil. Es decir, el mundo de la música independiente no regala nada y hay que llamar a muchas puertas y hacer muchos kilómetros para que alguien se fije en ti, vea tu concierto en uno de esos miles de festivales estivales o finalmente, hecho un valiente, compre tu disco.

Detroit ha sido el disco del cambio, este impass donde las letras se vuelven dardos al corazón, se recrudecen; donde la banda ha tomado forma y por fin, armonía en el escenario. Hay luz y hay sombra en un disco rotundo, un trabajo agradable para escuchar en la intimidad y todavía mejor en vivo.

Personalmente, quería ver cómo se desenvolvía Miss Caffeina dentro de su propia gira. En festivales los he visto vivos, incluso los he visto en varias fiestas patronales, de éstas que aún piensan que la música independiente puede caber en la habitual rancia programación (y lo celebro).

La Riviera estaba a rebosar, gente joven y no tan joven, público ecléctico y sosegado, esperando a Alberto y sus secuaces. Y todo estalla.

Detroit sigue abriendo la velada como ha sido la tónica habitual de todo este viaje y sin duda, es una gran apertura. Por un momento pensamos que el setlist podía variar poco, pero no, no os dejéis llevar por los primeros momentos que inducen a engaño.

La trinidad de canciones se desarrolla un poco como lo esperado: Desierto, Titanes y Turistas siguen siendo el brutal comienzo con el que nos arrastran hasta rincones insospechados. En las tablas, Alberto dirige con cierto dramatismo que a mí en particular me conquista mientras que el resto de la banda se muestra sólida, acorde, sonando como nunca antes lo habíamos visto. Este punto se alcanza cuando se trabaja mucho previamente y francamente nos gusta ver esto en las bandas.

Aunque estamos viviendo la gira de su tercer largo, sigue habiendo tiempo para canciones de otros álbumes; echo mucho de menos algunas canciones que me encantaron en su momento pero somos conscientes que disco a disco muchas se acaban evaporando. Una de las sorpresas de este retroceso al pasado lo pone Átomos Dispersos, no estábamos acostumbrados a vivirla así ya que durante mucho tiempo no ha aparecido en los setlists.

Otro de los momentos destacables es cuando de forma veloz se interpretan Modo Avión y MM, ésta última siendo una de las mejores que tiene la banda y que recoge muy bien esos fondos oscuros que a veces nos aportan en sus letras. Una puesta en escena brutal, una fuerza sobrecogedora. No me canso de verla en directo.

En la carretera no están solos. Hay muchas bandas que han de hacerse largos viajes para poder estar en dos ciudades totalmente opuestas en cuestión de horas y aunque todo debería ir bien, no podemos olvidar que Supersubmarina ha vivido en primera persona la cara más amarga de esta vida itinerante y sus colegas no lo olvidan, a fin de cuentas, son parte de esto.

Y como dice Alberto, con la mirada puesta al sur, usan uno de los momentos más álgidos de la noche para homenajear a los de Baeza cantando Supersubmarina, dejando un poso irrepetible, lleno de belleza y lleno de rabia a la vez. Se agradece ver que esta fraternidad es real y sentida, se podía tocar la emoción.

Alberto además de ser un gran artista, es un gran orador y aprovecha para hablar claramente de la que nos ha caído a nivel político y da mucha visibilidad a temas tabúes como la libertad sexual. Nos gusta que las bandas se impliquen y más cuando cientos de jóvenes lo ven y pueden sentir el respaldo. Aunque a mucha gente le pueda resultar un discurso manido y oportunista, admiro la responsabilidad que toman estos chicos poniendo música a situaciones que se esconden y sobre todo, verbalizando a través del discurso, ¡Un aplauso fuerte a los valientes!

Centrándonos en la música, Miss Caffeina tiene otra sorpresa preparada y es que en 2016 las malas noticias en la música han sido bastantes, a nuestro pesar. Una de las últimas pérdidas que tuvimos en este año que acabamos de dejar fue la de George Michael y por ello, no dudaron en rendirle homenaje entonando Freedom junto a un coro gospel y Jorge de Vetusta Morla. Otro momento genial para una noche que iba llegando a su fin.

Las energías finales fueron destinadas para Ácido, Oh! Sana y como no, Mira cómo vuelo, que acumula la friolera de 5 millones de reproducciones en Spotify.

Sin duda, se encuentran en un momento dulce y con la aprobación general de que ya juegan en la liga de las estrellas. Al final el trabajo se ve recompensado y su crecimiento, pasito a pasito, ha sido muy positivo.

Nos fuimos con buen sabor de boca y con la esperanza de ver tanto desparpajo y talento próximamente.

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