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Beady Eye alejan los fantasmas de Oasis en La Riviera

BEADY EYE

Fecha: 18 de marzo de 2011.
Lugar: Sala La Riviera (Madrid)
Madrid, viernes pasado, llega el momento de conocer los temas en directo de la nueva banda formada por Liam Gallagher y los demás Oasis, pero claro, sin Noel Gallagher. La espera, tras unos flojos teloneros, termina con I’m the Resurrection, de sus coetáneos Stone Roses. Se proyecta el nombre del grupo esperado, Beady Eye, y el público ruge.
Entra Liam Gallagher, y con el tema Four Letter Word arranca el primer concierto en Madrid de la banda producto de la separación de Oasis.
Existían muchas dudas en cuanto a la composición de los ex-Oasis sin Noel, dudas que un par de semanas antes del concierto pudieron ir disipándose con la salida del Different Gear, Still Speeding. A raiz del album, divergentes opiniones. Éxito, hay vida después de Oasis. Fracaso, es una mala copia.
La realidad de este viernes 18 fue un concierto hasta la bandera, con las entradas agotadas desde la salida del disco. Un público entregado a la eterna presencia de Liam y a la música de Beady Eye (ni un solo grito pro-Noel u Oasis, esa etapa terminó).
La actuación de los de Manchester fue estricta, una hora exacta, lo cual ha sido puesto en entredicho. A fin de cuentas, es la actuación de una banda, recordemos, novata, con un limitado repertorio que acertadamente evitó versionar temas de Oasis, como muchos esperaban.
Pero esos 60 minutos cundieron para hacer sonar, sin sorpresas en cuanto al orden, los grandísimos, y casi todos, temas de su disco. Hubo algún problema técnico puntual, pero en cuanto a la banda, la experiencia musical de cada miembro fue bandera, como cada una de las letras de sus temas, que fueron voceadas por los asistentes. Y cuidado, The Roller, Beatles and Stones, Kill for a Dream o The Beat Goes On, huelen a himno, a la altura de Live Forever, Supersonic, Wonderwall o Don’t Look Back in Anger. Eso se respiraba en La Riviera, atención y emoción.
Personalmente, fui expectante y receloso. Vi a Oasis en el Palacio de los Deportes, y el ancla era Noel. Por eso, Beady Eye es distinto, Liam es ahora el alma y no sólo la figura.
Es inevitable notar el sabor de Oasis en el trabajo de Beady Eye, o el de los Beatles, al fin y al cabo, es de donde vienen, pero la proyección de esta banda nos deja ver un presente sorprendentemente fresco, y un futuro ilusionante.
¡Suerte para Beady, Beady (f*cking) Eye!

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