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Dorian se luce en directo en Madrid

Mis expectativas frente a un concierto de Dorian eran nulas. Es una de las bandas nacionales que quizás más veces he visto a lo largo de mi vida y que ha tenido una trayectoria más irregular en este aspecto.

Este concierto es el fin de la gira de presentación del álbum La velocidad del vacío y está pasando por diferentes ciudades, tras un previo periplo por Sudamérica, continente que les suele recibir muy bien.

Tras los teloneros, los madrileños Mirémonos, con unas melodías basadas en el pop más mestizo y fundamentadas en la percusión (nos recordó bastante a la música que hace El Guincho), aparecieron los catalanes, Marc ataviado con un gorro digno del mismísimo Bob Dylan.

Abrieron la velada musical con la fatalista Te echamos de menos, lo cual nos pareció curioso ya que es uno de los temas más melancólicos de la banda y que además, lo enlazaron con Tristeza, pieza de su último álbum.

Todo hay que decirlo, la calidad del sonido frente a otras ocasiones era maravillosa ya que uno de los principales fallos que se le puede achacar a Dorian es que, a pesar del despliegue técnico que llevan sobre el escenario, el sonido no está a la altura.

Tras homenajear a Gustavo Cerati a través de Soda Stereo, se pasaron a un tema más antiguo, Corta el aire. La actitud de la banda es entusiasta, increpando al público a seguir el recital con energía. Lástima que una vez más, quién ha suspendido sea el público asistente, que como viene siendo habitual en Madrid, incordia, habla y molesta hasta la saciedad.

Otro de los momentos clave de la noche se protagoniza de la mano de un ajeno a la banda, que no a la escena musical actual: Pepo Márquez, líder de la banda Majestad, sale a interpretar Estudios de Mercado en una versión preparada para el directo. Marc, una vez más, estuvo especialmente crítico con la situación actual a la que se enfrenta la música independiente. Nadie puede negar que el líder de Dorian es una persona comprometida, porque tanto en las RRSS como en sus conciertos siempre tiene unas palabras para algún tema candente. Y eso se agradece.

No podemos dejar de mencionar la tira de singles que tocaron esa noche: A cualquier otra parte, Solar o Paraísos Artificiales resonaron entre las paredes de la Riviera.

El broche final, tras un corto bis, fue con Los amigos que perdí.

La satisfacción global podemos indicar que fue buena. Se espera algo más de un grupo que lleva tantos años moviéndose en la escena musical y cuyas letras, oscuras e intensas, podrían provocar sacudidas allá donde se oyeran, pero al menos el sonido general estuvo correcto y la actitud de la banda, rozando el sobresaliente.

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