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Low en Barcelona: Sueños en clave pop

A 25 años de un dream pop nostálgico y oscuro, Low regresó a los escenarios con una propuesta aún más sombría pero que engrandece y posiciona su discografía entre los grandes clásicos de la música. Double Negative, el décimo segundo álbum del trío compuesto por Alan Sparhawk (guitarra y voz) y Mimi Parker (batería y voz), acompañados por Steve Garrington. (bajo), ha sido la excusa perfecta para visitar a Barcelona.

La erosión de América y su situación socio-política, así como del ecosistema en un sentido más amplio, y el estado psíquico de vivir en medio de esa erosión, es el enfoque representado en la música y en las letras”, así lo afirma Ben Thomas en su crítica de Double Negative para The Guardian, en la que le ha concedido al álbum cinco estrellas. Y es que las expectativas eran muy altas. No sólo por la ocasión de presenciar a esta luminarias, sino de oír en directo uno de los mejores álbumes de 2018.

La nave de Fabra i Coats fue el lugar escogido para llevar a cabo el concierto, y es que este espacio tiene un aura especial y también se enfrenta a una gran dicotomía. Por un lado, su espacio diáfano hace que el contacto entre audiencia y banda sea austero e íntimo. Al mismo tiempo, la frialdad de su pasado industrial rompe a veces con esa relación de apego y entrega. Sin embargo, y a pesar del calor, fue una noche inolvidable y definida por los fanáticos más apasionados como “un lujo”.

Balago y el demà

El dúo de electrónica experimental Balago fue el encargado de preparar el terreno para Low. Menuda tarea es saberse responsable de introducir a una de las agrupaciones más importantes del indie rock de los últimos veinte años. Pero Balago no defraudó y dejó muy claro su estatus musical. El proyecto es original de La Garriga y está formado por David Crespo y Guim Serradesanferm. Se formaron en 1998 y debutaron con su disco Erm en el 2001.

Después de un silencio de cinco años desde el lanzamiento de su aclamado disco Darder (2013), finalmente han regresado. La ocasión de ser los teloneros de Low les permitió interpretar los temas de su más reciente álbum El demà (El mañana). Su propuesta de electrónica nebulosa y melancólica, con pequeños matices de noise y drones, resultaron el aperitivo perfecto. La melodía y el ritmo esperado para una noche contemplativa y llena de sueños en clave pop.

Low no necesita de Spanish Translation

Bien que lo advirtió Alan Sparhawk al empezar la noche, «mejor si sientan que se van a dormir«. Los de Low son conocidos por actuaciones en directo trémulas y de bajo volumen. Aunque durante sus primeros años, el público no lo entendía y respondía con desatención. Ahora la audiencia espera ansiosa, ese sopor superficial. Esa suerte de lucidez desorientada implicada en el sonido característico de la banda.

Aunque los temas incluidos en Double Negative fueron los protagonistas indiscutibles, sí que hubo ocasión de revisitar clásicos. Está claro que Low no necesita de Spanish Translation, uno de los temas de Ones and Sixes (2015). Durante el directo 90 minutos, Alan, Mimi y Steve funcionaron y se acoplaron perfectamente. Eran un pequeño mecanismo, como un reloj suizo, que sonaba y se movía al unísono. Al msmo tiempo, los arreglos vocales y la sincronía de tonos entre Alan y Mimi hacían el sueño aún más pop, más vívido, más intenso.

Sonaron los acordes de Dragonfly, otro tema de Ones and Sixes (2015), y ya habíamos despegado. Lo que vendría a continuación sería un capítulo de ensueño. No siempre hacen falta estridencias para disfrutar con absoluta entrega. Seguidamente sonarían Lazy, Always Trying To Work It Out, Fly y Nothing but Heart con ese estribillo que dice: «I would be your king / But you wanna be free / Confusion and art / I am nothing but heart».

No fue necesario volumen, ni discursos incendiarios, ni demostraciones suntuosas de virtuosismo. Y es que eso es lo que hace a Low tan especial y única. Su nostalgia, su sueño pop, su sensibilidad y sonido austero son nada que puro corazón. Lo que entregaron en Fabra i Coats la noche del 03 de octubre fue eso, nada más que su corazón.

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