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Bravo Fisher!, o cómo desprender magia en directo

BRAVO FISHER

Las noches de diciembre tornan musicales gracias a los finales de gira o conciertos de cierre de año y en Madrid, si cabe, la oferta musical se eleva a un nivel exponencial.

No pude rechazar un plan tan maravilloso como ir a la fiesta Stereoparty, organizada por el sello discográfico Subterfuge, y poder ver a uno de mis artistas nacionales de referencia en este año 2013: Bravo Fisher.

Para mí, lo más doloroso fue el hecho de ver una sala semivacía para un plan tan bueno. Mercadillo de joyas musicales al lado de la barra del bar, CD recopilatorio estupendo con la entrada, gente interesante y grupos en directo. En este momento no sabes si llorar por la crisis o llorar porque la gente no aprovecha las maravillosas oportunidades de contactar con sonidos nuevos.

Si os sirve mi opinión, la noche del viernes me empujó hasta 2006 o 2007 cuando no faltaba a ninguna fiesta Elefant, cuando quemaba mis noches de juerga máxima en el antiguo Ocho y medio, donde se respiraba pop. No digo que lo que puedo vivir ahora sea ni mejor ni peor, sino que es diferente. Hasta el viernes, que volví a creer…

Centrándonos en la música, que es lo que nos mueve, la oferta era breve pero selecta. Dos grupos componían el cartel: La La love you, grupo con auténticas influencias de lo denominado soft pop (Fresones Rebeldes, Cola Jet Set…) con bases incluso rozando el ska y Bravo Fisher!, con Guille liderando el trío musical, donde la electrónica se fusiona con letras intensas, vivas, donde uno sueña y se refleja.

La La love you irrumpió en el escenario de la sala Independance ataviados con unas alegres chaquetas rosas y armados con tres guitarras eléctricas, dispuestos a hacernos bailar. Lo que parecía un supuesto concierto tranquilo hizo enloquecer al público asistente. Sonaron temas como Pócima del amor, Laponia o Miriam Díaz-Aroca. Cada letra era más divertida y más hilarante, me sentía metida en una peli americana ochentera rodeada de jóvenes que narran sus dramas de amor. Además, al comienzo de la actuación, nos dieron unas gafas con cristales rosas para ver la vida más dulce. Yo por si acaso aún no me las he quitado por si me doy una leche con la mundana realidad. Por cierto, si investigáis sobre ellos y os gustan, podéis verlos en acústico el día 19 de diciembre en FNAC Castellana (Madrid) a las 19 horas.

La verdad es que La La love you como aperitivo estaba bien, pero no voy a engañaros, yo venía a ver a Bravo Fisher!. Tras 3 o 4 conciertos suyos, no podía cerrar el año sin volver a encontrarme con El Valle Invisible en directo, título de su último álbum.

Cada cantante tiene su historia, y la de Bravo Fisher! es un camino de éxito que desde el 2011 ha ido totalmente a mejor. En sus directos podemos ver entrega y emoción, y en esta ocasión merecía la pena repetir.

Abrió el concierto con Floridablanca, tema de su segundo trabajo de estudio El Valle Invisible. Un comienzo brutal para una noche de ensueño. 39 fue el segundo tema, cargado de buenos e intensos versos. Desgraciadamente, hubo un pequeño fallo técnico que a todos nos encogió el corazón, menos mal que todo fue bien finalmente y pudimos seguir vibrando en la sala Independance.

Come Back to Spain, tema incluido en su primer trabajo We are Overnighters, nos hizo ver a un Bravo Fisher! cantando en inglés, quedando patente que en ambos idiomas uno siente lo mismo cuando la música está bien hecha. Pero uno de los momentos más emocionantes a la par que sorprendentes fue la cover que tiene del mega hit de la mismísima Lana del Rey, Video games. Es todo un reto saber adaptar una canción donde lo que prima es la voz y la letra y la música parece acompasar levemente estos dos factores. Quedó un medio tiempo con toques electrónicos que si lo oyera la cantante norteamericana, seguro que quedaría encantada.

El concierto finalizó con Miradas tras un par de temas previos y, aunque nos supo a poco, vivimos una dosis generosa de pop intenso, alegría, sentimientos. Sin duda, Bravo Fisher! es un valor en alza y una apuesta segura para pasarlo bien con un directo impecable.

Fue una gran noche gracias a todo lo que os he contado, solamente espero poder vivir infinitas más. ¡Qué viva el pop!

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