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Día de la Música 2014 – Segunda jornada de The Big Stereoparty: Luces y sombras noventeras y actuales

Una tarde más, volvíamos a la tórrida plaza del Matadero pero ya estamos inmunes: las primeras horas son conflictivas pero luego todo cambia y hasta se agradece el sol.

Estar a primera hora era casi obligatorio. Los talentos más jóvenes se reunirían en prácticamente la primera hora del festival. Los valientes que abrieron la jornada fueron los madrileños La La Love You, llenos de vitalidad y con  ganas de divertirnos. A pesar de tener 15 minutos, supieron animarnos. Detrás, Pantones nos trajo su pop desenfadado que con sólo 3 miembros, hicieron también levantar el ánimos de los primeros asistentes. No tuvimos mejor premio por madrugar.

Cambiamos de estilo, y para romper con las letras dicharacheras y sonidos sesenteros, nos pasamos a The Bright, dónde las guitarras y un trasfondo folk llenaron el escenario. Supieron intercalar con arte sus dos discos, The Bright y Estados, en inglés y español respectivamente. Para el último rato de este primer bloque contamos con una de las promesas más destacables del panorama indie: Bravo Fisher, salió a hacernos bailar y a que siguiéramos adentrándonos en las canciones de su álbum El Valle Invisible. Su propuesta fue de las más acertadas de la segunda noche.

Llegamos a uno de los encuentros más esperados de la noche. El dúo Najwajean, formado por la polifacética Najwa Nimri y el productor Carlos Jean, relució tras 20 años de espera. La verdad es que la calidad del sonido fue maravillosa y la interpretación estuvo muy bien ejecutada. Fue un disco muy importante para el legado musical y para muchos de los que se congregaban ahí.

Dr Explosion nos dieron una lección de rock tradicional recuperando la mítica canción Drácula Yéyé. Tras la actuación de la legendaria banda del sello Subterfuge cambiamos radicalmente de estilo y nos pasamos a los divertidos L-Kan, cuya actuación generó multitud de sentimientos encontrados entre los asistentes. No son muy talentosos a nivel vocal, pero no podemos negar que nos reímos como locos durante toda la actuación porque no están faltos de ironía.

Y llegó la actuación más anhelada de la noche, Los Fresones Rebeldes, banda de culto de los años 90 cuya reunión era bastante improbable y no lo decimos sólo nosotros. La verdad es que la actuación fue insulsa salvo por la motivación de Felipe y algo carente de vitalidad, pero cuando sonó Al Amanecer el público se rindió a sus pies aunque fuera por mera nostalgia. Entendemos que tengan un legado de fans, pero creemos que hay una adoración que roza los términos reales.

Pauline en la Playa fueron el punto de inflexión de la noche, haciéndonos soñar con la dulce voz de las hermanas Álvarez. Aunque su actuación pasó un poco desapercibida dada la tranquilidad y el contexto festivalero, siempre saben mantener la elegancia de sus creaciones. Al poco tiempo después, dimos paso a Arizona Baby, donde sólo faltó un buen vaso de Bourbon para celebrarlo por todo lo alto. Y es que lo suyo es rock & roll del de antaño. Su fórmula es infalible.

Volvemos de golpe a los 90: Generation Next, Historias del Kronen. Al actual Francisco Nixon y los suyos nos hicieron saltar y darnos un golpe de realidad sin necesidad de meternos en la máquina del tiempo. Seguro que por la mente de más de uno pasó el pensamiento de «¿Qué estaba haciendo yo en el año 1993?». Grandes Australian Blonde.

Tras este momento, volvemos a la actualidad con Vinila Von Bismark, cantante de Lucky Dados. Derroche de voz, sensualidad y garras como si del Berlín de entre guerras de tratara. Una propuesta diferente para la noche bien avanzada. Seguimos hablando de mujeres guerreras y esta vez toca a las gallegas Killer Barbies, con Silvia Superstar liderando el elenco. A nivel musical poco hay que añadir, pero seguro que más de uno ha suspirado a volver a ver a esta mujer sobre un escenario y no precisamente por verla cantar. No esperábamos un recital inolvidable.

Llegó el turno para la nostalgia absoluta, y es que volvía Mercromina, banda que fue producto de la separación de Surfin’ Bichos. Los manchegos supieron trasladar el parecido relativo en sonido y letras a Los Planetas y ese ambiente cercano al shoegaze, sobre todo en los primeros temas. El momento estelar fue cómo hizo presencia sobre el escenario Iranzu Valencia, de La Buena Vida, para cantar una canción como en los tiempos pasados.

Y cerramos la noche con Najwa Nimri, esta vez en solitario, presentando temas de su recién estrenado álbum Rat Race. Desde luego no faltaron los bailes de última hora para guardar en nuestra memoria estos dos intensos días.

Muchos buenos recuerdos, alguna que otra decepción y una sola pega al festival: el orden de las actuaciones. Al margen de las actuaciones, que algunas servían casi de aperitivo, los estilos tan heterogéneos a veces descompensaban de manera sobrenatural la estabilidad del certamen. Conscientes de la variedad de bandas, el reparto era un poco extraño. Pero es un mal menor, así que deseamos que Subterfuge Records celebre, como mínimo, 50 años más.

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