Foto: Alexandre Casal.
McEnroe saca sus canciones tristes a bailar y ninguna se queda sola. Todas cogen a alguien de la mano y salen al centro. Y bailan sin pisarse los pies. Con los ojos cerrados. Puedes ver caballos y palmeras, ballenas y electricidad.
Cierta electricidad que te quiebra cuando las palabras dan, donde duele y se desatan pequeños incendios, sin importancia. Que se apagan mejor al estar rodeado. Hemos llegado a ese punto, en el que nos permitimos escuchar canciones tristes con los demás. Solos, con todo el mundo. Es un concierto intimista para 1200 personas. Segundo concierto que llenan la Ochoymedio en unos meses.
Hay pérdida de temor a las mareas que vienen y van. Hay canciones cantadas a coro, por todos, los de abajo y los de arriba. A modo de exorcismo. De auto(poli)ayuda. Intervención grupal. Terapia de grupo.
Rugen las flores ha democratizado las canciones de McEnroe para todo el mundo; y ya puedes decir, sin miedo a los demás que te sientes bien, escuchando las canciones que te hacen sentir mal.
Pero. El ruido de fondo calma las palabras que resuenan de su voz. Su enorme voz(digáis lo que digáis). De Ricardo Lezón. Su voz se ha vuelto el verdadero protagonista y transmisor de las letras. Pero. El ruido de fondo molesta el enfoque y emborrona un poco el cuadro. El concierto intimista para 1200 personas diluye el impacto real. Duele menos. Es Halloween. Todos hablan. Y se pierde la magia. Pero todos cantan a coro las desgracias propias y ajenas.
Ellas discuten mientras si el protagonista de las canciones, su él/ella debería oler más o saber hablar. Y ella dice que oler.
Porqué luego hablan cuando cruzan el puente. Y te miras de verdad. Luego hablan. Y joder deberían saber hacerlo.
McEnroe acaba y hace bis la noche de los muertos. Y los monstruos salen a bailar cogidos de la mano «y me besas de tus labios, mis labios para siempre, y se dicen que todo va a ser diferente».
Antes Suecia. Viva. Viva Suecia con la sala llena expuso en una hora sus canciones incluidas en su primer trabajo largo homónimo. Canciones de tintes emocionales y guitarras en la línea de grupos como Supersubmarina. La gente cantaba sus canciones.
