Los lunes deberían estar prohibidos los conciertos: Tras muchas carreras por el metro de Madrid, llegamos a la recóndita Sala Charada.
Lo primero que nos llama la atención es la cantidad de gente que hay en la sala. Es un lugar pequeño, pero nos cuesta encontrar un espacio donde ubicarnos y obtener un buen plano del escenario. Lo segundo que nos sorprende es la cantidad de público extranjero que ha congregado: De repente la Charada cobra forma de torre de Babel y oímos portugués, inglés e incluso holandés. Son cosas que muchas veces, no pasan.
De forma puntual, sale Angel Olsen con su banda: Una belleza natural de esas que uno se olvida que existen de lo terrenal que es, una sencillez palpable y sobre todo: Una gran sonrisa.
Indicando que en la sala hacía mucho frío, comienzan a sonar los acordes de Drunk and with dreams, de su primer EP llamado Strange Cacti y editado en 2011. Sonido impecable, silencio sepulcral en la sala y una batería dominante, acompasando cada hilo de voz de Angel. Una gran banda la que acompaña a la norteamericana, sin dudas.
Free y Lights Out siguieron en el repertorio, pero en realidad, nos sorprendió bastante el setlist: Ni rastro de Forgiven/Forgotten o Hi-Five. No sabemos si las descartó dando paso a un elenco de canciones más tranquilas o quizás la enfermedad temporal de Angel Olsen le impidiera llevar a cabo un directo más potente. Realmente no se notó en la voz ningún fallo, pero sí en la duración del concierto: 45 minutos. Eso sí, le perdonamos esta vez porque ha prometido regresar pronto.
Aunque se la clasifique como artista folk, tiene algún nexo común pero realmente esos matices son más en estudio que en directo, donde las guitarras eléctricas apoyan a la parte vocal, que es sin lugar a dudas impresionante: Pocas voces femeninas calan así. Pero dista bastante del concepto de chica folk que al menos nos intenta vender en España.
Tras un par de canciones más, pasamos a un momento emocionante donde Angel Olsen hace una cover de Richie Havens (fallecido en el año 2013) de la canción I’m a stranger here. Creo que fue el momento más emotivo de la noche, porque a pesar de la distancia de estilos entre ambos, sabe llevarse la canción a su terreno, hacerla suya.
La recta final caen High and Wild de su último álbum Burn your fire with no witness, Sweet dreams, May as well y finalmente, y casi entre súplicas del público Iota. Sin tiempo a pedir un bis, la banda abandona el escenario volviendo la luz y por ende,el momento de abandono de la sala.
¿Impresiones? El directo fue muy bueno en cuanto a la calidad acústica, pero algo plano en sonido ya que alguna pieza algo más viva hubiera hecho el contrapunto perfecto a la velada. La voz de Angel Olsen hiela y la banda trabaja muy bien, pero faltó algo, poco, pero algo. El tiempo fue escaso, sobre todo porque quizás estamos acostumbrado a pasar la hora e incluso pasar las dos horas, pero seremos comprensivos, ¿Quién no ha ido malo a trabajar? Además, supo resolverlo bien a base de amagos de hablar en castellano, sonrisas e interacciones varias.
Ojalá la noche de hoy en Barcelona sea igual y algo más extensa. Eso sería una gran señal de mejoría para Angel Olsen y buen directo garantizado.