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Matthew Caws, pop entre amigos

La próxima publicación el 29 de octubre del disco de colaboración con Juliana Hatfield Get There era la excusa perfecta para acercarse a la sala Moby Dick de Madrid para ver al cantante y compositor de Nada Surf en acústico.

A las canciones de la banda neoyorquina les sienta estupendamente este formato, probablemente por la forma en la que fueron compuestas por Caws. Perfecto set-list que alternó clásicos como Inside of Love y caras B nunca tocadas como End Credits (ambas de Let Go de 2002).

No faltaron las versiones desgranadas del álbum If i Had a Hi-Fi (2010), como las versiones de Enjoy the silence de Depeche Mode y Evolución de Mercromina (cada vez suena mejor gracias a la mejora del acento español de Matthew) que fueron especialmente coreadas.

También sonó una canción de Telekinesis, banda que comparte con Michael Lerner, dando una muestra más de la gran actividad de este compositor de grandísimas canciones pop que, a pesar de llevar mucho tiempo en la industria, sigue mostrando su talento.

Las canciones que tocó de Minor Alps, así es como se llama su nuevo proyecto, no solventaron todas las incógnitas que genera, ya que faltaba la otra parte del dúo y que, como han declarado en alguna entrevista, el juego de voces parece algo primordial.

Se hizo acompañar de “un sampler muy caro” según él mismo, para a continuación poner en marcha el ipod. El resultado fue un poco frío, incluso hizo alguna broma respecto a quedarse sin hacer nada encima del escenario mientras sonaba ese sampler.

Parece que la idea original al grabar el disco era que participara un batería, pero al encontrarse enfermo utilizaron una caja de ritmos. Les gustó la combinación, el resultado frío, casi gótico según ellos y acogieron la idea para la grabación.

Muy simpático y comunicativo tranquilizó a los fans de Nada Surf aclarando que sólo se están tomando un año de descanso y no hay ningún problema con sus compañeros, a los que mandó un beso.

A la hora de los bises, recurrió a las infalibles Always Love y Blankest Year, coreada como en todos los conciertos con gran entusiasmo y dejando al público de ganas de más.

Con ganas de más, a pesar de un mal que se extiende cada vez más en los conciertos de nuestro país, el público que se pone a hablar sin importarle molestar a los demás (especialmente grave en un concierto de estas características que no abusa del guitarreo y se celebra en una sala cerrada y de tamaño reducido).

Prometió una nueva gira el año que viene, suponemos que esta vez sí acompañado de Hatfield, cuya carrera en solitario es ampliamente recomendable, aparte de sus más conocidas colaboraciones con Lemonheads y Evan Dando.

Siempre es una buena noticia que un músico que nos acompaña desde hace tanto tiempo (publicaron High/Low en 1996) siga componiendo buenas canciones y mostrando entusiasmo en sus actuaciones, aunque ahora las canas sean mayoría tanto en la cabellera de Matthew como en la de sus fans.

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