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David Byrne y The Roots, reyes indiscutibles de la última jornada del Cruïlla

Sin grandes pretensiones, el Festival Cruïlla es un evento distendido y para todo público. Se erige como una opción interesante y accesible para disfrutar el verano en Barcelona.  No sólo ofrece una interesante oferta musical, sino que además tienes la oportunidad de descubrir productos de confección local, gracias a una suerte de mini-mercadillos ubicados en diferentes áreas del Fórum.

Tanto el concepto, como la programación, se escapan de la propuesta tradicional de festival musical. Especialmente, al tipo al que estamos acostumbrados en Barcelona. Pero, que eso no le quite mérito, ni calidad, el Cruïlla se ha ganado su merecido puesto dentro de la oferta.

El jueves comenzó fuerte con Jack White y Enrique Bunbury. El viernes la energía no disminuyó ni un ápice con los directos de N.E.R.D, Prophet of Rage, Bomba Estéreo y Lori Meyers, por tan solo mencionar algunos. El sábado no fue la excepción. El cartel lucía orgulloso los nombres de David Byrne, The Roots, Albert Hammond Jr., Ben Howard, Justice y Orbital, entre los internacionales. Además de Izal, Núria Graham y Belako entre la oferta nacional (a los que incluimos en nuestra guía definitiva).

Sábado de Cruïlla: Burning down the house

David Byrne es al art-rock lo que The Roots es al hip hop. Referencias fundamentales de ambos géneros y encargados de cerrar la tercera y última jornada de la edición 2018 del Cruïlla. El primero demostró porqué es considerado uno de los grandes iconos del rock con un espectáculo cinético, teatral y cerebral (literalmente).

El show empezó con un cerebro de plástico sobre una mesa y un Byrne de traje gris hablando de neuronas. Seguidamente sus bailarines y el resto de músicos, también de gris, se unieron a David en el escenario. Más que un concierto, presenciar a Byrne en directo es ser testigos de un performance de arte, de un viaje por la historia del art-rock y el new wave, que en este caso incluyó el clásico Burning Down the House de los extintos Talking Heads.

En paralelo, en el escenario Radio 3, el músico Albert Hammond Jr. ofreció un directo fresco, muy garagero, y en el que incluyó no solo los temas de su nuevo disco Francis Trouble, sino también algunas canciones de su famoso debut de 2006, Yours to Keep. Albert ha conseguido desligarse del peso de su banda The Strokes para hacerse su propio camino como uno de los artistas más estables de la escena garage norteamericana.

Virtuosos del hip hop: The Roots

Ya apuntando a las 23:00, una gran masa de público se reunía en torno al escenario Estrella Damm: era el momento de presenciar a The Roots. A pesar de ser una agrupación con más de una década de trayectoria y los encargados de musicalizar cada noche el talk show de Jimmy Fallon, su nombre no resonaba entre algunos de los presentes.

The Roots no sólo es un gran exponente del hip hop y del funk, sino que además cuenta entre sus integrantes a Questlove, mítico DJ, batería y gran melómano de Filadelfia, y al MC Black Thought en la voz principal. Además de interpretar grandes temas de sus dos décadas de repertorio, The Roots puso a bailar a las casi 70.000 personas que estaban en el Fórum, además de interpretar, magistralmente, versiones de temas de grandes agrupaciones como KC and The Sunshine Band.

Fue un directo que nos hizo recobrar la fe en el baile, en el acto de disfrutar de un concierto por el mero hecho de estar allí. Sus integrantes no sólo tocaron sus instrumentos, además de esto bailaron, disfrutaron entre ellos, interactuaron con el público y nos ofrecieron el mejor cierre de festival que se pudiera desear.

Llega la medianoche: It’s time to dance

El reloj marcaba las 00:30 y el escenario Time Out abrazaba el folk melancólico del británico Ben Howards. El escenario Cruïlla Enamora se movía al ritmo de Izal. El espacio curado por Brugal contaba con Questlove (The Roots), pero esta vez en su faceta de DJ con un set lleno de clásicos del funk y el breakbeat. Todo esto, como abreboca a otra de las presentaciones más esperadas de la noche: Justice.

Los franceses llegaron e hicieron lo que mejor saben hacer. Mantener el ánimo en auge con su arsenal de temazos. Acompañados por dos torres de amplificadores, su clásica cruz de luz blanca, que iluminaba sus siluetas, y esa cadencia de nu-disco y french house, hicieron temblar al Fórum y dejaron una huella imborrable entre los asistentes. En paralelo, los vascos de Belako sorprendían con su interesante y bien lograda propuesta de post-punk y new wave. Un sonido limpio, bien ejecutado y electrizante. Un delicioso abreboca para el gran acto final, el DJ set de las leyendas del techno Orbital.

Una jornada ecléctica, pero bien balanceada. Un final de edición emocionante y edificante, además de organizado y bien pensado. Nos hemos quedado con ganas de más. Así como con una gran anticipación a lo que se espera del Cruïlla para el 2019. Enhorabuena Cruïlla, y hasta el próximo año.

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