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Mad Cool (Sábado): M.I.A. se cuela como protagonista en la fiesta de los Kings of Leon

Si nada más ocurrir la tragedia, la organización decidió seguir adelante con el festival en la jornada del viernes, todo parecía indicar que la jornada del sábado en Mad Cool Festival continuaría según lo previsto, y así fue. La organización intentó templar los ánimos con un nuevo comunicado al mediodía en el que ofreció mejores y extensas explicaciones, y en el que anunció que se haría un homenaje a Pedro Aunión en algún momento del sábado, sin dar mayores detalles. A pesar de la concentración convocada por los sindicatos a la entrada del festival, la jornada discurrió con relativa normalidad después de lo ocurrido el viernes. ¿Se debería haber cancelado el festival? Ya hablamos sobradamente de ello en la crónica de la jornada del viernes. Por nuestra parte, decidimos volver a la Caja Mágica para intentar relatar todo lo que allí ocurriese.

Arrancamos divididos entre el escenario principal con Wilco y el Escenario Mondosonoro con los prometedores Ganges. Wilco logró que la gente entrase temprano al Mad Cool con el pensamiento y las emociones contrariadas, acometiendo un particular tour de force emocional basado en folk-rock-country de efectos pausados, con Tweedy como ancla de los tiempos que corren. Mientras tanto, Ganges nos hipnotizaron con la elegancia de su música, en la que vemos detalles que nos recuerdan a The xx o London Grammar, lo que es decir mucho. Además, estrenaron en directo la primera canción de su discografía en castellano, y tenemos que reconocer que acabamos hipnotizados por su belleza. Atentos a este nombre porque creemos que tienen muchísimo futuro.

Acto seguido había que tomar otra difícil decisión. La tradición de la música británica encarnada por Manic Street Preachers o la furia de Savages. Afortunadamente, nos dividimos y pudimos disfrutar ambos conciertos. Con Manic Street Preachers pudimos disfrutar de una banda que, a lo largo de su amplia trayectoria, ha amasado tal cantidad de éxitos que su setlist es coreado por el público una canción tras otra. Empezaron fuerte con Motorcycle Emptiness, y pese a la baja de Nicky Wire, posiblemente el verdadero alma de la banda desde su posición como bajista, supieron dar un concierto lleno de hits en los que lograron algunos de los mayores coros de la noche con temas como If You Tolerate This Your Children Will Be Next, You Love Us, o la magnífica A Design for Life con la que terminaron su concierto. Magnífico haber podido ver por fin a los de Gales en Madrid después de unos cuantos años de ausencia. Como contrapunto, en el Escenario Radio Station, llegaron Savages y su rock noventero de tintes punk, oscuridad, guitarras sucias, bajo intenso y la voz de Jehnny Beth con la que sobresale e hipnotiza. Fuerza, actitud y amor en una propuesta única en el panorama actual. Brutal.

Poco después, mientras aún resonaban las canciones de Manic Street Preachers en el Escenario KOKO, otros clásicos se subieron al escenario para recordarnos que fueron ellos quienes inventaron eso que desde entonces llamamos indie. J Mascis, Lou Barlow y Murph, es decir, Dinosaur Jr, pese a algún que otro problema de sonido, nos recordaron por qué son considerados unos precursores y clásicos del rock, e incluso se lanzaron a una versión del Just Like Heaven.

Precisamente durante su actuación, se produjo uno de los momentos más emotivos de la jornada, cuando se paró la música en todo el recinto para el homenaje a Pedro Aunión, un mensaje de recuerdo por parte de la organización acompañado de la música de Purple Rain de Prince. Nadie lo había anunciado, por lo que a muchos nos pilló por sorpresa, y el público respondió con una ovación en recuerdo al artista.

Poco después, llegaba el turno de Kings of Leon en el escenario principal. Y de nuevo, nuestra compañera Ro Sánchez nos lo cuenta: «No me lo podía creer, por fin estaba viendo a Kings Of Leon. Mira que los Followill son muy de cancelar en sitios, pero allí estaban, confirmadísimos en el Mad Cool y dispuestos a reinar en la noche del sábado. Y vaya que si lo hicieron. Directo consistente y bien tocado, sin parafernalias ni palabrerías, puros himnos de estadio uno tras otro y ambiente in crescendo. La única que pena es que después de conciertos de entre dos y dos horas y media del resto de cabezas de cartel del festival, este llegara sólo a la hora y media. La longitud fue de medida perfecta, pero me doy cuenta de que quiero mucho más de la banda. En ese tiempo se dedicaron a repasar los grandes éxitos que han dejado seis álbumes de estudio y el último WALLS publicado casi a finales del año pasado. Hay que decir que Kings of Leon son bastante estáticos en el escenario, pero tampoco necesitan más: su música y su forma de interpretar lo hacen todo. Ellos encienden la chispa sureña en una mezcla entre rock y romanticismo que te deja como en una ensoñación. Yo me estaba enamorando in situ. De verdad que no hay estribillo en el que no quieras llevar tus brazos al cielo y en el que los coros de los miles de asistentes no resuenen por encima de la voz potente de Caleb Followill. Experiencia brutal que para nada se puede resumir en Use Somebody y Sex on Fire, sino que cuenta todo. Qué manera de pulverizar su sonido de estudio, qué garra tienen en el instrumental y cómo llenan el escenario sin apenas moverse del sitio. Visita obligada, santuario de los presentes y una de las mejores actuaciones que conquista este festival».

A continuación, otro doloroso solape entre Foster The People y M.I.A., pero con toda sinceridad, nos encontramos por sorpresa con probablemente uno de los tres mejores conciertos del festival. Y es que lo de Mathangi Arulpragasam, o M.I.A., fue absolutamente espectacular. En un escenario presidido por una valla, la artista ofreció una lección de energía, rabia y espectáculo puro y duro acompañada de su banda y unas bailarinas que ofrecieron un concierto imposible de definir solo con palabras. Tanto fue el éxito que la zona tuvo incluso que ser acordonada ya que rebasaba el aforo completo, siendo el ejemplo perfecto de cómo se convirtió en una de las grandes protagonistas del festival. Magnífica. Al mismo tiempo, Foster The People aprovecharon su visita para estrenar sus nuevos temas, que sonaron bien pero a veces un poco carentes de personalidad. Sin embargo, cuando comenzó Pumped Up Kicks todo el mundo se puso inmediatamente a bailar y a disfrutar de la noche del sábado.

Poco a poco se acercaba el final de la noche y qué mejor compañía para despedir el escenario principal que la música de Moderat, que nos acunaron con fuerza hacia la madrugada, y las sesiones de SBTRKT y Floating Points, a quien, por cierto, tuvieron que subir al escenario a avisarle de que tenía que ir terminando su sesión. Mad Cool llegaba a su fin, de un modo un poco abrupto, pero curiosamente nos pareció un reflejo de cómo ha funcionado todo en el festival.

Ahora, una vez se han apagado las luces de los escenarios, hay mucho, muchísimo en lo que pensar y trabajar de cara al año que viene. Por supuesto, lo más importante, saber qué ocurrió realmente y qué falló en la trágica muerte de Pedro Aunión, pero además hay muchos aspectos que en esta segunda edición no han funcionado como deberían, y la organización debe plantearse mejorarlos si, de verdad, quieren asentarse como un posible festival de referencia. Esperamos que sí, ya que, como decimos siempre, Madrid se merece un gran festival (de calidad).

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