Lugar: Barcelona, Sala Sidecar.
Fecha: 31 de Enero de 2011.
Deer Tick nos visitaron ayer en una Sala Sidecar de Barcelona que rozó el pleno. La banda norteamericana estaba incluida dentro de la fantástica gira A Quemarropa que organiza Houston Party, la cual tiene la intención de acercar la música al público en su estado natural y sin artificios.
Y así fue exactamente como tocaron Centella, jóvenes teloneras, que animaron el ambiente más de lo esperado con su rock primitivo y sucio. Después de su vendaval de ruido, dejaron paso al grupo principal.
El quinteto de Providence encaró al público con gran carisma, intentando hablar castellano (provocando así las primeras risas), y empezando a tocar sin apenas espera entre un grupo y otro. Su rock americano de ascendencia sureña, con pinceladas de country y folk, pero retocado con un velo de modernidad, es directo, y a la que uno se da cuenta ya está golpeando el suelo con el pie rítmicamente.
Venían presentando su disco The Black Dirt Sessions, editado el pasado año, bastante continuista pero no por ello exento de calidad. Con todo, nos dejaron un buen concierto de rock clásico, bien arropados con teclados y un baterista especialmente salvaje en algunos momentos. Si a eso le añadimos la actitud relajada de John McCauley, cantante y compositor de la banda, y sus continuas bromas al sexo femenino, daba la sensación de que se estaba en un tugurio de carretera de los Estados Unidos. Un pequeño viaje al rock de raíces lleno de canciones con buenos riffs, adrenalíticos estribillos y algunas composiciones más pausadas sobre amores que ya no son, en la línea del mejor estilo americano.
Deer Tick son una buena banda para ir a un concierto con ganas de escuchar música y pasar un buen rato. No defraudan, incluso sorprenden y dan buen rollo, y si no que le pregunten a cualquiera del público que abandonó la sala pasadas las doce de la noche, con una sonrisa en el rostro.
