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Dcode 2013: Catarsis colectiva con Franz Ferdinand, Vampire Weekend y Foals

Foto: Facebook oficial de Dcode (https://www.facebook.com/dcodefest)

Señores, ¡qué bien lo pasamos este pasado sábado en el Dcode! Hay que reconocer que la noche prometía desde el principio, ya que un cartel que incluye a Franz Ferdinand, Vampire Weekend, Foals o Love of Lesbian es incapaz de dejar a nadie indiferente.

Así que nos armamos de valor y nos fuimos a la Complutense a revivir nuestros años universitarios en ese bonito edificio gris situado junto al recinto del festival. Nada más llegar, y pese a que ya sabíamos que el festival había logrado un impresionante sold-out (algo especialmente difícil y destacable en estos tiempos que vivimos, ahogados por la crisis y ese maldito 21% de IVA), nos impresionó ver tan lleno el tradicional campo de rugby de Cantarranas.

Y encima el tiempo acompañaba, con un sol radiante pero sin un calor que hiciese insoportable seguir los conciertos…Todo indicaba que iba a ser una gran noche.

Así que arrancamos con el concierto de Love of Lesbian, siempre un valor seguro en este tipo de citas ya que, te gusten más o menos, han demostrado sobradamente ser uno de los grupos más sólidos de la escena nacional. Quizá su último trabajo, La noche eterna. Los días no vividos, no ha gozado del rotundo e interminable éxito de su antecesor 1999, pero aun así, la legión de fans que se han ganado a lo largo de su trayectoria esperaba con ganas esta cita.

La banda catalana comenzó con alguna broma fácil referente al tema estrella de la semana (ese “relaxing café con leche” del que probablemente hayas oído ya unas 250 bromas diferentes), para ir directamente al grano con temas como Tercero segunda, La noche eterna y un dueto con Eva Amaral en Segundo Asalto que fue aclamado por los seguidores de ambas formaciones.

Tampoco faltaron a la cita temas como El Hambre Invisible, Belice, Si tú me dices Ben, yo digo Affleck y la esperada Club de Fans de John Boy (había unos cuantos entre el público con sus camisetas especialmente elegidas para la ocasión). Me Amo, Algunas plantas y Los toros en la Wii (Fantástico) cerraron un concierto que quizá no fue uno de los más brillantes de la trayectoria de la banda y que, tratándose de un festival, pareció algo corto para los fans más acérrimos.

A continuación, llegaría uno de los momentos más esperados de la noche para este redactor. Foals por fin llegaban a Madrid para presentar Holy Fire, uno de mis más firmes candidatos a disco del año. Y es que, lo mires por donde lo mires, es una obra maestra, pero aún faltaba saber cómo suena en directo, consciente aun así de que este álbum resultaría mucho más disfrutable en sala que al aire libre.

Yannis Philipakis y compañía hicieron aquello en lo que son auténticos expertos. Jugaron con el ritmo y la velocidad de sus canciones mientras hipnotizaban poco a poco a todos los allí presentes. E incluso cuando se equivocaron, lo hicieron tan bien que pareció que lo habían hecho adrede. Temas como Olympic Airways, Providence, Spanish Sahara o Red Socks Plugie no faltaron a la cita.

Por supuesto, ya que merecen mención aparte, no nos podemos olvidar de los dos auténticos temazos de su último trabajo que pusieron el Dcode patas arriba: My Number e Inhaler. Espectaculares. Quizá, como único pero, echamos de menos alguna referencia a temas clásicos, como Cassius, que hubiera sido perfecto para bailar en una noche como la del sábado.

Para entonces, llegó el turno de los neoyorquinos Vampire Weekend, quienes también nos visitaban con disco nuevo bajo el brazo. La última vez que les vimos, en la Sala La Riviera de Madrid, quizá lo que más nos sorprendió de la banda es la perfección en su sonido, la forma tan redonda en que saben trasladar su música al escenario. Por supuesto, la noche del sábado no fue una excepción, y decidieron ponernos a todos a bailar desde el minuto 1.

Porque amigos, un concierto que empieza encadenando Diane Young, White Sky, Cape Cod Kwassa Kwassa y Holiday ya es un éxito asegurado. Aunque eso sí, evaluando la respuesta del público, su nuevo trabajo aún no parece haber cuajado completamente entre el público madrileño, ya que fueron los clásicos los que arrancaron reacciones más efusivas, ya sea con temas como Horchata, Cousins, A-Punk, Oxford Comma, Giving Up The Gun o el épico final con los irresistibles teclados de Walcott.

A esas alturas de la noche, turno para el pop más comercial con Amaral. No negamos que tienen su público, que tengan calidad y que hacen bien lo que hacen, pero no acabamos de verles en un festival de estas características. Todo en la vida es cuestión de opiniones, y hubiéramos preferido otro tipo de grupo en ese escenario y a esa hora. Sin embargo, el tirón que tiene esta banda es innegable, y triunfaron con sus archi-conocidas canciones.

Afortunadamente, aún quedaba por degustar el plato fuerte de la jornada. Los escoceses Franz Ferdinand también llegaban con su recién estrenado Right Thoughts, Right Words, Right Action, que unido a su arsenal de éxitos, les hacen el cabeza de cartel perfecto para cualquier festival. Porque, además, con su último trabajo han protagonizado un retorno a sus orígenes que estábamos deseando escuchar en vivo.

Y sinceramente, fue un concierto espectacular. Hacía tiempo que no vivía una catarsis colectiva tan grande en un concierto. Todo el mundo, y había unas 25.000 personas según la organización, no paró de bailar desde el primer acorde de No You Girls, con la que arrancaron, hasta el último golpeo de batería por parte de los cuatro integrantes de la banda en Outsiders, con la que terminaron.

Entre medias, para que os hagáis una idea, os enumeramos la sucesión de temazos que pudimos disfrutar: Right Action, Do You Want To, Tell Her Tonight, Evil Eye, The Dark of the Matinée, Walk Away, Stand On The Horizon, Can’t Stop Feeling, The Fallen, Bullet, Michael, This Fire, Take Me Out, Love Illumination, Ulysses, Jacqueline y Treason! Animals.

Ante un setlist así, ¿alguien puede resistirse? Este redactor no, y os puedo asegurar que hace tiempo que no lo pasaba tan bien en un concierto. Una auténtica celebración de la música, algo que en los tiempos que corren de verdad que es una bendición. Como ya dijimos en twitter, un concierto que habría resucitado a un muerto.

En resumen, el Dcode demostró que, frente a los que algunos nos quieren hacer creer, el público de Madrid necesita un festival estable y puntero de estas características. No todo fue perfecto, por supuesto, ya que el increíble éxito de convocatoria de la edición de este año se tradujo en diversas incomodidades para el público asistente pero, por otra parte, debe ser una motivación para seguir trabajando y hacer de este festival una referencia y algo mejor cada año hasta convertirse en una cita verdaderamente imprescindible. Dcode, esperamos que vuelvas a sorprendernos el año que viene

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