El Donostia Kutxa Kultur Festibala era una cita ineludible en la ciudad de San Sebastián, y no defraudó en esta sexta edición, sino todo lo contrario. De hecho, nos pareció una de las mejores ediciones a pesar de que en las redes sociales haya numerosas críticas en cuanto a los precios de las bebidas y comidas, y al nuevo sistema de pago. Al respecto, decir que todos los que somos asiduos a este tipo de festivales sabemos que los precios no son precisamente baratos, y no lo defendemos, pero hay que tener en cuenta que la entrada a este festival que ofrece muchísimo más que dos días de buena música, se puso inicialmente a un precio de tan sólo 30€. Hay autobuses gratuitos que te llevan y te traen a Igueldo constantemente, sin esperar ni siquiera 5 minutos (decidme, ¿cuánto os cuesta llegar a casa al terminar una jornada en Benicassim o en el Low Festival, por ejemplo?). Y en cuanto al sistema de pago, no nos pareció nada mal, ya que el último día la organización permitía hacer pequeñas recargas de 2 o 3 €, y si vas pronto al festival, apenas hay colas para las recargas, incluso la organización decidió devolver el dinero de los vasos reutilizables (1€ por vaso). Eso sí, vimos el último día gente que iba recogiendo vasos y pretendía entregar 30 vasos a cambio de 30€. No, señores, sólo se podía entregar un mínimo de 2 vasos por persona, y nos parece totalmente coherente. Eso sí, no he escuchado ninguna crítica en cuanto a lo musical se refiere. Y es que en cuanto a lo musical no ha habido ninguna pega, ya que la variedad de grupos y de estilos y la calidad de sonido han sido sobresalientes. Por poner alguna pega, finalmente no se pudo disfrutar del escenario pato, ese que iba a ir encima del estanque y en el que los grupos accederían a él en barquitos. Fue por motivos de seguridad. y en su lugar tuvo que ser ubicado en el espacio que años anteriores ocupaba el bus de Red Bull, que dado que se encuentra entre los dos escenarios principales, hace que el continuo e incesante tránsito de gente no te permita disfrutar del concierto como se merece.
Pero además. ¿En qué otro festival hay semejantes vistas (y sí, son de las más bonitas del mundo)? ¿Qué me decís de las puestas de sol? ¿Dónde más podéis disfrutar de La Montaña Suiza, de los autos de choque, o de los barquitos y comer algodón de azúcar o palomitas mientras disfrutáis de los conciertos?
Aún así, volvamos a lo importante. La música de una de las mejores ediciones del Donostia Kutxa Kultur Festibala.
Llegamos el viernes instantes antes de que los mallorquines L.A, inauguraran el escenario principal, el escenario Keler. En apenas una hora de concierto que se nos pasó volando, nos dieron uno de los mejores recitales que he visto de la banda últimamente. Su repertorio no dista mucho de los vistos anteriormente, y sentimos la ausencia en el setlist de Stop de Clocks, pero a cambio nos regalaron un tema inédito que pertenecerá a su nuevo trabajo, un tema donde las guitarras son protagonistas absolutas con una fuerza tal que ya estamos deseando que se edite ese nuevo trabajo para poder disfrutarlo a todas horas. En cada canción se les ve más cómodos, están disfrutando de su actuación, y se nota, nos lo transmiten a nosotros también. Luis Alberto Segura intercambia posiciones con el batería, Dimas Frías, y de este modo interpretan Love Comes Around, alargan Hands con sus guitarras, y nos hacen vibrar con Outsider. En definitiva, un arranque de festival perfecto, con uno de nuestros grupos favoritos.
Desde allí, nos dirigimos al escenario Kutxa Kultur, donde estaban a punto de comenzar unas jóvenes promesas donostiarras, Luma. Los asiduos del Dabadaba reconoceréis en seguida a uno de sus miembros, sí, ese agradable chico que te pide la entrada en los conciertos. Habíamos oído hablar de ellos, y madre mía, nos quedamos alucinados con esos ritmos de garaje-rock, tan intensos. ¡ Y sólo son dos! Hay gran actitud por parte de Luma y gran acogida por parte del público, y si sois asiduos de estos ritmos y queréis un grupo al que seguir la pista recordad este nombre: LUMA. Increíbles.
Volvimos al escenario Keler para descubrir a otro grupo del que tampoco éramos grandes seguidores (por lo menos la que aquí escribe) y que también nos encandiló. Se trata de los estadounidenses Local Natives. Al parecer, llevaban tres años sin tocar en Europa, y estaban encantados de tocar en un entorno tan bonito. Nos encontramos con una banda de gran calidad, con unas melodías vocales muy cuidadas y con una sutileza exquisita, que en ocasiones nos llevaba a momentos de ensoñación, geniales, y con un gran sonido.
Llegamos así a el gran momento del viernes. Era el turno del grupo que fue protagonista indiscutible de esta jornada, llegaba el turno de Berri Txarrak. Los de Lekumberri reventaron el escenario principal, se entregaron desde el primer momento al cien por cien e hicieron retumbar sus potentes guitarras y batería por todo Igueldo, haciendo del suyo el mejor directo de la jornada. Daban así sus últimos coletazos a su gira Denbora da Poligrafoa Bakarra, en la que llevan inmersos más de 2 años, y qué decir de ellos que no se haya dicho ya. Da gusto ver la entrega del grupo hacia sus fans, y viceversa, y da gusto ver a una banda que siempre mira hacia adelante y evoluciona hacia ritmos más bailables como en Lemak, aingurak, y sin embargo sabe mantener esa esencia del euskal rock-a, todo ello con la misma entrega, ilusión y humildad que en sus comienzos. Zorionak!
