Fecha: 24 de marzo de 2012
Lugar: Sala BNS (Santander)
Bienvenidos al baile de máscaras, a la fiesta, al Cabaret… bienvenidos al BNS y al doble concierto de La Sonrisa de Julia y Miss Caffeina en Santander. La cita era a las 10:30 de la noche y eso se agradece: es agradable ir cenado a un concierto y no tener que preocuparse por nada salvo por pasarlo bien y disfrutar de la música de estas dos ya grandes bandas.
El concierto lo abrieron La Sonrisa de Julia, quienes me van a disculpar pues no les he seguido mucho, hasta ahora… En este país hay tan buenos músicos que entregan su alma a lo que hacen y a la gente para la que lo hacen y que se hacen hueco mayormente gracias al boca a boca que algo falla cuando no hay oportunidades para que estos músicos se den a conocer de una forma más efectiva. Pero tampoco quiero echarle la culpa a la situación de este país que ya la conocemos todos, aquí la culpa la tengo yo y nadie más que yo. Y este es el caso de La Sonrisa de Julia, que me son tan cercanos y tan lejanos al mismo tiempo. Hasta hoy.
La banda merece totalmente la pena en directo. Aunque también es cierto que siendo un cántabro de nacimiento y dos de adopción poco tenían que hacer para tener a la congregación a sus pies, y aún así dieron todo lo que tenían, todo lo que el minúsculo escenario de la sala permitía. No sé cómo serán los conciertos de La Sonrisa de Julia en otros sitios, pero aquí son sinónimos de complicidad con el público, buen rollo y ganas de pasárselo bien. Todo ello a pesar de que el sonido, o al menos el micro de Marcos (cantante de la banda), que se acoplaba un poquito y por ello no sonaba del todo limpio en algunas canciones. Poco a poco, y casi sin dejar respirar a la gente, fueron desgranando temas de su más reciente discografía como El Hombre que Olvidó su Nombre o América, de su último disco, El Hombre que Olvidó su Nombre que se publicó el pasado año 2011, Bipolar, ¿Donde estás tú?, Grito… Y en una de ellas contaron con la colaboración de Alberto de Miss Caffeina, quien cantó a dúo con Marcos. Por cierto que Raúl, el batería, no tiene nada que envidiarle a gente como Matt Helders (Arctic Monkeys), es un crack.
Hacia la medianoche, los de casa dieron paso a los de fuera. Miss Caffeina subieron al escenario un poco como quien no quiere la cosa, probando sonido, micros, enchufes, y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos cantando Ley de Gravitación Universal, un tema de su único disco largo. Miss Caffeina visitaban la capital cántabra por segunda vez con el mismo disco bajo el brazo (la anterior fue en marzo del año pasado, curiosamente). Sin embargo, Imposibilidad del Fenómeno no es su único trabajo, ya que cuentan con varios EP para completar su discografía. Por esta razón, el setlist se compuso de varios temas del CD y algunos temas de los EP anteriores. Pero, además, una de las canciones fue una sorprendente versión de un tema de Raphael (sí, aquel), la gran canción Que Sabe Nadie, que los Caffeina adoptaron e hicieron suya. Despues de esta fresca versión de un clásico de nuestra música, Miss Caffeina hicieron realidad un deseo que pedí el año pasado y que entonces no se cumplió… incluir Perfecto en su setlist. ¿Cómo diría yo que sonó Perfecto? Para no andar en redundancias o en lo de “como su propio nombre indica” podría decir que sonó diferente, completamente diferente a como suena en el disco, voy a explicar esto: en la versión de estudio la parte que más me gusta es el solo de guitarra del final, sólo por eso quería que la tocaran, necesitaba ver a Álvaro tocar eso, pero en cambio, en la versión en directo, Álvaro está presente en toda la canción y el final ya lo borda… Es un grandísimo guitarrista y le pone muchísima pasión a lo que hace y eso es difícil de ver, o al menos yo no he visto a muchos que se dejen llevar de esa manera. Perfecto sonó enérgica en lugar de melancólica, pero también es cierto que los músicos, no sólo Álvaro, se habían venido arriba en cuanto vieron que el público respondía y llevábamos ya medio concierto a esas alturas. Después tocaron N1 y la gran Lisboa, que todo el público se sabía.
Tras Lisboa vino La Guerra, y vino Marcos de La Sonrisa de Julia a cantar con Miss Caffeina. Es increíble el buen rollo que se respiraba en la sala durante ambos conciertos, nos reímos mucho los que estaban arriba y los que estábamos abajo, aquello era una fiesta y no nos importaba nada más. Es de destacar la complicidad que hay entre los miembros de Miss Caffeina en el escenario, especialmente entre Sergio (guitarra) y Toni (bajo), e incluso Román (batería) en varios momentos del concierto se miraban, se cambiaban los sitios, se cruzaban, hacían como batallitas de mástiles de guitarra… Fue una gran noche en la que incluso Alberto se daba ánimos pidiéndose otra a sí mismo antes de tocar Otoño… “Esta es la última canción… bueno no, porque luego vuelvo, ya sabéis, me pedís otra y yo vuelvo”. Esto va así. Y ciertamente volvió para la traca final: Capitán, Mi Rutina Preferida y Cabaret echaron el BNS abajo y fueron una magnífica clausura a un concierto-fiesta-reunión de amigos que, al menos yo, esperao que se repita algún día no muy lejano. Tal vez cuando ambas bandas nos regalen nuevos trabajos a nuestros agradecidos oídos… y corazones.
Volví a casa siguiendo la línea del mar, miré al cielo y vi más estrellas de las habituales. No creo que sea casualidad.