JOSH ROUSE

Lugar: Sala Joy Eslava, Madrid.
Fecha: 4 de marzo.
A pesar de no haberse convertido en un fenómeno de masas ni en su país, Estados Unidos, ni en el resto del mundo, Josh Rouse ha llevado una larga carrera que le mantiene, y no es poco, viviendo de lo que le gusta. Desde 1998 en que publicara Dressed Up Like Nebraska, Rouse ha ido asentándose en la industria musical y recopilando cada vez más personas encantadas con sus discos y sus directos. En este trayecto, España ha sido y sigue siendo un pilar básico para el cantante de Nashville. Residente en Altea y con pareja española, Rouse tiene en España uno de sus bastiones básicos.
El concierto del día 4 de marzo en Madrid, servía como presentación de su último álbum de estudio El Turista. Tras sus pasadas visitas a la sala El Sol, Rouse daba el salto a una sala con mayor capacidad, siguiendo los pasos de muchos grupos que han ido aumentando el aforo en sus sucesivas visitas a salas de la ciudad. En mi opinión podría haberle salido mejor la jugada al americano. Su último disco, inspirado en baladas brasileñas de la Bossa Nova y los ritmos latinos, presenta un nuevo tipo de sonidos, no tan marcados por el folk y el pop. Dicen los críticos musicales que hay que evolucionar, “renovarse o morir”. Yo nunca he estado de acuerdo y en este caso, a pesar de tener un disco aceptable, la renovación no lleva unida el aplauso de sus seguidores.
Ante unas 700 personas, Rouse dio un concierto tranquilo, apacible, relajado, algo que me gusta, pero en cierto momentos apagado y con falta de energía. Fue con las canciones de sus discos anteriores 1972, Nashville cuando un público bastante apagado reaccionó. Es el problema de aquellos músicos con muchos discos a sus espaldas, no todos gustan y en el caso de Rouse la presentación de El Turista, con el obligado repaso de sus canciones, no invitaba a la comunión con el respetable.
Un bis con Love Vibration en acústico, desafortunado formato en mi opinión, y, como dice mi amigo Santi, donde faltó sin lugar a dudas Direction, nos dejó a todos con una sensación un poco extraña.
En todo caso a un musicazo como Josh Rouse se le perdona esto y mucho más.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6/10

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