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Back to the future. Silver Apples

Sus ajadas manos. Porcelana fina y delicada. Huesos blancos recubiertos de una piel tibia. Es la jodida historia viva quien pasa por delante de ti y se dirige al camerino. Simeon Coxe II se pone un hermoso sombrero y una especie de collar indio sobre su cuello y se convierte en Silver Apples. La máquina está dispuesta. Los distintos secuenciadores. Osciladores. Teclados. La nueva máquina que sustituye a «The Simeon» está en el centro del escenario y las luces la iluminan. Se reflecta. Empieza la película.

 

Sinopsis. Un dúo de NY, léase Simeon Coxe II y Danny Taylor crean Silver Apples por 1967. Psicodelia electrónica. Ritmos repetitivos, artefactos sonoros, secuenciadores, proto-sintetizadores y un bonito envoltorio en madera. Experimentos sonoros más o menos oscuros, más o menos accesibles. Experiencias y conexiones con tu otro yo. Son los finales de los 60. Hoy es 2014.

 

Back to the future. Sinopsis. “El adolescente Marty McFly es amigo de Doc, un científico al que todos toman por loco. Cuando Doc crea una máquina para viajar en el tiempo, un error fortuito hace que Marty llegue a 1955, año en el que sus futuros padres aún no se habían conocido. Después de impedir su primer encuentro, deberá conseguir que se conozcan y se casen; de lo contrario, su existencia no sería posible” (Filmaffinity).

 

En el papel de Marty Mcfly, Simeon Coxe II.  En el papel de  Doc, Simeon Coxe II . En el papel de Doc Simeon Coxe II. En el papel del Delorean, The Simeon o the new Simeon. Simeon coxe II ha visto como le llamaban gallina a Marty Mcfly dos veces. Ha estado allí y ha vuelto. Hubo estado. Habrá estado. El retro-futuro de la música que ha propuesto Silver Apples desde su creación es muy parecido a los inventos de Doc. Cuenta en alguna entrevista el señor Simeon Coxe II que llegó a echarle una cerveza encima a la máquina y siguió funcionando. Hoy en día la máquina sigue siendo una cosa rara, con una luz de mesilla de los 70, unos bolis, unos auriculares al lado y unos bonitos secuenciadores que maneja el señor Simeon. También tiene una especie de teclado, una mesa que controla un poco todo. Simeon no ha perdido el buen gusto y centra casi todo el concierto en las grabaciones de 1968 y le mete caña a los beats. Simeon canta en una especie de Spoken Word en casi todas las composiciones. Una voz que mantiene pese al paso/peso del tiempo. Simeon empezó siendo cantante de otro grupo pero el mundo de la oscilación pudo con él. Tras los primeros aplausos el señor Simeon se viene arriba. La simbólica torre del reloj de Hill Valley es la sala Paddock . Madrid. Recoletos. El público es el rayo. Tú no eres nadie. Simeon Coxe II acelera y se convierte en Silver Apples. Casi lloro al oír las primeras notas. No mientas. Emoción en las máquinas. La historia ha llegado. Puedes llorar o emocionarte. Es sin duda uno de esos momentos que debes recordar/guardar. Silver Apples tiene una parte de gracia por los ruiditos de los osciladores y una parte oscura, de experimento sonoro, menos accesible, pero muy disfrutable. Velvet Cave, Love fingers. Deja para el final Oscillations. Mamá quiero una the simeon, para estas navidades.

 

Antes Pacosan. Los barceloneses intentaron calentar una noche medio fría. En el que la gente iba entrando en la sala poco a poco. Con una mezcla de guitarrazos stoner y sintetizadores (teclados y vocales) canciones cantadas, batería y aparatos diversos, navegan en terrenos experimentales que mezclan las citadas partes electrónicas con partes más eléctricas. Interesantes.

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