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La conquista de Miles Kane

La semana pasada, Miles Kane visitó nuestro país para mostrarnos en directo su último trabajo, Don’t Forget Who You Are. Eterno conocido por estar bajo la sombra de los Arctic Monkeys (con las mismas influencias, el proyecto The Last Shadow Puppets en el que participaba junto al vocalista Alex Turner y la reconocida colaboración del mismo en su álbum debut, Colour Of The Trap), Kane vuelve a España, pero esta vez sin ser telonero de los monos árticos: más bien como un pase previo a la llegada de la banda británica tan sólo una semana después.

Morning Glory de Oasis sonando desde los altavoces de la sala Joy Eslava madrileña cumplió bien su doble papel: introducirnos en la atmósfera de britpop para la actuación que íbamos a presenciar y animar al público que entonó bien a gusto el himno de los hermanos Gallagher. Después se apagaron las luces y el artista británico apareció interpretando el tema You’re Gonna Get It con fuerza arrebatadora. En la misma línea siguieron Taking Over y Rearrage, y estos tres primeros temas marcaron un sólido principio en el directo, donde quedó claro el objetivo de hacer que los asistentes se dejaran la voz y las palmas.

Miles Kane es hiperactivo en el escenario, el perfecto showman. Interactúa con un público entusiasmado, enloquece a las primeras filas acercándose a los brazos alzados que intentan tocarle a él y a su guitarra, y agita a las masas ya vibrantes de por sí. Sin jadear un solo segundo se suceden What Condition Am I In?, Quicksand, la bien coreada por los presentes Better Than That y Kingcrowler. Es con Give Up cuando llega uno de los momentos de explosión de todos los allí reunidos, con el propio Kane haciendo cantar tanto a los que estaban frente a las tablas como a los más alejados en la planta más alta de sala, e incluyendo una sorpresa –aunque ya esperada–: Sympathy for the Devil de los Rolling Stones colándose dentro de la canción.

Take The Night from Me y My Fantasy supusieron los momentos más pausados del recital, juntas pero que no hicieron mella en la euforia del público. Una pancarta de los fans en la que se podía leer “You’ll never mod alone” fue recogida por Miles Kane y colgada de uno de los amplificadores del escenario. Volvió la energía con Tonight, y la completa excitación con Inhaler. El británico divide al público en dos para los coros y hasta se atreve a coger uno de los móviles de un aficionado para grabarse a sí mismo, a su banda y a todos los que agotaron entradas en la Joy Eslava, ya desatados. Llegamos a Don’t Forget Who You Are, donde deja a los presentes cantando hasta su reaparición para los dos últimos temas de la noche. Una emotiva y acústica Colour Of The Trap precede al cierre enérgico con Come Closer y perfecto broche para dejar a toda la sala fascinada y enloquecida.

Esta visita de Miles Kane, que bien podemos considerar como conquista, nos ha hecho testigos de la confirmación del británico como artista en solitario, del “sé vivir sin Alex Turner” y de ver cómo se aleja de la estela de los Arctic Monkeys. Todo un desafío tocar en fechas tan próximas a los de la banda de Sheffield, a la que teloneaba en 2012, y a los que ahora les sube el listón y las expectativas un solista frenético que bien sabe desgastar el suelo de los escenarios y que posa y actúa con la actitud de un rey. Inevitables las comparaciones que nos mantienen expectantes hasta la llegada de Arctic Monkeys y su AM, pero una cosa queda clara: Miles Kane sabe cómo moverse sin estirar la sombra de Turner, sino a tener la suya propia para poder sostenerse con un Don’t Forget Who You Are firme y fuertemente presentado.

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