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Ejercicio libre musical. Crudo Pimento + Javier Díaz Ena

Y si nosotros fueramos las cucarachas gigantes de Madagascar. Y si estamos dentro del terrario. Todos.  Todos dentro y ellas fuera. Si las coges y las estrujas un poco cerca del oído hacen un sonido como de Darth Vader. Si fuésemos nosotros y nos coges, y lo acercas al oído hacemos un ruido de miedo, ansiedad y cierta esperanza.

Fuera del terrario hay campos electromagnéticos que suenan a través de un Theremin, loops station, escobas eléctricas, cajas de pimentón con beats, tuberías de acero, bajos recortados, sin cuerdas, mástiles.

Habría que explicar que las cucarachas gigantes del madagascar están dentro del terrario, alcanzando una longitud estimada de 5 a 7,5 cm y fuera sus dueños Crudo Pimento y también esta Javier Díaz Ena (Forastero, Dead Capo, Ginferno) y su Theremin. Y nosotros.

Esperando ser cogidos entre sus manos y agitados. Es mejor dejarse llevar. Theremin con melodías. Metal con folclore. Ellos te cogen con sus manos y tú, tú es mejor que te dejes llevar. Eres las cucarachas. Eres la invocación.

Javier Díaz Ena abre la noche. logra sacarle notas al Theremin y las corta y manipula con los pedales. Logra melodías, bases y voces. Viajes introspectivos, vuelos rasos y disfrute onírico.

Teleiste Mouska es un ejercicio libre musical. Una inspiración continua. Una muestra de que todo no es lo mismo. De que no hay normas, tal vez algún dogma mesiánico o demoníaco, para provocar una mayor ebullición artística. Los Crudo Pimento se inventan idiomas, mezclan géneros, sonidos, intensidades.

Los 12 cortes de Teleiste Mouska se convierten en el directo en un ejercicio de artesanía sonora, en el que Raúl Frutos extiende y encoge su voz, del metal a la canción popular, de la guitarra a la escoba eléctrica, de los golpes a las latas de pimentón del bueno a los golpes de Inma a su bajo recortado, al mástil que arrastra sobre la cuerda y hace reverberar la sala . Mientras allí al lado, en el escenario una cucaracha de Madagascar mueve su cabeza al ritmo planteado.  No es jazz, no es folk, no es metal y a nadie le importa. Es una experiencia, siempre. No hay dos conciertos iguales de Crudo Pimento.

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