Barcelona 8 de septiembre de 2017
Band of Horses tiene algo que no tienen muchas bandas. Son conscientes de que son un grupo que no alcanzará el estrellato masivo y saben que lo mejor para ellos y su carrera musical es permanecer en esa segunda liga en la que, con una trayectoria ya consolidada, pueden hacer lo que les gusta y disfrutar de lo mejor que saben hacer. Divertirse como niños tocando en directo.
Hacía tiempo que no venían a Barcelona, seis años concretamente, y decidieron poner toda la carne en el asador. A veces nos olvidamos que Band of Horses es una banda de rock, que bebe de la tradición rockera norteamericana y que, pese a los increíbles temas de raíces folk, recoge a partes iguales la tradición que va de The Band a The Replacements, como esa versión del himno de los de Paul Westerberg que es Can’t Hardly Wait demostró y que encaja como un guante dentro de la música de la banda. Y es que es lo normal cuando sus baladas y sus medios tiempos son algunos de sus mejores temas, pero Bridwell quería bailar y pasárselo bien aunque a veces le costara llegar al tono o tuviera algún desafine, sobre todo con la primera canción Dull Times/The Moon cuyo inicio ya es de por sí un reto y que en frío se antoja más dificil todavía. Pero fue llegar a la parte en la que Dull Times deja paso a The Moon para ver que hoy tocaba rock.
Arriesgaron, eso sí, empezando con tres temas de su Why Are You Ok, un disco que crece cada vez más a medida que pasa el tiempo. La primera concesión al pasado fue St Augustine, el cierre de su ya lejano Everything All The Time y que sirvió, con un tono mucho más eléctrico y optimista que en el disco, como preámbulo a uno de los temas más emblemáticos de la banda, ese No One’s Gonna Love You que hizo muchas de las parejas presentes en la Apolo se miraran con ojillos de cervatillo. Luego fueron cayendo versiones enérgicas y puramente rockeras de Island on The Coast y Casual Party que se ha convertido en EL TEMA de Why are You Ok poniendo, y a Ben y al resto de la banda el primero, a bailar y brincar.
Tras el rock enérgico y acelerado de Nw Apt, puro indie rock, un poco más de calma y reposo con esos medios tiempos que demostraron lo bien que canta Bridwell aunque parezca que su voz siempre está al borde del quiebro, The General Specific y The Great Salt Lake. Dos temas que suenan a las grandes bandas de rock clásico norteamericano de los 70 y que nos llevan a la tradición que aúna folk y rock en grandes bandas como The Byrds, The Band, Crosby, Still, Nash & Young, America, The Eagles y tantos otros.
Llegó posteriormente, tras Weed Party, uno de los temas que más suena en las bodas y en las pedidas de matrimonio noreteamericanas, Marry Song, ese canto al amor y a la vida en común cuando formas una familia y que cantamos al unísono todos brindando y levantando nuestras cervezas con a banda. Así llegamos al final del show en las que Older con Ryan Monroe a las voces, In a Drawer y Laredo sonaron antes de los bises, unos majestuosos bises con Is There a Ghost, en la que la Apolo entera coreó las dos lineas de la letra a voz en grito y The Funeral que sirvió de colofon y punto final de una sala entregada a uno de los temas más emotivos del rock reciente.
Ben y sus chicos no pararon de repetir lo bien que se lo estaban pasando y lo que estaban disfrutando con un show en el que lo importante era el espíritu festivo. Lo importante no era sonar bien o clavar la nota, lo que merece la pena en un concierto de rock es el sudor, el corear a voz en grito las canciones que forman parte de tu vida, el tocar con los amigos mientras conoces el mundo y tomas unas cervezas tras el show, el goce de la vida al que te lleva la experiencia en vivo de la música. Y en eso están y estuvieron Band of Horses. Disfrutemos de una de las bandas más honestas de la actualidad.