Foto: Laura Pérez Calle.
CSS – Sala Bikini, Barcelona.
Domingo 6 de octubre, 2013
Sí que existe una especie de foso entre los trabajos grabados de CSS y ellas/él en directo.
Recuerdo haber caído – casi por descarte (e insistencia) – en su concierto del festival SOS de Murcia, hace un par de años ya. Me gustaban algunas canciones, pero tampoco tenía especial interés en ellas. Hasta que las vi.
A veces, sin querer, se genera una especie de dependencia sobre un grupo a raíz – precisamente – no de sus discos pero de sus directos. Después de todo, uno termina por darse cuenta de que son los grupos con los que más se disfruta. Sobre todo cuando vienen a menudo. Como The Wave Pictures. No como Love of Lesbian.
Después de dos días en Barcelona, imagínense, a pesar de ser joven como una lechuga, una nota el peso de los paseos y de las pestañas, y del cuello. Por suerte el escenario nunca es tan alto como un edificio. Y sólo tuve que mirar en línea recta y dejarme llevar por los saltos del público que me rodeaba.
El grupo al que da nombre aquella cita – difícilmente superable – de Beyoncé: ‘Estoy cansada de ser sexy’, se plantaba en la Sala Bikini con las canciones de su último disco, Planta (SQE Music, 2013), recién ensayadas. Un trabajo que no ha recogido, precisamente, una crítica impecable. Entiendo que porque no suena como debería. Digo que lo entiendo porque, de hecho, lo entiendo tanto que lo comparto.
El directo de CSS funciona. Entonces, entiendo que el disco sea un resultado flojo de algo peor, y entiendo que lo que verdaderamente les divierte no es encerrarse a grabar. Si no dar conciertos. Y ¿a qué hemos venido? Pues a divertirnos.
Así, con una Sala Bikini a ¿medio gas? Y un sector especialmente entregado al baile extremo, las brasileñas, con la obra y gracia del espíritu santo, y ese poder de ‘tias buenas’ (textual, masculino) fueron solapando lo que en otros países se conocen como HITS.
City Grrrl, Honey, Frankie Goes to North Hollywood, Let´s Make Love and Listen to Death From Above, Alala, y una suma considerable de purpurina, rabia de chicas y orgullo gay en la barra hicieron las delicias de todos los presentes. Que aplaudíamos contentos después de que la cabeza de grupo, carismática Lovefoxxx, pidiese un chupito pre-bis.
No hay nada mejor que la cara de satisfacción cuando un buen concierto pliega la semana por ti.
