El halo. Melange.

El halo. Sublimar el momento. Dejar todo lo demás. Aceptar. Aceptar el momento. El momento es las 22.40 horas de un sábado 2 de abril de 2016. Es Madrid, la calle Jardines, la  Sala Sol. Las entradas están agotadas. El fútbol se ha acabado, el Barça-Madrid, sí. La sala se llena, muy rápido. Las luces de la sala se apagan, dejando solo el fulgor naranja del escenario. Murmullos, aplausos, silbidos, gritos, aullidos.

Melange, estrena el ciclo 100% Psych, que viene de la mano de Giradiscos, Universalodds y MASGALICIA, responsables de algunas de las programaciones musicales más arriesgadas de nuestro país, unen fuerzas para dar vida a un nuevo ciclo, 100% PSYCH, que pretende acercar al público madrileño nuevas y lisérgicas propuestas de la psicodelia más internacional” y lo hace con un sold out en la Sala Sol y con un público entregado.

Inmersión. Desde la primera nota la inmersión es natural y sorprendentemente rápida. El cambio de estado, de pensamiento, de emociones. La inmersión en la música, el sonido. La desaparición de la realidad es instantánea y sin grumos. Melange se presentan con bajo, dos guitarras, batería y teclados (sintetizador, farfisa), y la incorporación de una violinista. La inmersión es precisa. Los estilos dan un poco igual, pero de alguna manera es necesario nombrarlos en una reseña sobre el concierto. La psicodelia es lo que une, lo que nos une; pero es una psicodelia que empata con Sergio Leone, igual que se va hacia sonidos en el que la farfisa es la protagonista, arabescos, gipsy sound, space, toques bluseros, folk de (folclore) aquí de allí. Otros mundos traídos a ti, aquí.

Ahora. Estás fuera. Estás fuera. Vuela. El halo. Ese semicírculo brillante, el resplandor simbólico, de admiración, de misterio, se ha creado. Solo, entre el grupo y el público. Y brilla. El halo. Eso que no se ve, el ambiente, esa calidez y bienestar se cuela en los huesos.El sonido es limpio y perfecto. “Es un grupo de directo”, dice la gente. Aprovecha el viaje.

Las voces corren a cargo de Miguel Rosón y Daniel Fernández, con los coros de Adrián Ceballos y suena a los 70, a los 70 de aquí, a los acercamientos a la psicodelia que se hicieron aquí, en nuestro país(y el de todos) en su momento. Y no, no chirría. Miguel Rosón es la guitarra principal y voz, Daniel Fernández al bajo, sittar y voz. Sergio Ceballos a la otra guitarra y Andrés Ceballos a la batería y coros. Mario Zamora se encarga del espacio, de las atmósferas, de elevar, ensuciar y cintilar en la noche. Lo difícil que es acoplar bien los teclados a un grupo de guitarras-bajo-batería y que suene…jodidamente brillante.

 

Ha sido un gran directo. Un gran concierto. No dejen de perderse a Melange, ni el ciclo de Psych 100%.

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