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British Summer Time: The Killers, triunfales

En un reto de adentrarnos en un festival en el extranjero nos decantamos por la brillante propuesta que era el British Summer Time en una de sus jornadas «calientes».Aunque Londres es ya de por sí un hervidero de grandes citas, nos parecía más que apetecible perdernos en Hyde Park a ritmo de muy buena música.

El festival como tal, ya de entrada y nada más cruzar los arcos de seguridad, era muy atractivo a la vista: decenas de food trucks con todo tipo de opciones para comer, buenos precios para ser una de las ciudades más caras al bolsillo del visitante y agua gratis. Sí, grifos de agua gratis para poder beber todo el agua que se quiera. Debería ser algo obligatorio en cualquier evento de este tipo y es que con la salud de los asistentes no se juega. Además, mucha seguridad, torres de altavoces por todo el recinto y muy pocas colas para todo para albergar a 65.000 personas en su momento cumbre. Como festivaler habitual que soy, era como estar en un parque de atracciones de la música. Experiencia de 10, señoras y señores.

Nos metemos de fondo en la jornada que nos tuvo en vilo durante el día 8 de julio. Motivos suficientes para estar a primera hora había porque a ver quién se atreve a perderse a los enérgicos The Strypes. Hartos de escuchar que heredarán el trono de Arctic Monkeys u otras bandas de esta generación, oso a afirmar que no les hace falta relevar a nadie, ellos mismos se bastan y se sobran para demostrar su valía en las tablas. Son garbo, genio y figura, actitud de la que nos gusta, ganas de hacer buen rock. Aunque tuvieron media hora para explotar la dinamita que supuran, fue más que suficiente para salir bien satisfechos. Además, Spitting Image continúa con arte su legado musical.

 

The Strypes - crazyminds.es

 

Los siguientes en pasan por el precioso escenario Green Oak, donde dos grandes árboles artificiales y un sinfín de pantalla hacía las delicias de todos, fueron los locales Mystery Jets, que amenizaron dignamente una de las peores horas del festival, con el sol acechando vilmente. Una propuesta relajada y cálida les hizo vencer el duelo con el astro rey.

Una de las bandas más esperadas eran Tears for Fears y es que según narraron ellos, llevaban sin tocar en su país natal desde 2005. Sin duda es una de las bandas de nuestra vida, ¿Quién no ha cantado Mad World o Shout? Roland Orzabal y Curt Smith junto a su actual formación dieron un gran recital de éxitos, dejando muy claro que están en muy buena forma musical y que sus canciones han envejecido muy bien, algo que tampoco es fácil cuando tu época dorada han sido los años ochenta. Canciones como Sowing the seeds of love siguen sonando frescas y atrevidas. Dudamos mucho que podamos verlos en nuestras fronteras pero sin duda fue un puntazo además de sacar un balance muy positivo.

 

Tears for fears - crazyminds.es

 

Fue una pena perdernos a nuestros queridos  British Sea Power pero en estos maratones musicales a veces toca sacrificar cosas. Eso sí, nos esperaba algo muy bonito y muy especial, una formación muy querida y que a través de la música unió a generaciones: ellos son Elbow.

La banda de Guy Garvey venía, entre otras cosas, a presentar su nuevo disco Little Fictions pero los de Manchester sabían que jugaban en casa, en un espacio dónde además son muy queridos. Se notaba cada acorde, en las sonrisas de la gente, en los brazos alzados, en las miradas de complicidad desde el propio escenario. Fue un concierto muy emotivo y sentido, de esos que hasta te permites que un escalofrío te parta el corazón como cuando miles de personas a la vez coreaban uno de sus hits, One Day Like This. Una auténtica maravilla para dar paso a lo que se avecinaba después.

 

Elbow - crazyminds.es

 

The Killers era el plato fuerte, nuestra razón de ser en tierras inglesas. Si bien había posibilidad de verlos en España, decidimos intercambiar roles y oír eso de, «¿Habéis venido desde España a verlos?«.

