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Fiesta mod de la mano de Cooper en Donosti

Todos los Mods fuimos al concierto.

El pasado sábado, víspera de San Martín y de la clásica carrera popular Behobia- San Sebastián, teníamos una cita muy especial en la sala Intxaurrondo K.E de Donosti.

Álex Díez Garín, más conocido como Álex Cooper volvía con toda su banda, Cooper de la mano de Nordika Producciones, a la ciudad donde pasó la mayor parte de su infancia. Lo hacía con gran ilusión, por eso de reencontrarse con los amigos de siempre, que por supuesto no faltaron a la cita y con un disco nuevo bajo el brazo Tiempo, Temperatura, Agitación.

Al entrar en la sala, ya vimos las primeras parkas verdes, y las primeras chupas, adornadas con pins entre los que no podía faltar la Diana Mod. También mucho polo Fred Perry, y alguna que otra camisa estampada. La ocasión merecía ponerse las mejores galas, y demostrar que mod no ha muerto.

Para Cooper la ocasión también era especial, y por ello, toda la banda se vistió acorde, sobre todo Álex, con camisa blanca con estampados retro en tonos granates, pantalón granate de pata de elefante con cinturón blanco, y sus inseparables Dr. Watson.

 

Tengo que decirlo: Hacía mucho que no disfrutaba tanto en un concierto.

Al salir la banda al escenario, todo cambia, y la felicidad nos invade, Hyde Park, canción con la que da inicio un concierto redondo, en el que repasaron casi al completo el último disco, y la cara de felicidad de Álex al ver a tantos amigo, nos mete de lleno en este estado en el que aún hoy continúo.

A día de hoy, puedo decir que «hubo una vez en que yo fui feliz«, y fue gracias a lo vivido el sábado en Intxaurrondo K.E. Viendo la sonrisa de Álex, del resto de la banda, y sobre todo del público, que tal vez por la edad -de unos 45 de media, que claro que inmortalizó algunos momentos con sus móviles, pero nada que ver con otros conciertos en los que ves al artista «en diferido» a través de la pantalla del móvil del que tienes delante, más empeñado en colgarlo en las redes sociales que en vivir el concierto- disfrutó del concierto entregados al más puro disfrute y sin ostentación.

Y así es como respondió la banda, también entregada al disfrute y al buen hacer.

 

La incorporación de Inés, brillante a los teclados, junto a un jovencísimo Conrado a las baquetas, que parece sacado de la misma escuela que el protagonista de Whiplash, y de un par de instrumentos de viento en algunas de las canciones, dotaron al concierto de una brillantez y una riqueza en matices sonoros que hacía tiempo no veíamos en directo. Y qué decir de las armonías vocales y de esas guitarras con un sonido cuidado con mucho mimo.  Todo fluía como un engranaje perfecto de una máquina creadora del mejor pop.

Como hemos mencionado al principio, Cooper llegaba a presentar por primera vez en directo en ésta, su segunda casa, su último trabajo, Tiempo, Temperatura, Agitación,  en el que destacaron la preciosa El Último Tren, en el que las armonías vocales nos dejaron embobados mientras movíamos nuestras caderas, y también temas como Infinito, Islandia, o Salto y Dos Grados bajo Cero que precedió a los bises y donde hasta los más tímidos se entregaron al baile.

Por supuesto estas canciones fueron intercaladas por temas de discos precedentes, como Hipsters, que no duda en dedicar a los organizadores del festival Dock Of The Bay (festival de cine documental musical que se celebra cada año en Donosti,y al que fue invitado Cooper a tocar hace unos años, en esa misma sala hace unos años), Canción de Viernes, donde Álex, recuerda a los punk rockers que es el momento perfecto para ir a la barra, pues es la canción de los sentimientos, A Toda Velocidad, que no falta en ninguno de sus repertorios y que hizo se desatara la locura en la sala o Me Conformo del grupo bilbaíno de los setenta Los Mitos.

 

Hasta dos bises hubo. Los bises merecían canciones especiales de esas que todos queremos escuchar.

Para el primero de ellos, nos regalaron canciones de siempre, de esas que hicieron subir la temperatura como Rabia, Cerca del Sol y Luces Rojas de Los Flechazos.

Para el segundo de los bises, se pusieron más melancólicos con Entre Girasoles, y para poner el broche final, una dedicatoria al gran músico y amigo personal de Álex, Javier Sun, allí presente, con mirada a Los Flechazos y a El Hombre Que Confundía Los Sentidos.

En definitiva una noche perfecta, con la banda sonora perfecta, y con el público perfecto. Y es que Cooper transformó Intxaurrondo en un club Mod donde no faltaba ni gente luciendo su mejor indumentaria, ni tampoco gente que a medida que avanzaba el concierto, dejaba aparcada su timidez e iba mostrando sus pasos de baile al más puro estilo 60´s.

Ah, nos confesó que el próximo año volverán hacia el verano.

Que llegue ya el verano.

Sara Pérez.

Fotos y Vídeo: Richard Curiel

 

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