La última vez dijimos que los lunes se habían convertido en días perfectos para un concierto. Ahora seguimos con el martes y ¡oye! que las segundas partes no están nada mal, y sino que se lo digan a todo el mundo que llenó La Riviera y aguantó frío y lluvia por verlos otra vez en su regreso a la capital.
Ya los habíamos visto antes en más de una ocasión, pero qué queréis que os digamos. Milky Chance siempre nos deja esa incógnita en sus álbumes que nos hace tener la intriga de cómo será su directo con esas canciones y lo vuelven a hacer una y otra vez.
Esta vez volvían en un tour europeo con el que presentaban su último trabajo Blossom, con el que agotaban entradas en más de la mitad de las fechas lanzadas. Con media hora de retraso el show comenzaba. Se apagaban las luces, nadie en el escenario y el público ya se preparaba, móvil en mano y grito en alto para dar la bienvenida al dúo germano que regresaba esta vez en un ambiente algo más íntimo tras un pasado año de gira festivalera donde los pudimos ver visitarnos en el Mad Cool Festival.
Clemens y Antonio hacía su entrada triunfal al escenario con temas nuevos. Ego, Clouds o el tema que da titulo a su último trabajo, Blossom, hacían a todo el mundo bajar los teléfonos móviles. Era hora de bailar y teletransportarse a pleno julio en medio de un festival.
“Hola Madrid” era aclamado por todos los asistentes, quienes lo aplaudían por todo lo que estaba por venir. Un simpático Clemens se preocupaba por sus fans y les prometía que la noche se les haría corta de todo lo que tenían por delante, junto a la percusión que le ponía mucho ritmo a los temas. Bad Things nos llevaba a un ritmo algo más reggae que venía de un relajado Cold Blue Rain con esa destacada armónica que desataba emoción entre todo el público.
Y llega la locura del directo
Pasando por todos los estilos, llegábamos a momentos con Fairytale o Loveland, donde el juego de luces acompañaba de manera activa el desenfreno que llevábamos anterior a estos temas algo más relajados.
Alive retrataba a la perfección el estado de esa noche y si, llegaba el momento del bis. Ese bis por todo el mundo esperado. No les dio tiempo a empezarla y el público ya lo coreaba. “Eh, oh, eh oh” Cocoon llevaba pero no sin el agradecimiento del dúo: “Sois de puta madre”. Venía el fin de la noche y esto iba rápido, pero no se querían ir sin podernos agradecer como casi tiramos La Riviera con ese ambiente tan veraniego en el frío polar de marzo.
La locura de Cocoon nos guiaba hasta un Stolen Dance que cumplía con su título y culminaba con un Sweet Sun con el que soñaremos hasta volver a verlos quién sabe si en algún festival este año.