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‘Lo bello y lo bestia’ de asistir a un fin de gira

THE NEW RAEMON

The New Raemon

FECHA: 13 enero 2012

LUGAR: Sala Apolo (Barcelona)

13 de enero de 2012. En el caso de quien escribe estas líneas, primer concierto del año. Dilema. ‘Sombría satisfacción’. Pues, mismo día, misma hora: The New Raemon (Apolo) y The Pains Of Being Pure At Heart (Razzmatazz). Hay días en los que Barcelona se convierte en un festival improvisado, con sus ‘solapamientos’ y todo. ¿Tendría algo que ver que fuera viernes 13? Quién sabe…Pero ‘la superstición me cansa, debe terminar’. La vida es dura, no hay duda. La del melómano tampoco es fácil. Y ‘rayando la perversidad, la balanza se inclinó’ finalmente, y lo hizo a favor de The New Raemon. FIN DE GIRA y en casa: teníamos que estar.
Y es que ese Libre asociación es, en nuestra modesta opinión, uno de los mejores discos nacionales que nos dejó el pasado año. La cosa prometía.
Los asistentes tenían ganas de fiesta. Tantas, que casi no nos dejan escuchar a Ferran Palau (Anímic) quien abrió fuego, presentando los temas de su debut en solitario, que se publica el próximo mes de febrero.
Desde nuestra posición podíamos ver a Ramón Rodríguez, en el piso de arriba, contemplando a su público. Preparado para lo que iba a ser una noche realmente emocionante e inolvidable. ‘Vamos a temblar, vamos a temblar…’ pensaba entre mí.
Y a las 21.30, no se hizo esperar mucho, The New Raemon apareció en el escenario muy bien acompañado. Desde aquí un ¡BRAVO! a toda la banda de Ramón Rodríguez. Todos ellos consiguieron llenar de electricidad y fuerza los temas de este Libre Asociación, más oscuro que los trabajos anteriores.
En el directo del viernes, pudimos ver las dos caras de The New Raemon, pues hubo para todos. Para a aquellos a los que les gusta la fuerza y el nervio de los nuevos temas y para los más románticos y clásicos, que prefieren ver a Ramón en su faceta de cantautor. Su perfil más íntimo y acústico. A solas él y su guitarra.
The New Raemon se despedía por todo lo alto en casa, con un Ramón Rodríguez  más callado de lo habitual, pues quería aprovechar hasta el último minuto para regalarnos canciones. Y es que no sólo sonaron las que componen su último disco, también hubo tiempo para recurrir a joyas de otros trabajos.
El primer tema foráneo, esto es, no estrictamente de su Libre Asociación, provenía de la Dimensión Desconocida. ‘A grito pelao’ cantamos más de uno ese Sucedáneos. Tras él, llegó El refugio de Superman. Cuando a esas alturas la sala Apolo ya era nuestro refugio particular. El refugio de Super New Raemon. Un oasis en la ciudad en la inmensidad de esta vida caótica, de la que ‘hay que salir’. Y es que cada canción de The New Raemon es poesía. En cada una de ellas, se cuenta una historia con la que identificarse. Y Ramón Rodríguez lo cuenta tan bien, encuentra siempre las palabras justas, la medida adecuada que, así, todo adquiere un cariz superior. De ahí nuestra piel de gallina. Las primeras notas de La Cafetera y la reacción de nuestro organismo al reconocerlas al instante, es un claro ejemplo de esto último. ‘Escribiendo en servilletas, que tú tienes mucha jeta…’ y el público que se viene arriba. No es para menos.
Y ‘A propósito de Garfunkel’, muchos fueron los temas que sonaron de este disco maravilloso. Como ese ‘Hundir la flota’, que nos hace suspender en gimnasia emocional, ‘como de costumbre’. Y ‘¿para qué preocuparse? ¡Si acabaremos tiesos! Aprovechemos esto’. Pues sigamos disfrutando. Y lo hicimos. ¡De qué manera! Volviendo a la Dimensión Desconocida que no lo es tanto y reencontrándonos con Dramón Rodríguez. Un ‘Dramón’ que se quedó solo en el escenario con la única compañía de su guitarra, para dar paso a escena a uno de los actos más esperados por el público. Se esperaba y llegó: Te debo un baile, de Nueva Vulcano. Y tras el MOMENTO, llegó otro entrañable, a pesar de que se podía haber convertido en más tierno todavía si las hijas de Ramón hubieran aparecido sobre el escenario. No importa, Ramón Rodríguez, cual ‘papi’ orgulloso se cantó como un ‘temazo’ más, la canción cuya compositora no es otra que una de sus hijas: ‘Hamster canival’. Y tras el roedor retratado en forma de canción y todavía solitario en el escenario, sonaron los primeros acordes de: ‘Desmemoriado quiero estar, para ser olvidadizo…, ese genial: Tú, Garfunkel. Una canción que es poesía, que comienza tímida y estalla, que provoca a las lágrimas, que no saben si salir por la tristeza, o la alegría. Y en la noche del viernes, no llegaron a asomarse siquiera, pues se quedaron sorprendidas por ese modo de trenzar ese tema delicioso con un pedacito del tremendo Thunderstuck de los AC/DC, ya con toda la banda sobre el escenario.
Y tras esto, ojipláticos perdidos, regresamos a la Libre Asociación. Era el turno del Verdugo y tras éste, los coros y las tinieblas que los envuelven, para encontrarnos con el ‘varón blanco’ de Aspirantes y La vida regalada. ‘Por tradición’ volvimos a la Dimensión, de nuevo. También hubo tiempo de jugar con ese: ‘Epés Reunidos’ y nos sentamos un momento en ‘La mesa redonda’.
Y ‘cambiando de rumbo, nos adentrarnos en el bosque’. Entramos de lleno en una de las canciones más románticas y bonitas que ha escrito Ramón jamás: La Dimensión Desconocida. Una dimensión más desconocida que nunca, si tenemos en cuenta que terminó abrazándose, dándole un pequeño y cariñoso bocado al mítico tema: Wicked Game. ‘No I don’t want to fall in love…’ cantaba él solo, de nuevo, sobre un escenario que enamorado también, embelesado, era ‘Consciente, Hiperconsciente’ de que la noche llegaba a su fin. The New Raemon no iba a regalarnos bises. Así que, de un tirón y dejándolo bien arriba, tras más de una veintena de canciones, se despidió de su público y también de toda una gira, con La vida sigue igual de Julio Iglesias sonando de fondo. Ramón Rodríguez y esa gran banda que le acompañó, decía adiós a una audiencia que intentaba reponerse emocionalmente de la sacudida por esas canciones que acababan de sonar.  Una audiencia y una banda, ambas, en parte, con la vista puesta ya en un próximo disco. Pues Don Ramón y compañía ya están preparados para adentrarse en los estudios Ultramarinos Costa Brava y grabar el que será su próximo disco.

‘Ey, repite conmigo:
Sí, irá estupendamente
Sí, estupendamente…’

Estamos seguros.

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