Volvimos corriendo al escenario Kutxa Kultur para ver a Corizonas, que presentaban su Nueva Dimensión Vital, y además ya con su batería Loza completamente recuperado, y es que un concierto de Corizonas sin Loza, no es lo mismo. Siempre que vienen por estas tierras están encantados (la magia del norte). Arrancaron su concierto con dos de sus temas de este último disco, pero por supuesto no olvidaron su particular homenaje a Pink Floyd, ni su canción en italiano Piangi con me o I’m Alive. Disfrutamos como enanos con el carismático Javier Vielba y con sus hipnóticos bailes, pero no sólo de él, ya que todos sin excepción son unos músicos enormes. Nos hicieron salir con una enorme sonrisa en la boca, ya que se despidieron a ritmo y coreografía en la que todos participamos del Always look on the bright side of life. Fantásticos, como siempre.
La jornada del viernes se terminaba con los cabeza de cartel, unos Bloc Party con un líder un tanto desganado. A Kere Okereke no le apeteció nada salir a tocar los bises, incluso se fue de mala gana dejando caer el micro al suelo y sin saludar, y eso que la gente no paró de bailar, sobre todo mientras sonaban sus grandes hits como Helicopter o Banquet. Una pena, ya que iban como cabezas de cartel y les faltó actitud, nada que ver con lo que había pasado allí horas antes con Berri Txarrak, quienes para todos fueron la estrella indiscutible del día.
El sábado repetimos horario de llegada a Igueldo a tan sólo 5 minutos de que el gran Paco Román inaugurara el escenario principal. Era el turno de Neuman. Algunos me decían que se merecía un horario más noctámbulo, ya que a las 7 de la tarde aún no ha accedido mucha gente al recinto, pero a mí me pareció la hora perfecta. Justo antes de comenzar parece que falló algún micro, lo que hizo que el concierto se retrasara unos minutos, pero mal menor, teniendo en cuenta lo que nos iban a ofrecer los de Murcia. De todos es sabido que a Paco le gusta coleccionar guitarras, y buena muestra de ello nos dio en Igueldo. Ofreció un directo magistral, sus canciones al atardecer, con esos potentes momentos instrumentales te hacen sucumbir en un estado indescriptible, su música te remueve, te estremece, te lleva a lugares donde las emociones fluyen sin más, y de eso se trata. Para mí uno de los mejores directos del día, por todo lo que me hizo sentir, un 10 para un grupo que se entrega al doscientos por cien.
Aún con las emociones a flor de piel, debíamos decidirnos entre Izaro o Nuria Graham, quienes coincidían en horario. Nos decantamos por la segunda, por Nuria Graham, pero no por nada, simplemente porque para llegar al escenario Kutxa Kultur, antes hay que pasar por el escenario Pato, y como lo que vimos nos gustó, nos quedamos. Nos encantó su pop contundente, y su voz. Y nos sorprendió mucho escuchar una versión muy personal del Toxic de Britney Spears.
Volvimos rápidamente al escenario principal para ver a Cat Power. Charlyn Marshall apareció en solitario en el escenario, y pidió disculpas por tener que ofrecer el concierto en solitario, pero por problemas de visado su banda no pudo entrar en Europa. Un piano de cola y una guitarra, además de su maravillosa voz, y el horario, ya con la noche encima, hizo que aquello se convirtiera en un concierto más intimista, que también agradecimos, sobre todo porque después llegarían los dos grandes platos fuertes de la noche: Belako y !!!
Volvíamos a tener que elegir entre Yellow Big Machine o Rural Zombies. Nuestra intención era empezar con Rural Zombies y ver terminar a los Yellow Big Machine, pero es que una vez que estás es el concierto delos de Zestoa, no ves en qué momento irte. Tuvieron un pequeño problema técnico con el micro que en seguida solucionaron, y tocaron por primera vez un tema nuevo, del que os compartimos un pequeño avance en forma de vídeo.
Era la hora de ver a otro de los grupos más esperados de la noche, y es que apostar por Belako es apostar a caballo ganador. Llegaron con una escenografía muy cuidada, con pequeños televisores dispuestos por todo el escenario en el que se iban proyectando distintas imágenes, y tocaron dos temas nuevos, uno de ellos sin avisar, que nos pilló a muchos de nosotros desprevenidos. ¿Que cómo suenan los nuevos temas? ¡Suenan a a Belako! Una vez más los de Mungía, ya con la noche encima y con su fuerza y actitud, nos llevaron hacia ritmos de post-punk y post-rock e hicieron que todos votáramos y gritáramos a ritmo de Sea Of Confusion o Aarean Bez. Nos faltó Sinnerman, pero lo compensaron con sus dos temas nuevos. Para muchos fue lo mejor de este sábado, incluso pudimos ver a miembros de !!! (Check, Check, Check) alucinando y grabando el concierto de los de Mungía.
De allí volvimos al escenario Pato, donde ya se encontraban tocando Nudozurdo, quien nos hizo olvidar que un poco más arriba estaba tocando El Inquilino Comunista, y que personalmente me apenó mucho perderme.
Para acabar la velada, los californianos !!!(Check, Check, Check) fueron los encargados de convertir Igueldo en una gran fiesta. Si tenemos que destacar algo del concierto, fue que para esta ocasión trajeron consigo a una impresionante cantante Shannon Funches, con una voz y una presencia escénica alucinantes, para acompañar y eclipsar a Nic Offer, quien no paró de moverse en la hora y media de concierto y quien bajó en numerosas ocasiones a bailar con el público. Increíble la fiesta que montó allí, con un final apoteósico en el que invitó a subir y bailar en el escenario a todo el que quisiera. Divertidísimo, y un gran cierre, a una edición que echaba el cierre en Igueldo, pero continuaba hasta altas horas de la madrugada en Gasteeszena.