Tras visitar el miércoles el Sant Jordi Club de Barcelona, la banda escocesa consiguieron reunir a miles de personas alrededor del WiZink Center de Madrid. Y aunque las bajas temperaturas de fuera no ayudaban mucho, el calor candente del interior hizo que estos sudaran la gota gorda para volver a dejar el listón aún más alto que sus anteriores visitas a la capital, con los conciertos de La Riviera o el festival Mad Cool.
El espectáculo de Biffy Clyro es un derroche de euforia y potencia en toda regla tan sólo con un par de instrumentos y una voz que fue capaz de llenar todo el estadio.
Fue apagar las luces y aparecer el trío sobre el escenario que aclamaba sus nombres a pleno pulmón. Tras el calentamiento con el magnífico show que nos dejaron Frank Carter & The Rattlesnakes, con temas como Lullaby o Vampires, incluso alguna que otra pirueta entre el público y la puesta en práctica de algo de su conocimiento de español, empezaba el esperado concierto que todos esperábamos.
Expectación absoluta por parte del diverso público que acompañaba a la banda mientras se subía sobre las tablas y arrancaba un show que prometía mucha fuerza desde el principio. Una tema muy acertado para comenzar: Wolves Of Winter, uno de los temas con más garra de su último álbum Ellipsis que reivindicaba una libertad total de hacer lo que se quiera sin dejarnos llevar por las consecuencias. Una muy ovacionada Living Is a Problem Because Everything Dies y Howl, con diferencia de los temas más potentes.
A partir de estos tres temas, Biffy Clyro supieron compensar todo tipo de sensaciones: desde lo más sensiblero como God & Satan, hasta de las épicas y de las que te dejan con la energía arriba del todo, como fueron Biblical, Bubbles o Modern Magic.
Aunque fueron respaldados por teclistas y guitarras, esto hizo que el sonido que ya era potente con estos tres al frente de casi 5.000 espectadores, se pudiera triplicar, haciendo vibrar a un Madrid que ansiaba más de la banda escocesa, aunque sólo cuatro meses había de diferencia entre ambos conciertos que nos habían ofrecido estos.
Sí que es cierto que en un principio pareció que el concierto se basaría en el disco del año pasado, In The Name of The Wee Man fue una de las canciones más apoteósicas tras un rescate con Glitter & Trauma y la solvente Mountains. Y aquí es cuando nos veíamos con el momento del concierto. That Golden Rule y Many of Horrors seguidamente hicieron que se colocaran como las canciones top de la noche.
Black Chandelier, Boom, Herex o Medicine fueron otros de los temas que pudimos escuchar esa noche, pero sin duda el broche de oro a una magnífica noche lo pusieron un bis con Machines a la guitarra y en acústico, una clásica Animal Style y una victoriosa Stingin´ Belle, que dejó en todo lo alto tanto a banda como público.
En definitiva, Biffy Clyro es una banda que sabe como poner de pie a un público ya exigente tras varios espectáculos de estos, y que saben dar lo que estos piden. Sí que es verdad que ha sido uno de los conciertos más flojos de los que hemos visto de ellos en la capital, personalmente, pero que con el paso del tiempo se fue creciendo y supo darnos lo que queríamos.
Es una banda que aunque llevan una trayectoria larga y son conocidos, creo que están despegando entre cada vez más público y que aunque pasen años, son fieles a sus raíces y su estilo propio, sea quien sea su público.