El concierto abrió con The Man, su primer avance de Wonderful, Wonderful, un tema muy disco pero que en directo crece y brilla sola, como si hubiera estado siempre en su set list.

Brandon Flowers, ese líder que muchas bandas soñarían con tener, tan galán, tan sonriente y tan expresivo, salió a romper esquemas, moviéndose con garbo por las tablas, invocando a los más de 65.000 asistentes en la noche del sábado.

Desde que han empezado a activar la promoción del futuro disco, Brandon ha hablado de un término algo inusual en su vocabulario. Soy fan de su música desde el primer instante pero si de algo van sobrados es de arrogancia. Siempre se han querido mucho y mérito no les falta pero ahora, en vistas de un nuevo álbum, hemos visto una actitud más humilde y comedida y es que Battle Born, aunque no es algo pésimo, le falta alma, no deja el poso que dejan los trabajos anteriores.

Ahora Brandon afronta el futuro, desde sus 36 años, con una confianza y mucha paz y es que el éxito les sobrevino siendo muy jóvenes.  E, solo desvelaron en directo el single de presentación, aunque prometen un disco a la altura del Sam’s Town. Nos gusta el reto.

La secuencia de temazos era incesable y es que el set list era de infarto: Somebody Told Me,  Smile Like You Mean It y Jenny Was A Friend Of Mine fueron las elegidas para continuar una secuencia que no podía cesar. Canciones que pueden sonar mil veces pero ya son atemporales, como parte de una colección de recuerdos que nadie podría alterar.

Curiosamente han venido sin su bajista original, Mark Stoermer, que ha decidido que la vida en las giras discurre intensamente y sus objetivos a corto plazo; pero aún así el engranaje no falla. Sonó potente y sobre todo, muy vivo, con ganas de volver a rodar por las carreteras.

Pero esto solo era el comienzo de una noche apoteósica, donde los audiovisuales, especialmente cuidados, nos recreaban en imágenes lo que indican las canciones, sobre todo haciendo alegatos a su tierra natal. Y enlazando con esto, The Killers rindió su particular homenaje al Sam’s Town, que ha cumplido diez años en el 2016 y que además, celebraron por todo lo alto en el hotel homónimo de la ciudad del pecado.

De esta joya de disco rescató This river is wild, aunque ellos propusieron cantar a través de Twitter una de las mejores canciones que tienen y que rara vez suena en directo: Glamorous Indie Rock and Roll, pero la votación salió a favor de la primera.

Otra canción rescatada fue Shadowplay, de Joy Division, una de las principales influencias de la banda a nivel musical y sin duda, uno de los iconos del país. Pero si hay algo emocionante, al menos para mí, es la secuencia Dustland Fairytale que junto a Read my mind hacen que mi mente vuele. Brandon se deja el alma en cada verso, en lo que casi se convierte en un recital más que en una canción, se desenvuelve con tanta pasión que el mundo se para gracias a él. Para mí fue, es y será el momento a destacar.

 

The Killers - crazyminds.es

 

La noche cae y las emociones siguen, nos movemos hacia el bis cerrando con All the things I’ve done. Parecía mentira pero llevábamos 15 canciones pero esto tenía que acabar. Eso sí, no podían faltar en la fase final When you were young y su hit, Mr Brightside.

Todo acaba, no nos lo podíamos creer pero los de Nevada habían estado dos horas al 150% en todos los sentidos, firmando una de esas noches que nos costará olvidar. Os garantizamos que están en plena forma, con un brío sosegado, un arrojo insostenible, una máquina a reventar.

Gustarán o no, pero sin duda afirmamos que es una de las bandas más relevantes de los últimos 15 años. Larga vida a The Killers.

Como veis, el British Summer Time fue todo un acierto, sin menospreciar al resto de festivales nacionales, pero estos ingleses lo tienen muy claro en cuanto a ocio musical se refiere.

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