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Bilbao BBK Live (Jueves): Arcade Fire, Chvrches, M83, New Order, Hot Chip y más

El Bilbao BBK Live 2016 ya ha llegado a su fin, y nos ha dejado un sabor de boca inmejorable y unas ganas locas de volver de nuevo, a pesar de que hoy no podamos ni movernos.

Para empezar la jornada del jueves, no nos queríamos perder por nada del mundo a Rural Zombies, y qué queréis que os diga, pero apenas he leído nada sobre ellos en las crónicas del BBK Live, y dieron un conciertazo. Os pongo en situación, 18:30h de la tarde, un sol y un calor de justicia con una humedad terrible, y bajo una carpa transparente. Conclusión, aquello se convierte en un invernadero, el calor es insoportable y no sudar es algo así como imposible. Pues ese invernadero estaba a rebosar con todo el público asistente entregado para ver a Rural Zombies presentar su disco Bat. Los de Zestoa a pesar de tener algún problemilla con el sonido que en seguida solventaron, consiguieron en ese arranque del festival poner a la gente a saltar y a bailar al igual que si en un concierto de los Ramones allá por finales de los 70 sonara Blitzkrieg Bop. Temas como la aclamadísima Stones, Golden o Nitro, e incluso una versión del In For The Kill de La Roux pero con un tempo mucho más lento, hicieron las delicias de todos los que ya les seguíamos, y convencieron a los curiosos que a pesar del calor no quisieron abandonar la carpa. Julia (vocalista) y el resto del grupo se sentían emocionadísimos y no daban crédito al ver la carpa repleta, de hecho no pararon de dar las gracias a todos los allí presentes. Gracias a vosotros. Un arranque inmejorable. Les auguramos un futuro brillantísimo a estos chicos.

 

Tras recuperarnos, salir de la carpa e hidratarnos, pasamos al escenario principal donde ya había dado comienzo el concierto de Years & Years. Un Olly Alexander de lo más delgado y hortera, vestido como si acudiese a una clase de aerobic en los 80, con camiseta rosa, cinta rosa, pantalón corto azul y calcetines blancos subidos hasta los gemelos, se encontraba ya en el escenario bailando y cantando sus canciones pegadizas de pop electrónico para sus fans muy jovencitos y la mayoría diríamos que británicos. Sólo reconocimos Desire y King, y si nos quedamos hasta acabar el concierto fue simplemente porque no se solapaban con nadie. Sin duda pasará por el BBK Live sin pena ni gloria.

 

Nos acercamos un momento hasta el escenario Heineken donde todo estaba preparado para que salieran Chvrches. Los de Glasgow salieron a escena y comenzaron un concierto correcto, pero que tampoco nos encandiló a pesar de la gran voz de la menuda Lauren Mayberry, y a que ella interactuaba bastante con el público. Pudimos escuchar temas como Never Ending Circles, o Make Them Gold, pero no sé si es que nuestras expectativas con Chvrches eran muy altas, pero nos pareció un tanto monótono así que optamos por irnos hasta el Pepsi Stage (un escenario que nos ha hecho disfrutar de lo lindo en este festival) para ver lo que quedaba de actuación de Hidrogenesse. Al llegar no había mucha gente, pero la suficiente para encontramos con una fiesta muy divertida, capitaneada por Carlos y Genís, y en seguida nos pusimos a bailar con temas como Vuelve conmigo a Italia, y Eres PC, eres Mac. Para terminar, nos recomendaron un mantra que si lo repites muchas veces se hace realidad, y todos nos pusimos a repetirlo mientras bailábamos cómo no: Échame un kiki Amor. Concierto divertidísimo, y es que a eso también se viene a los festivales.

 

Tenía mis dudas entre quedarme allí para ver a Hinds, o volver al escenario principal a ver a M83, pero varios de mis compañeros de fatigas me convencieron de que merecía la pena M83, y vaya que si mereció. Y sí, lo voy a decir, me gustaron incluso más que Arcade Fire (podéis poner el grito en el cielo, pero es así). Hay que decir que Anthony González llegó tarde a su cita en Kobetamendi, no sabemos si fue porque se jugaba el partido Francia-Alemania, pero el caso es que al salir a escena tampoco dio ninguna explicación, y este hecho en un primer momento enojó bastante a los fans. El caso es que en cuanto sonó Reunión, canción con la que iniciaron el concierto, seguida de Do It, Try It,  a todos se nos olvidó que se habían retrasado más de 20 minutos. Y es que el despliegue de sintetizadores, los sonidos synthpop, la electrónica ochentera ,el juego de luces, todo, nos llevó a una verdadera experiencia sonora para el disfrute de los amantes de la electrónica, que llegó al apoteosis con Midnight City. Un gran concierto, con un sonido perfecto.

Con New Order afortunadamente pudimos llegar a la parte final del concierto y así disfrutar de los temas Blue Monday y Temptation, así como el cierre sorpresa con homenaje a Joy Division con Love Will Tear Us Apart, aunque nos apenó mucho no escuchar una de nuestras preferidas. Aunque estábamos muy atrás, aquí sí que vimos a un público no tan joven, disfrutando como enanos rememorando esos grandes temas, así que nos fuimos de allí con muy buen sabor de boca.

 

Llegaba el concierto estrella de la noche, y el más multitudinario, tanto es así que ni el xirimiri tan característico de la climatología euskaldun quiso perdérselo. Llegaba el momento de Arcade Fire. Salían, según confesaría hacia mitad de concierto Win Butler, nerviosos, pues era el primer festival en el que tocaban en mucho tiempo, eso sí, no se les notó, ya que comenzaron con una primera parte cargada de hits uno tras otro: Ready To Start, The Suburbs, Reflektor o Afterlife,y en el que también, sobre todo al comienzo, el sonido parece que les dio algún problemilla.  En el escenario, grandes espejos que se movían y reflejaban tanto a público como a los propios músicos, que por cierto tocaron todo tipo de instrumentos. Pero si bien es cierto que arrancaron por todo lo alto, después el concierto podemos decir que entró en una fase más difusa hasta llegar a la parte final con Rebellion (Lies), la carnavalera Here Comes The Night Time, en la que salieron sus cabezudos, que previamente pudimos ver por la tarde dando un paseo por la campa de Kobeta, y cerrar con la coreadísima Wake Up.

 

Lo que más me gustó, la voz y movimientos de Reginé Chassagne, que iba vestida con una faldita de tul y en ocasiones se movía como las muñequitas que coronan las cajas de música. Y sí, fue un gran concierto, pero puede que las expectativas ante los comentarios leídos del concierto previo de Barcelona fueran demasiado altas, y por ello, tampoco nos sorprendió tanto como lo harían otros en las jornadas venideras del BBK Live.

Era el turno de Hot Chip. Alexis Taylor, con gorro plumífero en su cabeza, lideró junto a Joe Goddard (horas antes podías disfrutar de él en función dj) el último concierto del escenario Heineken de la jornada. Tirando de hits, el electro-synth-funk-trónico de los ingleses, pintó de colores la niebla con txirimiri y puso a bailar a la gente. Y tras ellos, a coger fuerzas para la jornada del viernes.
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