Fecha: Sábado 18 de Febrero.
Lugar: 1ª Edición del WOS Club. Sala Karma. Pontevedra.
El noise y sus distintos acercamientos. Sus posturas, alzamientos y genuflexiones. ¿Corriente contacultural o fenómeno de masas?. En el capítulo de hoy, nos adentraremos en los terrenos inexplorados del ruido, del noise rock y el noise pop y el eletro noise. ¿Hay noise después del noise?. Hay incluso una línea de tiempo del noise:http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:L%C3%ADnea_de_tiempo_del_Noise. ¿Estaba el noise en el dedo que pulso el gatillo a Kennedy?. Pero esto no es lo que más nos intriga, sino al contrario, su relación espacio temporal y su ubicación en las tierras meigas de Galicia. Este hecho hace que sea posible conciertos o minifestivales como el que hoy os comentamos.
Una serie de grupos/bandas que han coincidido en las formas y que gozan haciendo ruido. Tal vez como medida de expresión y disfrute, como respuesta a… tantas y tantas cosas. Quizás como respuesta a Rosalía de Castro, a la muerte de Fraga, a la globalización, a la morriña adherida al ADN gallego. No lo sé, pero nos confirma que lo de Fraga no ha sido. Porque el ruido, el ruido … señores/as lectores… el ruido es amor. Sólo tienes que dejarte abrazar por él. Solo tienes que gritarlo. Levántate y siéntelo. Sí hermanos. Es él. El ruido. ¡Esta aquí! ¡Oh sí, esta aquí!. Lo siento dentro de mí.
Telephones Rouges, miembros excelsos del “Galician Bizarre”o “galician noise” del que hizo referencia tiempo atrás medios excelsos como El País, fueron los encargados de comenzar el mini-festival organizado por la productora Work on Sunday, con el sello Matapadre muy presente. Y lo hicieron con todo lo que tienen: velocidad, actitud pseudopunk, ganas, kraut, guitarras, batería, bajo, teclados, varias voces. Con espacio para los pasajes eléctricos y para canciones más directas. Ya os hablamos de ellos aquí. Aún no tienen largo y ya han girado por media España. Darán que hablar. Noise desde la psicodelia y el Kraut.
Disco Las Palmeras! (viejos conocidos por aquí) recogieron el testigo y subieron al escenario para refrendar su aclamado Nihil Obstat, primer LP que los sitúa como una de las referencias del shoegaze patrio. Batería y dos guitarras, con la afamada línea de bajo y decenas de pedales son suficientes para dejar constancia de su rotundidad sonora. Capas de cebolla eléctrica para abrigarse en el frío invierno. Tocaron los himnos que suponen canciones como A los indecisos o Casa Cuartel. Noise desde el shoegaze y el space rock.
Para cerrar los conciertos de la noche( y el primer WOS Club) Colectivo Oruga, que con la incorporación de un batería al grupo han subido su propuesta/apuesta hacia momentos sublimes, excelsos. Muy grandes. No se pudo disfrutar de los acostumbrados audiovisuales mezclados en tiempo real, de forma nítida, pero sí se pudo gozar de un gran último concierto de la noche. Cabe apreciar los momentos o canciones en los que Iago se desata con la voz y agranda, más si cabe Too many knobs. Noise desde la electrónica.
Señores, señoras, niños…déjense querer por el ruido.
