La cita fue el pasado viernes 11 de marzo a las 19:00h de la tarde en el Fórum Fnac de Donostia (San Sebastián). Y es que el mismo día que salía a la venta su cuarto y último álbum, Erlo, los chicos de Grises tuvieron a bien presentarlo en su casa, en Donostia. Allí, rodeados de fans, familiares, amigos y miembros del equipo técnico que siempre les acompañan, dieron muestra de una pequeña parte de la evolución que han tenido con este nuevo disco.
De verdad, qué agradables son los de Zestoa. La formación al completo se mostró en todo momento muy cercana con todos los allí congregados. Amancay (voz) encantadora, con una sonrisa y mostrando un ápice de timidez, comentó, antes de empezar el concierto, que el formato que allí veíamos no era el habitual pensado para la gira, sino que en esta ocasión presentaban un formato en «acústico» y en él nos mostrarían pequeñas pinceladas de lo que será su gira con Erlo en salas y festivales, donde nos harán bailar y disfrutar de lo lindo. Pero nada que ver con el acústico que pudimos presenciar hace unos meses con motivo de la celebración de la fiesta de Radio 3 aún con la gira Animal, en el que había guitarras acústicas, violín y creo recordar que algún shaker como percusión. En esta ocasión, el «set acústico» estaba compuesto por 3 teclados, sintetizadores, guitarra eléctrica y mini batería. Ahí es nada.
Comenzaron la presentación con Huesos, seguida de Señor Nadie (Amancay nos contó que esa era la canción más psicodélica del disco), y después le siguieron Formas (una de mis favoritas tras una primera escucha del disco), Soles (que le dedicaron a su técnico de luces allí presente como espectador, y según ellos la más adecuada para disfrutar en festivales), Plutón, y para terminar, su primer single Avestruz.
Durante el concierto nos contaron que el diseño del disco había sido diferente, habiendo sido creado en Sabana Estudioa con diferentes collages, ya que eso mismo es lo pretenden transmitir con este disco: «es como un collage, en el que las canciones evocan texturas diferentes, gracias a las atmósferas que se crean con los sintetizadores».
Se nos hizo corta la media horita que estuvieron sobre el escenario, y a pesar de ser un disco pensado para disfrutar en festivales o en sala, más optimista, muy colorista y electrónico, aunque en mi opinión, necesita más de una escucha para poder apreciar todos esos matices a los que hace referencia Amancay, las canciones sonaron muy bien en ese peculiar formato y en un entorno más íntimo y tranquilo como el del pasado viernes.