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El bello dramatismo de The Twilight Sad, en Madrid

Anoche en Crazyminds nos desplazamos a la sala Moby Dick para evitar el fútbol (aunque nos pilló igualmente) y para ver en directo a una de las bandas escocesas más destacadas de 2014 y de años anteriores; The Twilight Sad. Los de Kilsyth pasaron por Barcelona y Madrid presentando su cuarto álbum de estudio; Nobody Wants To Be Here And Nobody Wants To Leave, que fue recibido maravillosamente por la crítica a pesar de no hacer mucho ruido en nuestro país durante el año pasado. En sus canciones el post punk melancólico y nihilista se mezcla por momentos con el post rock a pesar de su básica instrumentación y de su breve desarrollo, conjugando grandes momentos acompañados de las impactantes letras de James Graham.
Con enorme puntualidad se suben al escenario los 5 miembros (3 en estudio) de la banda, Graham nos saluda y nos agradece haberlos elegido por delante del fútbol (aunque la sala está repleta de personas consultando periódicos deportivos online constantemente) e inmediatamente se ponen a meter ruido para acabar tocando la primera canción de su último álbum, la genial There’s a Girl on the Corner, con la que ya podemos apreciar que el trabajo desde la mesa de sonido es excepcional, que menos que felicitar a los técnicos de la sala, con un audio limpio y estremecedoramente envolvente. El set tiene un protagonista y es sin duda el propio James Graham, que como al parecer casi todos los líderes (vocalistas) de bandas de post-punk del mundo tiene un principio de esquizofrenia y no para de moverse de manera impulsiva y apasionada, viéndole actuar con tanta pasión es casi imposible no empaparse de su música, cediendo a la dictadura del bajo y sumergiéndose en el oscuro mundo de The Twilight Sad.
Continuando con el hilo “real” del concierto los de Graham tocan Last January y después saltan a su debut con That Summer, At Home I Had Become the Invisible Boy, que tiene curiosamente la misma línea de batería que Maps, de los Yeah Yeah Yeahs. El set avanza de forma lineal, la intensidad siempre está por encima de la media y todo resulta consensuado, pero como siempre hay momentos “álgidos” entre los que podemos destacar cuando tocan I Became a Prostitute, una de sus canciones más famosas, con la que el público se emociona de manera debida ante una pista tan melodramática e intensa. Destacar también los momentos instrumentales que se dan cerca del final de casi todas las canciones, donde queda el espacio para que Graham baile agarre el micrófono, le dé vueltas, salte y haga todo tipo de ademanes que nos hacen sentir tan interpretados con él. The Twilight Sad siguen tocando principalmente canciones de su último álbum como I Could Give You All That You Don’t Wanted o It Never Was The Same, entre las que repasan alguna de sus grandes canciones pasadas como la maravillosa Cold Days From The Birdhouse, en las que llegan a sonar por momentos a ¿Sigur Ros? En los instantes más potentes, o como en el cierre definitivo (no hubo bis) en el que todo el público ovacionaba a Graham, mientras él parecía alcanzar el clímax escuchando su propia música, un auténtico placer ver a un artista en tal estado.
Con un set de poco más de una hora y cuarto, y sin teloneros a más de uno se nos hizo extremadamente breve un concierto que a pesar de su forma y su género nos hizo salir eufóricos de la sala, los escoceses tienen grandes álbumes y mucho que decir todavía en directo, siendo una banda muy infravalorada para la entrega que ofrecen, esperemos sigan visitándonos y poco a poco su trabajo obtenga el nombre que merece, por ahora nos han hecho disfrutar con una sonrisa del Post Punk, que ya tiene mérito.
 

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